2025, año de las cooperativas

Viajar con otro sentido

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María José Ralli

El turismo cooperativo es un modelo que prioriza a las personas, fomenta la inclusión y fortalece las economías locales.

Arraigo local. Las propuestas ponen el foco en las comunidades locales y sus costumbres.

Foto: Guido Piotrkowski

El turismo cooperativo no es solo un viaje y por eso este Año Internacional de las Cooperativas 2025 pone el foco en otra forma de conocer el mundo, una apuesta donde la riqueza se distribuye, donde las comunidades no son solo el escenario de una postal sino protagonistas de su propio destino.

Este enfoque de la actividad turística es una herramienta poderosa para el desarrollo local: no se trata solo de recorrer paisajes y descubrir nuevas culturas, sino de ser parte de una elección de viaje que pone en el centro a las personas, sus historias, sus saberes y su identidad. Lejos de la lógica del turismo masivo, donde la mirada está puesta en lo que falta, el turismo cooperativo se nutre de lo que hay: los relatos de quienes habitan el lugar, la cocina que se transmite por generaciones, los paisajes sin filtros. Es una apuesta a la autogestión, al arraigo, a la participación y a la distribución más equitativa de los beneficios que genera el sector.

El Catálogo de Turismo Cooperativo, Mutual y de Base Comunitaria identificó más de 200 experiencias de este tipo en todo el país. Cooperativas, mutuales, emprendimientos de base comunitaria: una red diversa que sostiene hospedajes, agencias de viaje, propuestas gastronómicas y culturales. Una red que, además de generar empleo y arraigo, protege la identidad y el patrimonio de cada región.


Social e inclusivo
Según Rodolfo Tolosa, secretario de Turismo de FEDETUR, la Federación de Cooperativas y Mutuales de la Red Federal de Turismo, uno de los principales objetivos «es ampliar el acceso al turismo social e inclusivo». «Muchas cooperativas y mutuales cuentan con hoteles, hosterías y campos de recreación, pero su uso está limitado a los asociados. Queremos cambiar eso, explorando alternativas como el tiempo compartido», señala.

En este contexto, FEDETUR promueve activamente la inclusión de personas con discapacidad en el turismo, en colaboración con Cooperar y la Red de Municipios Cooperativos. «Contamos con el apoyo de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) y defendemos el derecho de estas personas a disfrutar del turismo en igualdad de condiciones», remarca. Para comprender mejor las distintas discapacidades y sus necesidades, FEDETUR trabaja con la Biblioteca Nacional para Ciegos y el Hospital Italiano de Buenos Aires, «quienes nos han brindado capacitación sobre accesibilidad y salud mental, lo que nos permite mejorar nuestras iniciativas», afirma Tolosa.

Algunas experiencias ya están en marcha: «Organizamos un viaje con pacientes del Hospital Borda, recorriendo La Plata y gracias a esta iniciativa, una persona con discapacidad se convirtió en el primer guía turístico provincial especializado en accesibilidad», cuenta Tolosa y suma que otro de los viajes fue realizado con la Asociación de Ciegos, visitando el Museo Naval en Tigre y recorriendo la zona en catamarán. «Estas experiencias nos demostraron que la interacción con personas con discapacidad nos enriquece a todos. Muchas veces pensamos que los estamos ayudando, pero en realidad, ellos nos ayudan a comprender mejor la importancia de la inclusión», reflexiona.

Desde el sector cooperativo, Tolosa explica que a través de FEDETUR buscan vincularse con municipios de todo el país para fomentar el turismo social inclusivo. «Actualmente trabajamos con unos 85 municipios, promoviendo la apertura de espacios», indica. Un ejemplo de ello es el municipio de Carhué, donde se está explorando el desarrollo de experiencias de turismo terapéutico, como la fangoterapia en la laguna de Epecuén. «La Red de Municipios nos permite generar una estructura de apoyo y colaboración para transformar la realidad del turismo inclusivo en Argentina», señala Tolosa.

Recreación y más. RCT, en Chapadmalal, propone actividades que fomentan el diálogo y la solidaridad.


Solidaridad y ayuda mutua
Juan Torres, presidente de Residencias Cooperativas de Turismo (RCT), complejo ubicado en Chapadmalal, a pocos kilómetros de Mar del Plata, destaca que «RCT, al igual que todas las cooperativas, se basa en la solidaridad y la ayuda mutua. No somos ni mejores ni peores, pero sí distintos a cualquier otro proyecto turístico en términos generales, ya que abarcamos distintos sectores». Asimismo, lamenta que el Estado nacional le haya quitado apoyo al turismo social: «En la Argentina de hoy, el turismo social está desapareciendo. Basta con observar lo que sucede con las unidades turísticas de Chapadmalal o Río Tercero, que están a punto de ser vendidas, tercerizadas o privatizadas, afectando a miles de personas de bajos recursos que tenían la posibilidad de vacacionar allí y, en muchos casos, conocer el mar por primera vez».

En cuanto al enfoque de RCT, Torres explica que «Residencias es una cooperativa que abarca los sectores medios y fue concebida por nuestro querido Floreal Gorini con el objetivo de ofrecer lo que él llamaba “ocio creativo”. Por eso brindamos recreación por edades, espacios culturales como un teatro y un anfiteatro, además de una actividad social y cultural permanente para nuestros asociados». Destaca, además, la organización de charlas con referentes de la cultura como una marca diferencial.

En términos de servicios turísticos, Torres reconoce que «competimos con otras entidades, pero con una visión distinta: no buscamos solo el lucro. Somos una empresa cooperativa con presupuesto, control de gastos y metas, pero con el criterio de “rentabilidad necesaria”, como el Banco Credicoop. Con esa rentabilidad, hacemos previsiones para futuras inversiones».

Pipinas. El hotel cooperativo fue recuperado por los habitantes de la localidad bonaerense.

Foto: Gonzalo Calvelo

Este año, RCT celebra 45 años de trayectoria y Torres subraya la importancia de mantener la identidad cooperativa: «A lo largo de estos años, hemos sabido preservar y profundizar los valores del cooperativismo, que son lo que nos convoca. No todo el público es homogéneo, pero hay ciertos valores compartidos», subraya a la vez que destaca las fortalezas de la cooperativa: «Contamos con aproximadamente 6.000 socios que adquirieron semanas vacacionales y las utilizan según sus posibilidades. Nuestro sistema permite distintas opciones: quienes prefieren cocinar en el departamento tienen cocina; quienes desean hacer un asado cuentan con parrillas; hay servicio de delivery, confitería y un restaurante con vista al mar. También hemos mejorado las instalaciones en la playa, siempre buscando que el socio valore cada mejora». «Actualmente, no hay ningún tipo de ayuda para fomentar el turismo, ni siquiera líneas de crédito blandas para la construcción o desarrollo del sector», apunta finalmente Torres y sintetiza: «El turismo es una industria sin chimeneas que genera empleo y oportunidades, pero no todos parecen entender su importancia. Esto tiene que ver con un modelo de país».

El desafío es grande. Sin políticas públicas que lo promuevan, el sector debe seguir tejiendo alianzas, fortaleciendo sus lazos y ampliando su impacto y por eso la integración es clave para que esta forma de hacer turismo siga creciendo, para que más municipios y comunidades se sumen a una estrategia de desarrollo que piensa en el largo plazo, en la sostenibilidad y en el equilibrio entre lo social, lo económico y lo ambiental.

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