12 de julio de 2025
Después de un periodo difícil, la cooperativa de consumo retomó su actividad. Fábricas recuperadas, familias agricultoras y pequeños emprendedores, sus principales aliados.

Corrientes 6114. Además de la sede, existen nodos en diversos barrios de la Ciudad.
Foto: Guadalupe Lombardo
Desde hace 10 años, la cooperativa La Yumba propone otra forma de comercialización de productos de la canasta básica, con actores de la economía solidaria y sin especulación. Después de varios meses de actividad paralizada, reactivaron el proyecto para llegar a las familias que más necesitan de los precios justos.
La Yumba funciona, desde 2014, como una cooperativa de consumo. Desde su origen fue integrada por vecinos y vecinas de distintos barrios de la Ciudad de Buenos Aires con ganas de aportar a una economía más solidaria y menos especulativa. «Una de nuestras primeras actividades fue, desde la asamblea de Juan B. Justo, recorrer los supermercados del barrio para garantizar que se cumpla el programa de Precios Cuidados. Esa acción nos concientiza: la comunidad necesitaba una comercialización más justa», narra Mini Pérez, primera presidenta de la cooperativa.
Con ese objetivo nace La Yumba. Sus principales aliadas son las fábricas recuperadas, las familias agricultoras, las cooperativas de trabajo y los pequeños emprendedores. «Buscamos cuidarles el bolsillo a nuestxs socixs, alimentarnos de manera más saludable, comprar a quienes producen a un precio justo y eliminar eslabones de intermediación parasitaria», anuncian desde su página web.
Crisis y oportunidad
El 2024 fue un año de crisis: perdieron una gran cantidad de asociados voluntarios porque muchos de ellos ya no podían dedicarle tiempo a la cooperativa, tuvieron que vender la camioneta de logística para disminuir gastos y cerraron el local de Colegiales porque el alquiler era insostenible. Fue así que dejaron de trabajar durante los meses de enero y febrero de 2025. Sin embargo, después de una asamblea, decidieron continuar con el proyecto: obtuvieron un microcrédito del Banco Credicoop, invirtieron en mercadería y se «reinventaron».
«No nos rendimos por nada del mundo. Ahora nos reinventamos y seguimos adelante. Pero somos conscientes de que solos no vamos a poder, necesitamos de gente joven y con ideas nuevas que se sume a la cooperativa», invita Ester Chaia, secretaria de La Yumba.

Redes virtuosas. La entidad permite que productos solidarios de todo el país lleguen al consumidor a un precio justo.
Foto: Guadalupe Lombardo
Signos de época
En mayo, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) confirmó que los precios al consumidor subieron 2,8% en el mes de abril, un descenso importante respecto al 3,7% de marzo, y el primer registro tras la eliminación del cepo cambiario y la adopción del nuevo esquema de flotación del dólar. Más allá de los datos positivos para este Gobierno, los sectores más vulnerables siguen padeciendo la especulación desmedida de las cadenas de supermercados y no llegan a cubrir la canasta básica. En ese contexto, la presencia de cooperativas de comercialización como La Yumba son más necesarias que nunca. «Somos un elemento importante dentro de la comercialización, tenemos trayectoria y otra perspectiva menos lucrativa de la comercialización, justamente por eso todo nuestro proyecto choca de frente con el panorama económico que nos presenta este Gobierno, así que sostenernos no va a ser fácil», advierte Ester.
«Con la cooperativa pasamos por distintos periodos, pero nunca por una situación como la actual, los sectores populares están muy afectados. En nuestra asamblea, donde está la sede de la cooperativa, hacemos una olla popular y ahora servimos más de 100 platos diarios. No solo vienen personas en situación de calle, también asisten adultos mayores que no llegan a fin de mes. Nosotros responsabilizamos directamente a la política económica de Caputo y de Milei por la situación en la que nos encontramos. No hay una sola política a favor y el pueblo se encuentra asfixiado», analiza Mini Pérez.
Y agrega: «En estas condiciones no podemos crecer, pero es una pelea que queremos seguir dando porque confiamos en el cooperativismo. Creemos que todo consumo es político, cuando llevamos un producto a la mesa tenemos que saber de dónde sale y quién está detrás de él. Acá lo que fomentamos es el trabajo genuino, las pequeñas economías y el consumo responsable a precio justo».
Otra economía es posible
La Yumba es parte del gran círculo virtuoso que merece salir adelante. Comercializan más de 200 productos de la canasta básica (lácteos, fideos, aceite, azúcar, arroz, tomates); todos ellos provienen de cooperativas y productores familiares, incluso los proveedores son parte de la cadena de la economía social. Actualmente tienen el local en Corrientes 6114, entre Dorrego y el puente de Juan B, Justo (Chacarita), y los nodos de Parque Chas, Villa Crespo y Palermo. La actividad y los productos disponibles pueden consultarse en www.layumbacooperativa.org.
«Queremos demostrar que se puede consumir de otra manera, con agricultores de la economía familiar, con cooperativas de trabajo, con los verdaderos trabajadores que sostienen el país. Apostamos a otra economía, una más solidaria e inclusiva que piense en nuestros consumidores como aliados», asegura Ester. E invita a quienes estén interesados en sumarse a la cooperativa o quieran crear un nodo a que se acerquen al local de Chacarita o contacten a la entidad por correo electrónico escribiendo a cooperativalayumba@gmail.com.