22 de mayo de 2013
–¡Papá, papá, me mentiste! ¡Y vos me decías que la mentira estaba mal, que había que decir la verdad! ¡Y la maestra me decía que los padres no les tienen que mentir a los hijos! ¡E Internet decía que las maestras tampoco les mienten a sus alumnos! ¡Y vos me mentiste!
–¿Pero por qué decís eso, Boni?
–Porque vos me dijiste que cuando eras chico leíste un montón de libros y viste películas y programas de TV donde hablaban de invasiones de marcianos a la Tierra!
–Sí, Boni, y es cierto. No te mentí. ¡Había muchas películas, libros y series sobre las invasiones! ¡Hasta había una en la que los invasores no podían mover el dedo meñique!
–Pero entonces eran todos una manga de mentirosos, pa.
–¿Por qué?
–Porque la verdad, la verdad verdadera que se puede leer en Internet, en un montón de links, es al revés. ¡Somos nosotros, los terrícolas, los que vamos a invadir a los marcianos!
–Boni, por favor, no digas «terrícolas», que suena muy antiguo.
–¡No lo puedo creer! ¡Vos me acusás de antiguo a mí! Vos, que te la pasaste contándome esos cuentos de ciencia ficción. ¡Yo te vengo con la realidad, pa, la realidad virtual que nos acompaña cada día en nuestro monitor!
–Bueno, Boni, hijo, calmate y contame.
–Me acabo de enterar de que están organizando viajes a Marte para dentro de 20 años, y un montón de personas se están anotando para irse y no volver más.
–Bueno, sí, algo leí…
–¿Algo leíste? ¿Algo leíste? ¿Y no te preocupa? ¡Un montón de personas se quieren ir del planeta, se quieren transformar en marcianos! Se quieren ir porque le creyeron a Carrió y piensan que se viene el Apocalipsis. ¡Capaz que se vuelven verdes, o les salen antenitas de la cabeza, o seudópodos en las piernas…! O empiezan a vendernos chucherías importadas de Marte a bajo precio y revientan la industria terrícola. O crean una nueva moneda: «el dólar marciano», más verde que nunca. O los argentinos ponen su plata en Marte pensando que allí nadie se la va a tocar, ni ellos tampoco. O arman un cacerolazo reclamándole al gobierno argentino que haya más seguridad en Marte. O conquistan a los pueblos imaginarios, y los llaman «indios» o «marcianos». ¡Andá a saber si en Marte a Marte le dicen Marte! ¡Capaz que lo llaman «Jujurujuju», «Cachucha» o «Varénique»!
–Bueno, Boni, quedate tranquilo, en veinte años se pueden descubrir muchas cosas.
–¿Sabés qué, pa? ¡Cuando me hablás así, tan tranquilo, me parece que estuvieras en otro planeta!
—Rudy