21 de mayo de 2022

Jorge Dubatti

Natalia Villamil

Entre las expresiones de temática de género en el teatro argentino actual sobresale Rota, de Natalia Villamil, con actuación de Raquel Ameri y dirección de Mariano Stolkiner. El secreto de la dramaturgia de Villamil radica en proponer un punto de vista inesperado a la problemática de los femicidios (por supuesto no revelaremos en estas líneas esa novedad, porque deseamos profundamente que las/los espectadores vayan a ver Rota para descubrirla). El personaje femenino que narra la historia (cuya estructura ha sido diseñada magistralmente en la progresiva distribución de la información) y atraviesa un proceso de duelo, tiene la complejidad de la tragedia: es al mismo tiempo víctima y victimaria. Ya consagrada por su trabajo anterior en Millones de segundos, Raquel Ameri es una actriz excepcional, un «huracán» de teatralidad, y encarna una mujer atravesada por multiplicidad de ángulos y discursos. Su trabajo unipersonal es tremendamente efectivo, conmueve hasta las lágrimas y lleva a pensar. La dirección de Stolkiner (rodeado de un equipo sobresaliente, integrado por Magali Acha en escenografía y vestuario, Rafael Sucheras en música, Julio López en iluminación) resalta la complejidad del personaje y la historia. Hace un uso notable, tan simple como significativo, de la tecnología dibujando dos trazos sobre el plano de fondo (donde se lee la inscripción «Hijo de Puta»). Imperdible, entre lo mejor de la producción independiente. (Teatro El Extranjero). 

Compartir