Cooperativismo | BURBUJA LATINA

Calidad y precio justo

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Mariana Aquino

Nacida como una salida colectiva a la crisis en 2002, la cooperativa produce artículos de limpieza con químicos de baja toxicidad y repelente para mosquitos.

Experiencia. Con 20 años de trabajo, Burbuja Latina desarrolló varias líneas de productos.

Foto: Guadalupe Lombardo

En 2002, cuando la crisis social había terminado en estallido, nació Burbuja Latina, una cooperativa formada por un grupo de vecinos y vecinas del barrio porteño de Caballito dedicada a fabricar y comercializar productos de limpieza. «En asambleas barriales se decide fomentar esta salida laboral para muchas personas que en ese momento estaban desempleadas», recuerda Pablo Cossio, asociado. Dinero disponible no había, pero sí mucha creatividad y solidaridad: consiguieron subsidios del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y formaron un fondo común de las asambleas barriales para dar los primeros pasos en la fabricación de productos químicos. 

Actualmente, Burbuja Latina cuenta con tres líneas de productos: línea tradicional: detergente, jabón baja espuma, jabón líquido, lavandina y desodorantes para pisos; línea de reventa: trapos de piso, bolsas de consorcio y diversos insumos para limpieza del hogar; y línea ecológica: limpiador multiuso, antigrasa, cera para madera, shampoo y acondicionador sólido, entre otros. 

Mientras las marcas monopólicas no paran de remarcar los precios de los insecticidas y repelentes por la gran demanda por casos de dengue, Burbuja Latina brinda una respuesta a precio justo, de calidad y eficiencia: un repelente ecológico a base de citronella. 

«Cuando empezó a escasear el repelente, yo recordé una vieja fórmula ecológica que conocía, entonces empezamos a desarrollarlo. Primero hicimos una prueba piloto y funcionó, entonces avanzamos. Lo hacemos con aceite de citronella (que viene de familias cooperativas de Misiones), glicerina y clavo de olor. Cuando salió a la venta, nos sorprendió la aceptación que tuvo. Los clientes habituales de nuestra línea ecológica empezaron a consumir el repelente y a recomendarlo. Por suerte superó toda expectativa y se sumaron más clientes. Son de calidad y con precios lógicos, por eso la gente los compra», cuenta Paula González, quien se sumó a la cooperativa hace menos de un año y ya está al frente del proyecto más innovador.

Asamblea. La gestión colectiva ayudó a la entidad a sostenerse en el tiempo.

Foto: Guadalupe Lombardo

Cadena productiva

Con dos décadas de experiencia, Burbuja Latina realiza todo el encadenamiento productivo: desde la compra de materia prima (productos químicos de baja toxicidad) hasta el envasado, el etiquetado y la comercialización.

La devaluación y el proceso inflacionario que atraviesa la economía argentina hacen que las materias primas hayan sufrido un aumento de hasta un 200%. «Todo el proceso de producción se ve afectado», reconoce Pablo. «Esto nos repercute y tenemos que trasladarlo necesariamente a los precios, y lógicamente eso disminuye las ventas, pero buscamos nuevas estrategias para hacerle frente». 

Las medidas que tomaron para enfrentar la devaluación: tener stock de insumos y materia prima (casi siempre dolarizadas), lo que le permite a la cooperativa tener precios accesibles para que el sector de la economía popular pueda sostener sus compras y comercializar los productos. Además, buscan el financiamiento a través de microcréditos con el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos (IMFC) y con la cooperativa Despierta Voces. De esta manera sostienen los precios. 

«En estos 20 años de historia sobrevivimos a varias crisis y esa es una fortaleza, las medidas que se toman son resultado de reflexiones en las asambleas, nos sostenemos mucho en eso. Es un contexto sumamente difícil, pero los productos de Burbuja, y de las cooperativas en general, se tornan como una alternativa de calidad frente a la especulación de las marcas que están en el mercado», asegura Pablo. Y agrega: «Todas las cooperativas necesitan, como cualquier pyme o empresa social, del apoyo del Estado, y cuando eso no está, todo es más difícil. Hoy el Estado no está, pero se sale tejiendo redes con otras cooperativas y otras empresas recuperadas». 

La cooperativa comercializa al público en general, pero también a entidades de la economía social y organizaciones como la UTT, Ecas y La Poderosa. También con pymes y centros culturales. «Las comercializadoras de la economía popular para nosotros son sumamente importantes, son compañeros y compañeras que venden nuestros productos», explica Pablo. 

«Elaboramos productos que no contaminan, que son amigables con el medioambiente y con los consumidores y sobre todo son de calidad y no especulamos, sabemos que la gente la está pasando mal, nos ayudamos entre todos», remarca Paula.

¿Cómo y dónde conseguir sus productos? A través de sus redes sociales: Instagram, Facebook. También pueden contactarse con la cooperativa por mail (burbujalatinacooperativa@gmail.com) o a través de Whatsapp (11-2385-6009). Burbuja Latina realiza repartos semanales en Ciudad de Buenos Aires y comercializa en Consol, Puente del Sur y Caracoles y hormigas.

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