Política

Enroques y fallos

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Modificación en la grilla de ministros y acto en Plaza de Mayo en la antesala de la campaña para las primarias. La elección de los integrantes del Consejo de la Magistratura, en manos de la Justicia.

Traslado. Agustín Rossi jura como titular de Defensa ante la presidenta Cristina Fernández, observado por Julián Domínguez: del Congreso Nacional al Edificio Libertador. (Télam)

Por primera vez desde que asumió su segundo período presidencial, el 10 de diciembre de 2011, Cristina Fernández realizó cambios en el elenco de ministros y esto, como todo lo que ocurra en materia política hasta el 27 de octubre, fecha de las legislativas, fue analizado e interpretado en clave preelectoral.
Mientras los distintos conglomerados opositores intentaban tejer acuerdos a efectos de potenciar sus posibilidades en los comicios, en las semanas previas al cierre de presentación de alianzas y candidaturas para el proceso electoral, el oficialismo –sin mostrar todavía las cartas con las que jugará la partida– parece haber iniciado la campaña. Al menos así lo entendieron la mayoría de los analistas, para quienes el 25 de mayo, con el acto en Plaza de Mayo, se puso en marcha el dispositivo del Frente para la Victoria en busca de consolidar la mayoría parlamentaria con la que cuenta en el presente. Y más allá de las distintas evaluaciones, el propio ministro de Infraestructura, Julio De Vido, quien está en el cargo desde 2003 cuando lo designó Néstor Kirchner, admitió que el discurso presidencial de la fecha patria estableció «la plataforma de la campaña electoral de este año».
De ahí que el enroque de Arturo Puricelli, desde Defensa a Seguridad, la salida de Nilda Garré con destino a la representación argentina ante la Organización de los Estados Americanos (OEA) –que debe ser refrendada por el Senado- y la llegada a la cartera de Defensa del santafesino Agustín Rossi, principal espada parlamentaria del kirchnerismo en los últimos años, además de sorpresa, hayan ocasionado especulaciones diversas. Por caso, el mismo día del anuncio de cambios ministeriales, la Presidenta hizo referencia al tema que, según numerosas encuestas de opinión, encabeza la lista de preocupaciones de buena parte de la población: la inseguridad. Desde el Conurbano bonaerense, epicentro del problema, Cristina Fernández reclamó el compromiso de todos los sectores de la sociedad y de la Justicia para combatir la inseguridad. En un acto realizado en Lomas de Zamora, en el que la acompañaron en el estrado el gobernador bonaerense Daniel Scioli y el intendente local, Martín Insaurralde, la mandataria señaló que «muchas veces encontramos sectores o bolsones de nuestras propias fuerzas de seguridad que tienen complicidad con el delito» y abogó por una descentralización definitiva «para que cada uno tenga la responsabilidad y se haga cargo», en lo que pareció un aval a los proyectos de policía comunal que están impulsando en el ámbito de la provincia de Buenos Aires. Así, la salida de Garré y su reemplazo por Puricelli –quien curiosamente también la había sucedido dos años y medio atrás en Defensa– saldaría la disputa interna entre la ex ministra y el Secretario de Seguridad, Sergio Berni, quien fue ratificado en el cargo por el nuevo titular de la cartera, creada por la Presidenta en diciembre de 2010, luego de la violenta represión a la ocupación del Parque Indoamericano, en la ciudad de Buenos Aires. El ministerio ahora a cargo de Puricelli tiene bajo su órbita la coordinación de funciones y jurisdicciones de las fuerzas policiales y de seguridad nacionales, es decir, la Policía Federal Argentina, Gendarmería Nacional, Prefectura Naval Argentina, Policía de Seguridad Aeroportuaria y provinciales.
Por otra parte, con la designación de Garré como representante ante la OEA, el Gobierno nacional ocupa un lugar que estaba vacante desde hace tres años. Si bien la política  exterior argentina de la última década está orientada fuertemente hacia los mecanismos de integración regional sin participación de Estados Unidos, como Mercosur, Unasur y Celac, dentro de la OEA también se ponen en juego cuestiones que hacen a esta mirada integradora. De ahí que contar con un representante de alto perfil político, como es el caso de Garré, quizás marque un intento de recuperar protagonismo argentino en dicho organismo, que atraviesa un período de tensiones a partir de las propuestas de reformas internas que impulsan fundamentalmente Venezuela y Ecuador, a las que se opone Estados Unidos.

 

Juegos de rol
El traslado de Rossi desde el Congreso hacia el Edificio Libertador sorprendió a propios y extraños. Al frente de la bancada oficialista, el santafesino cumplió con eficiencia el rol asignado, algo que reconocen hasta sus adversarios políticos. Incluso, Rossi fue fundamental para el kirchnerismo en el período 2009-2011, cuando luego de la mala performance electoral del FPV en las legislativas, condujo el bloque en minoría frente al denominado «Grupo A». De ahí que llame la atención que se prescinda de su labor en Diputados, aunque debe tenerse en cuenta también que su mandato concluía en diciembre y enfrentaba un complicado panorama electoral en su provincia. Su pase al Ejecutivo significa, además, un reacomodamiento del panorama electoral kirchnerista en Santa Fe con vistas a la difícil puja que se avecina con el Frente Amplio Progresista, que llevará al frente de su lista al ex candidato presidencial y ex gobernador Hermes Binner, secundado por el titular del radicalismo, Mario Barletta, y al armado liderado por el Pro, encabezado por el humorista Miguel Del Sel, quien realizó en 2011 una excelente y sorpresiva elección como postulante a la gobernación.
La salida de Rossi de Diputados deja la jefatura del bloque oficialista en manos de Juliana Di Tullio, quien ejercerá ese rol al menos hasta diciembre, cuando se produzca el recambio de legisladores tras el resultado electoral. Ese será el momento de definir un liderazgo concreto de la bancada, para el que puede postularse, sin dudas, la propia Di Tullio si consigue renovar su banca. La agenda legislativa de este año se acerca a un período que puede presumirse como acotado ya que, según indica la tradición parlamentaria, entrada la campaña, suele mermar considerablemente la actividad del Congreso.
En lo que hace a cambios en el Gabinete, es probable que las juras de Rossi y Puricelli no sean las últimas de este año ya que hay varios ministros que podrían ser candidatos en agosto. En Chubut, por ejemplo, consideran un hecho la postulación a diputado del ministro de Agricultura, Norberto Yahuar. Entre los que promueven la candidatura de Yahuar está el propio gobernador Martín Buzzi, quien necesita un nombre de peso para encabezar la lista. Buzzi no quiere ceder terreno ya que en la provincia patagónica vuelve al ruedo el ex mandatario local Mario Das Neves, quien, luego de su fallido intento presidencial dos años atrás, encabezará la lista del Partido Acción Chubutense, con la mira puesta en volver a la gobernación en 2015.
Otros que podrían dejar el gabinete para ser candidatos son la titular de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, y Florencio Randazzo, de Interior y Transporte. Aunque todo indica que la incógnita se mantendrá hasta el día límite para la presentación de las listas.
El escenario comicial presenta, en la previa, otras incertidumbres que van más allá de la conformación de las distintas listas de postulantes. Tras la aprobación de la reforma judicial impulsada por el Ejecutivo, tanto en las Primarias Abiertas, Obligatorias y Simultáneas (PASO)  del 11 de agosto como en la elección de octubre deberían estar incluidas, por primera vez, las listas de candidatos a integrar el Consejo de la Magistratura. Sin embargo, las sucesivas y numerosas  presentaciones judiciales contra la ley sancionada por el Congreso, y los primeros fallos que suscitaron medidas cautelares –a cargo de los jueces federales Alfredo López, de Mar del Plata, y Martín Alberto Martínez, de San Nicolás–, ponen en duda la realización de dicha elección. Desde el arco opositor celebraron los pronunciamientos contra la reforma. «Hay una enorme cantidad de amparos presentados y se presumía que iban a adoptarse decisiones judiciales ante la manifiesta y grosera inconstitucionalidad de la ley», aseguró el diputado de la Unión Cívica Radical, Ricardo Gil Lavedra. El socialista Roy Cortina, por su parte, señaló que «los fallos son una buena noticia para la salud de las instituciones democráticas». Todo indica que deberá ser la Corte Suprema la que dictamine sobre el fondo de la cuestión. Lo que está por verse es el tiempo que transcurrirá hasta que se determine la constitucionalidad o no de la reforma. Si bien el diputado Carlos Kunkel anunció que el oficialismo recurrirá a «todos los instrumentos que la ley permita», para hacer valer lo aprobado en el Parlamento, los plazos pueden variar sustancialmente si se apelan los fallos ante instancias superiores ordinarias o si se opta por un recurso de per saltum. Este planteo puede ser impulsado por el Gobierno nacional ante los fallos contrarios a la constitucionalidad, o por alguna de las entidades o individuos que presentaron recursos en el caso de que se produzca un fallo favorable a la vigencia de la ley que dispone que el Consejo de la Magistratura tendrá 19 integrantes (actualmente tiene 13) de los cuales 12 son elegidos por voto popular.
La inclusión o no de la elección de consejeros en el proceso comicial de este año es determinante ya que, si se realiza, el oficialismo confrontará, probablemente, con una lista opositora unificada en el marco de una contienda de alcance nacional. Si no fuera así, las elecciones legislativas auguran la persistencia en la dispersión de quienes enfrentan al kirchnerismo y, al mismo tiempo, las distintas realidades provinciales ameritan lecturas específicas en cada jurisdicción.

—Jorge Vilas

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