3 de noviembre de 2022
Juan Carlos Junio, Antoaneta Madjarova, Natalia Stoppani y Luis Pablo Giniger reflexionan sobre el aniversario de un espacio que se ha convertido en una referencia para toda Latinoamérica.
Codo a codo. Madjarova, Junio, Stoppani y Giniger, el equipo de dirección de un Centro que no para de crecer y transformarse.
Juan Carlos Junio, director, junto con Antoaneta Madjarova, secretaria de Programación Artística; Luis Pablo Giniger, secretario de Comunicaciones; y Natalia Stoppani, secretaria de Planificación, son tres generaciones que a la hora de desmenuzar lo que significa el Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini (CCC), sus reflexiones desmienten eso de que «20 años no es nada».
–Juan Carlos Junio: En términos históricos 20 años puede ser un período efímero, sin embargo para la vida de los cooperativistas del CCC es un largo período que consideramos muy fructífero. Hace 20 años, frente a la avenida Corrientes, en un momento tan difícil del país como era el 2002, fue un gran acontecimiento cultural y político. Era el inicio de un recorrido, o de un sueño, un proyecto cultural político bajo la inspiración de Floreal. Tenemos la convicción de que el proyecto se va cumpliendo, que el CCC ya es un polo de la cultura progresista, de izquierda, popular, democrática de nuestra ciudad. Que junto con la disputa cultural, era lo central en la idea de Gorini. Crear una cantidad de jóvenes artistas, intelectuales de las ciencias sociales y de las artes que puedan ser protagonistas de la disputa cultural, de la disputa política.
–El CCC también tiene una importante proyección internacional.
–J.C.J.: Efectivamente, en las definiciones de nuestro movimiento cooperativo figura la de estar junto a los pueblos del mundo en defensa de la paz, del progreso, de la distribución de la riqueza, y también en nuestras raíces históricas del continente americano. Yo diría que un poco las circunstancias históricas vinieron a nuestro encuentro, porque hubo una coincidencia histórica entre el nacimiento del CCC y una gran primera ola de emergencia de Gobiernos populares en el continente. Así que nosotros fuimos beneficiados por esa primera ola pero también fuimos eco. Contribuimos a galvanizar ese proceso.
–¿Qué se puede recordar, Antoaneta, sobre lo que se hizo en estos primeros 20 años?
–Antonaneta Madjarova: Hemos hecho muchísimo. Este es un proyecto muy novedoso que combina las artes, las letras y las ciencias sociales. En los departamentos de artes estamos trabajando en una figura muy compleja del artista que es a la vez investigador y a la vez gestor. Tenemos un área transversal, el AICA (Área de Investigación en Ciencias del Arte), donde se produce teoría, libros y trabajos de investigación en artes y en ciencias. Además, están cubiertas todas las disciplinas artísticas: teatro, cine, danza, espectáculos para las infancias, música, tango, absolutamente todo. Tenemos tres galerías de arte donde se renuevan las muestras y exposiciones cada dos meses. El año pasado reabrimos un espacio histórico como el ex Teatro del Pueblo al que hemos llamado Espacio Experimental Leónidas Barletta y le hemos dado un nombre bellísimo a la sala: Inda Ledesma, en honor a esta gran actriz.
–Luis Pablo, ¿cuáles son los desafíos en el ámbito de la comunicación?
–Luis Pablo Giniger: Mientras los escuchaba pensaba que son 20 años con nosotros creciendo acá adentro. Y hacer las primeras armas en investigación concreta, poder publicar un libro, escribir un artículo periodístico, dar una entrevista en la radio, son experiencias a las que no todo el mundo puede acceder y el CCC, entre tantas otras cosas, brinda esa posibilidad. Después está el desafío de comunicar. Hacemos una gran cantidad de cosas y comunicarlas y que lleguen a cada uno de los sectores es todo un desafío. Estamos en la búsqueda permanente de mejorar nuestros instrumentos vinculados con la comunicación y hemos ido explorando distintos caminos. Quizás el más recordado fue la primera revista del CCC, con un carácter más académico. Esa revista fue cambiando y también han ido cambiando las tecnologías. No solo fuimos incorporando las redes sociales, donde tenemos cientos de miles de seguidores. También incorporamos otras tecnologías, como un canal de televisión.
–Cuando hablabas de instrumentos pensaba en ese tipo de herramientas.
–L.P.G.: Es interesante, porque empezamos publicando en papel, luego la revista electrónica, las redes sociales y hoy el trabajo en lo audiovisual. Por eso creamos Floreal TV. Nuestro objetivo es dar un espacio a los y las investigadoras del CCC para que se puedan difundir de otra manera lo que se hace acá adentro.
–¿Cómo se ve el panorama desde tu área, Natalia?
–Natalia Stoppani: Pensaba que en esta mesa se muestra el cruce de generaciones y de géneros que creo es un atributo propio del movimiento cooperativo del cual venimos. No somos un centro cultural de una organización que desdeña la juventud y la vejez; entendemos que la sociedad es un conjunto de diferentes y cada uno aporta desde su lugar y de su experiencia. Eso implica que tengamos artistas e investigadores de mucho prestigio y jóvenes que se están iniciando. Acá promovemos el trabajo colectivo, el trabajo cooperativo y eso implica bancarse la crítica, someterse a la consideración del conjunto, participar de espacios donde lo que producís se ve interpelado por la mirada ajena. Vienen pibes de 20-22 años que se encuentran con un espacio en el que les proponemos dar sus primeros pasos en la investigación, armar una actividad pública, moderar un panel con personalidades destacadas de la cultura y de la ciencia. No hay otros espacios así. Siempre tratamos de definir qué somos. Y no somos un sindicato, no es la universidad ni una dependencia del Gobierno.
–J.C.J.: Es el Centro Cultural de la Cooperación.
Junio. «El CCC es un polo de la cultura progresista, de izquierda, popular, democrática.»
Madjarova. «Trabajamos en una figura muy compleja del artista, que es, a la vez, investigador y gestor.»
Giniger. «Hacemos una gran
cantidad de cosas y comunicarlas
es todo un desafío.»
Stoppani. «El cruce de generaciones y de géneros es un atributo propio del movimiento cooperativo.»
–¿Se podría decir que a esta altura hay una escuela CCC, una escuela en el sentido filosófico, artístico o histórico del término?
–J.C.J.: Yo creo que sí. Como dice la famosa frase, «por los frutos los conoceréis» y después de 20 años y una cantidad bastante numerosa de intelectuales que vinieron a los 22-23 años, muchísimos de ellos tienen nuestra impronta y tienen nuestra identidad, que nace de un movimiento cooperativo, de un compromiso político y donde siempre hemos luchado para que haya el máximo rigor en la investigación. Muchos de ellos están en los medios de comunicación, en la función pública, son dirigentes de movimientos cooperativos, están en las universidades.
–A.M.: En los departamentos de arte pasa eso. Muchísimos artistas que empezaron muy jóvenes se han formado en los espacios del CCC. Otra característica es que todos los elencos que participan también son cooperativas.
–L.P.G.: Muchos de los compañeros y compañeras son docentes y van trayendo a sus alumnos. Yo creo que en todos ellos hay una marca muy clara de lo que significa haber pasado por el CCC.
–N.S.: Quienes integramos nuestro movimiento sabemos que acá pueden pasar cosas de unos modos que en otros lugares no, porque tenemos un convicción política muy concreta, porque en algún punto Floreal también nos interpeló a hacer una escuela de formación de cuadros más clásico e internacionalista y creo que de algún modo lo hacemos.
–Por aquí han pasado Hugo Chávez, Rafael Correa, Evo Morales, Álvaro García Linera, intelectuales de todo el mundo, algo que no es tan fácil siendo que, como ustedes dicen, no es una universidad, no es un Gobierno ni un sindicato.
–J.C.J.: Eso, como decía mi mamá, no se compra en botica. Es un intangible. Vinieron y siguen viniendo. Hace muchos años que dejamos de ser ignotos y todas esas personalidades hace muchos años que valoran esto como un Centro Cultural muy importante, con una perspectiva política y en una gran ciudad. Hemos sedimentado una gran referencia. Hemos construido en estos 20 años un gran simbolismo, por eso vienen.