10 de noviembre de 2022
Hace algunas semanas el Gobierno anunció que, quienes gasten más de 300 dólares en el exterior, deberán pagar un adelanto a cuenta de bienes personales, del 25% de lo consumido. Esto se suma al 30% del impuesto país, y un 45% de adelanto de ganancias. A partir de esta situación, surgieron en los principales medios y portales listados de los distintos «tipos de cambio» que existen en el país. Ahora, ¿es cierto que existen distintos tipos de cambio? En realidad, no; existe uno solo: el tipo de cambio oficial. Y a la vez existen distintos tipos de impuestos o percepciones para la compra de divisas.
¿Y para qué existen estos tributos? En primer lugar, como cualquier otro impuesto, sirven para la recaudación y posterior funcionamiento del Estado. Pero en este caso, también tienen otro fin. En Argentina, como en cualquier país en vías de desarrollo, existe una cantidad finita de divisas extranjeras. Estas divisas, principalmente el dólar, son utilizadas para comprar todo tipo de bienes y servicios del exterior. Y las divisas con las que contamos, no necesariamente alcanzan para comprar todos los bienes y servicios que quisiéramos. Entonces, el Estado tiene la potestad de tomar este tipo de decisiones, en las que incentiva (o desincentiva), el uso de divisas para cada actividad. Por ejemplo, no es lo mismo comprar insumos importados que luego sirvan para fabricar productos nacionales, creando trabajo argentino, que realizar un viaje turístico al exterior o comprar bienes suntuarios. Por eso tiene sentido que el Estado priorice utilizar las divisas para el primer caso, y desincentive el uso para el segundo caso (a través de impuestos).