2 de febrero de 2022
A la luz de los cambios sociales, cada vez son más las películas y las series que ponen en pantalla nuevos modos de ejercer la maternidad y la paternidad.
Nuevas postales. Escenas de Hoy se arregla el mundo, Sex Education y The White Lotus.
PRENSA
Ha comenzado el año y la primera gran apuesta del mainstream local es Hoy se arregla el mundo, película en la que un productor televisivo interpretado por Leonardo Sbaraglia se entera de que no es el padre biológico del niño que creía su hijo. Tras la inesperada noticia, juntos emprenden la búsqueda del progenitor y, simultáneamente, comienzan a construir un vínculo hasta entonces inexistente. El filme de Ariel Winograd, que se instala cómodamente en los moldes de la «comedia familiar», retrata la paternidad como una construcción y no como algo dado. En esta premisa también se sostiene Paternidad, que sin haber pasado por las salas se convirtió en uno de los recientes éxitos de Netflix.
Si bien es cierto que hace varios años el cine muestra paradigmas familiares alejados de la heteronorma (Transamérica y The Kids Are Alright se estrenaron en 2005 y 2010, respectivamente) y la tradición (Capitán Fantástico es de 2016), esta clase de exponentes son cada vez más frecuentes. No obstante, se percibe una apertura con algunos reparos. Según María José Punte, especialista en estudios de género y doctora por la Universidad de Viena, «efectivamente hay una mayor visibilización de otras formas de entender la construcción familiar. Pese a ello, no creo que las representaciones actuales sean suficientes como para dar una idea de sus posibilidades, sus conflictos o desafíos. La mirada que se echa sigue estando muy tramada desde el sistema heterocispatriarcal».
En cuanto a la televisión, desde el estreno de Six Feet Under hace diez años, varias series se vertebran sobre historias de familias homoparentales, monoparentales o con hijos o hijas con identidades sexuales disidentes. Otros casos han satirizado los esquemas familiares tradicionales, como ocurre con la reciente The White Lotus. Transparent, Modern Family, Sex Education y la animada The Bravest Knight son otros ejemplos disponibles en los canales streaming. Dentro del ámbito local, se destaca Pequeñas victorias (spin-off de Pequeña Victoria).
Relaciones de poder
A tono con lo manifestado por Punte, el doctor en Ciencias Sociales por la UBA Luis García Fanlo considera que, en términos generales, «lo que nos muestran las series actuales es a personas que gustan del mismo género, pero que viven esas relaciones dentro del paradigma heteronormativo. Y lo mismo vale para las escasísimas representaciones televisivas de personas trans, las que son mostradas como carentes en lo absoluto de sexualidad». Dentro de ese contexto, Fanlo recomienda Transparent. «No solo hace ver bajo qué condiciones y dentro de qué limites el régimen heteronormativo permite la existencia de lo trans, sino que también critica las relaciones de poder y de inclusión/exclusión que existen entre las modulaciones de las sexualidades disidentes», concluye.
En cuanto al cine nacional, resultan valiosas películas como Errante corazón, de Leonardo Brzezicki, en donde un padre gay sumido en una profunda crisis personal trata de sostener el delicado vínculo con su hija; Cómo mueren las reinas, de Lucas Turturro, sobre la tensa relación de dos hermanas criadas por su tía tras la muerte de sus padres; o la más reciente El perfecto David, de Felipe Gómez Aparicio, centrada en la cotidianidad de un adolescente que vive solo con su madre y es sometido por ella a un implacable entrenamiento fisiculturista.
El realizador Santiago Giralt, quien ha hecho foco sobre familias distanciadas de la norma en varias de sus películas, cree que «estamos a años luz de un audiovisual inclusivo, porque sigue dominando una cultura patriarcal, heteronormativa y clasista. No hay que olvidar que en Latinoamérica lo diverso también incluye las formas de representación de las clases sociales. Hoy el relato de las clases marginales y proletarias está construido desde la mirada burguesa. Y lo mismo sucede con la mirada mainstream sobre las sexualidades diversas: sin que haya control creativo de estas sexualidades, ¿se puede representar con singularidad ese mundo?».