9 de mayo de 2013
Vilcabamba es un pueblo de Ecuador situado 45 kilómetros al sur de la ciudad de Loja, a 1.700 metros sobre el nivel del mar. El lugar es conocido como Valle de la longevidad: su población ha estado compuesta durante años por gente centenaria. En tiempos en los que se idealiza la juventud, unas pocas comunidades en el mundo parecen destacarse por enaltecer la vejez y una de ellas se encuentra en este país americano que posee una rica cultura heredada de la civilización incaica.
Hasta hace un tiempo era usual encontrar en Vilcabamba personas mayores de 100 años (incluso llegó a haber un récord de 127 años). El fenómeno hizo que el pueblo comenzara a ser reconocido como el lugar en el mundo donde no existían las enfermedades y las expectativas de vida se alargaban. Las bondades del clima se combinaban con el uso de plantas medicinales y del agua del río, que contenía minerales con propiedades beneficiosas para la salud. En los años 70, integrantes del movimiento hippie se afincaron en el lugar buscando tranquilidad y naturaleza. En los 80, los viajeros que recorrían Latinoamérica con sus mochilas también descubrieron su existencia. A la atracción de la longevidad se sumó el consumo de la pulpa extraída de un cactus autóctono, llamado San Pedro, que en esa época era legal en la zona y que en la actualidad es una droga prohibida.
Hoy Vilcabamba sigue conservando su magia, aunque ya no es lo que era. Si bien todavía viven allí muchos ancianos, los cambios climáticos y la afluencia turística modificaron las condiciones de vida que reinaban en otra época y que permitían a sus habitantes alcanzar edades avanzadas. La población estable es ecléctica y en las calles comparten sus días ancianos nacidos allí, hippies que se han establecido definitivamente y extranjeros que años atrás han comprado terrenos a muy bajo costo.
En los alrededores, el cerro Mandango, el parque nacional Podocarpus, la cascada de Palto, la reserva natural Rumiwilco y el Chaupi (un pueblito cercano) también actúan como un imán para los viajeros. Los visitantes se preguntan cuál es el secreto para gozar de una longevidad más saludable. ¿El agua? ¿El clima? ¿La alimentación? ¿La vida tranquila? Quizás lo sea una combinación de todas estas cosas. Los especialistas reconocen que envejecer es un fenómeno genético, pero la forma en que se desarrolla es un fenómeno de la psique (el pensamiento). Por lo tanto, la neuroquímica y su impacto en el sistema inmunitario y hormonal hacen que las células, los órganos y los tejidos funcionen bien por mucho tiempo.
Los viajeros siguen llegando para saciar su curiosidad. Botellas de agua mineral, paquetes de cigarrillos, café y té llevan etiquetas con imágenes de ancianos, promocionando la longevidad característica de otras épocas. Ellos, los ancianos de Vilcabamba, van quedando solos, recordando el pasado con cierta nostalgia y tratando de escapar un poco a la invasión de la modernidad que, de a poco, fue modificando su paraíso.
—Informe y fotos: Silvina Di Caudo