22 de mayo de 2013
«Pasé la adolescencia en los 70 y, en aquel entonces, un asunto indispensable a discutir era el rol de la mujer. En el primer número de Femme que cayó
en mis manos leí algo que me abrió los ojos: “Mientras las mujeres no tengan solucionadas sus necesidades primarias –el alimento propio, el alimento de sus hijos y la vivienda–, no se les puede pedir que salgan y luchen”.»