18 de junio de 2013
Ayuda mutua, democracia, paz, equidad: los valores compartidos por ambas instituciones se reflejaron en la distinción recibida por Rubén Cédola y Edgardo Form.
El Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos fue distinguido con la 9º edición del premio «Ciudadanía y Valores», entregado por la Asociación Cristiana de Jóvenes (YMCA por sus siglas en inglés) en el marco de su 111º aniversario en la Argentina. Rubén Cédola, presidente del IMFC, y Edgardo Form, gerente general, recibieron la distinción de manos de Norberto Rodríguez y Eduardo Ibichian (secretario general y presidente de la YMCA, respectivamente); y de Abel Albino, presidente de la Cooperadora para la Nutrición Infantil, institución sin fines de lucro condecorada con el mismo premio en 2012. Estuvieron presentes también la presidenta de la filial Buenos Aires del IMFC, Leticia Sosa; Raúl Guelman, vicepresidente 1º, Liliana Carpenzano, adscripta a la gerencia general; Reynaldo Pettinari, secretario de Educación del Banco Credicoop; Marcelo Álvarez, asesor administrativo y financiero del IMFC; Alfredo Saavedra, consejero del IMFC; y Ricardo López, presidente de la Federación de Entidades Solidarias de Salud y miembro del Consejo del IMFC. Por otra parte, se hicieron presentes José Saleh y Mónica Vázquez Larsson, miembros del directorio de la YMCA.
«Nosotros, al entregar este premio, estamos dando testimonio del afecto, la amistad y la alianza estratégica entre la Asociación Cristina de Jóvenes y el movimiento cooperativo en torno al IMFC en términos de la solidaridad activa», apuntó Rodríguez al inicio de la celebración, destacando el camino recorrido por ambas instituciones.
A su turno, Cédola recordó que el movimiento cooperativo y la Asociación Cristiana de Jóvenes nacieron a nivel mundial el mismo año y en similares espacios geográficos. «La primera cooperativa de consumo que inició el cooperativismo como lo conocemos en la actualidad fue la de los pioneros de Rochdale, fundada en diciembre de 1844, en esa localidad próxima a la ciudad de Manchester. La YMCA nació ese mismo año en la ciudad de Londres», comentó. El presidente del IMFC subrayó luego más afinidades: «Por una parte, la ACI, organismo que nuclea cerca de mil millones de personas relacionadas con el movimiento cooperativo en todo el mundo, ha establecido que las cooperativas se basan en los valores de ayuda mutua, responsabilidad, democracia, equidad y solidaridad. La YMCA promueve los valores de la paz, el amor, la justicia y la solidaridad. En consecuencia, compartimos aspectos clave de nuestras respectivas misiones, porque ambos trabajamos para la construcción de una ciudadanía, la profundización y la consolidación de la democracia, el respeto irrestricto por los derechos humanos, la paz y la convivencia fraternal entre las personas y los pueblos». Cédola hizo también un reconocimiento especial a Edgardo Form, legislador porteño, por su actividad en el comité de Acción Social de la YMCA, que presid, y que tiene a su cargo el diseño del Congreso nacional sobre valores, pensamiento crítico y tejido social que celebra la Asociación Cristiana de Jóvenes.
Por su parte, Ibichian se centró en aspectos que atañen a la cultura democrática y al concepto de ciudadanía con pensamiento crítico, autonomía y responsabilidad. «Todavía –explicó– sobrevuelan resabios de una ciudadanía de baja intensidad. Es una debilidad a corregir y no es bueno abusar de la comodidad delegativa, ni es suficiente el sufragio cada dos años. Hay que asumir un compromiso genuino en la constante búsqueda del bien común. Este reto obliga inexorablemente al esfuerzo, la participación, el diálogo y los consensos». Sobre la distinción, en tanto, aseguró: «Nos complace el honor de poder entregar el premio de este año al IMFC, organización con la que nos vinculan lazos de estrecha amistad y colaboración. Compartimos visiones comunes y una singular preocupación por los sectores con menores oportunidades y de mayor vulnerabilidad». Previo al brindis de cierre, el presidente de la YMCA subrayó la trascendencia de la labor del Instituto, destacando que «es un modelo en términos de integración de actividades variadas y de calidad: la cultura y la educación tienen un espacio destacado en su agenda». Ibichian concluyó: «El IMFC y la YMCA no sólo sostienen la convicción de que otro mundo es posible, sino que se esfuerzan por hacerlo realidad».
—Pablo De Micheli