11 de febrero de 2015
El tema de los agentes secretos atrae. Los relatos sobre James Bond nos cuentan que un espía, además de poseer coches y mujeres excepcionales, pueden viajar por todo el mundo y no tener jamás problemas de dinero. Además, 007 porta permiso para matar sin tener que hacer luego mucho papeleo.
Obviamente, un trabajo así es tentador y sé de muchos que desean dejar sus tareas rutinarias para ingresar de lleno en el oficio de espía profesional. Vayan, entonces, algunos consejos para ser un topo hecho y derecho.
• No es recomendable subir en Facebook que trabaja de espía ni que suba fotos de sus últimas misiones. Tampoco es necesario que etiquete a la gente que liquidó.
• En realidad, no es bueno que suba ninguna fotografía. Recuerde lo que le sucedió al monaguillo Gustavo Beliz cuando hizo pública una foto de Stiuso porque lo molestaba. Al final Stiuso se quedó y el que se tuvo que ir, rápido, fue él.
• Un buen service está entrenado para mentir siempre. Incluso, de ser necesario, debe mentir que miente, aunque para esto afirme algo verdadero.
• La verdad, grande o chica, para un espía, es tabú. Pecado mortal. Un agente secreto jamás debe decir la verdad sobre nada. Incluso en cosas tan simples como su estado civil o sus preferencias sexuales… o si tiene ganas de ir al baño o no… y a hacer qué… ¡Jamás!
• Pero esta actitud obliga a que un buen espía tenga una memoria de elefante –y de los memoriosos– para no olvidarse de todo lo que dijo cuando mintió. O sea, siempre.
• En esto de los agentes secretos, las mujeres han tenido un lugar destacado. Desde siempre hubo mujeres espías. San Martín, Belgrano y otros próceres contaron con la colaboración de mozas que llevaban y traían mensajes e información de primerísimo nivel. Sabemos desde el fondo de los tiempos que las mujeres tienen la capacidad de dar vuelta a un tipo como si fuera un guante. Y si no, que se lo pregunten al british John Profumo, que gracias a una modelo, pasó de ministro a lavaplatos para el resto de su vida.
• Atención: Una mujer espía debe evitar llevar diarios del tipo: «Anoche estuve con el embajador de Campuchala. Van a fabricar un cohete nuevo, pero él es impotente».
• Un espía debe llevar siempre un bidón de 20 litros con agua para embarrar la cancha. Si la cancha está muy embarrada… ahí ya estuvo un service.
• Cuando un espía interviene el teléfono de un ciudadano, en realidad le está haciendo un favor. Recuerde que si usted no tiene el teléfono pinchado, usted no es nadie, no existe. Entonces, agradezca el gesto.
—Santiago Varela