27 de septiembre de 2023
Por sexto año consecutivo, mujeres y diversidades de la economía solidaria se reunieron para poner en valor lo construido, actualizar los diagnósticos y poner en agenda los temas urgentes.
Entramado sororo. Más de 80 integrantes de entidades sociales, políticas y culturales colmaron la sala Tuñón del CCC.
Foto: Guido Piotrkowski
«Venimos a decir una vez más que no hay agenda política sin agenda feminista». La declaración de Natalia Stoppani, integrante de la Dirección del Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini sintetiza las conclusiones del 6to Encuentro de mujeres, lesbianas, trans, travestis, intersexuales, bisexuales e identidades no binarias cooperativistas que se llevó a cabo en la sala Raúl González Tuñón del CCC, rebautizada Cristina Fernández de Kirchner para esta ocasión.
Integrantes de organizaciones sociales, políticas y culturales fueron convocadas por sexto año consecutivo desde el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, esta vez bajo la consigna «La agenda feminista y transfeminista del cooperativismo en alerta. Propuestas para defender lo conquistado para toda la sociedad». La reunión se plantea como antesala del 36° Encuentro Plurinacional de Mujeres y Disidencias que se realizará en el mes de octubre en Bariloche.
Con una sala desbordada de cooperativistas que llegaron desde Córdoba, Rosario, Trelew y Chaco, pero también de Villa Crespo, los barrios Rodrigo Bueno, Fátima de Villa Soldati, Quilmes, San Martín y Pacheco, el encuentro invitó a «repensar propuestas para defender lo conquistado». En ese marco, Marta Gaitán, presidenta del Comité de Género de Cooperar y de la secretaría de Género del IMFC, llamó «a poner en valor lo construido hasta ahora, reactualizar los diagnósticos y profundizar los debates».
Del encuentro participaron más de 80 asistentes, representando diferentes cooperativas, organizaciones y federaciones: Apalabrar, FECOFE, Che qué rico de La Poderosa, la organización de afrodescendientes La Minga, Esquina Libertad, Fundación La Base, Código Libre, Soltrecha, cooperativa Agropecuaria e Industrial de Chubut, Juana Azurduy, Pura Estampa, la Utep y Cúrcuma, entre otras.
La actividad comenzó con una ronda que propuso «reconocerse en las otras», compartir los vínculos de la economía cooperativa, social y solidaria e indagar desde dónde surgen las ganas de organizarse, dejando brotar la potencia feminista, hombro con hombro.
También se realizó la lectura de un documento que advierte: «Buscamos consolidar un cooperativismo feminista, en una coyuntura que es particular y urgente. Particular, porque estamos en un proceso eleccionario en el que se escuchan las propuestas de las diferentes fórmulas presidenciales y los proyectos sociopolíticos que las sostienen. Y urgente, porque la agenda feminista y transfeminista es uno de los núcleos de ataque centrales de las principales figuras políticas, situación que se sigue recrudeciendo con los resultados de las PASO que amplificaron sus discursos notablemente».
Gabriela Buffa, consejera del IMFC, invitó a identificar en el cuerpo «donde están las cosas que molestan», esos nudos en el pecho, la panza, la espalda o la nuca, para encontrar luego la fuerza y la potencia para el cambio y «salir adelante juntas y organizadas». Una dinámica grupal con ovillos de colores simbolizó el entramado solidario tejido entre las presentes, que fueron llamadas a «sostenerlo y defenderlo».
Comisiones. Violencia de género y economía de cuidado fueron algunos de los temas abordados.
Foto: Guido Piotrkowski
Intercambio fructífero
Gabriela Nacht, coordinadora del Espacio de Géneros del CCC, fue quien dio paso a los tres talleres de la jornada. En las salas del primer piso, también rebautizadas con los nombres de Lohana Berkins, Marielle Franco y Berta Cáceres, se llevaron a cabo tres comisiones: Gobierno y participación de mujeres y diversidades en las organizaciones y otros ámbitos sociales; Violencias de género en las organizaciones cooperativas y en la sociedad; y Economía de cuidado, reproducción y autonomía económica de mujeres y diversidades.
«No olvidamos lo que fuimos construyendo a lo largo de todos estos años», señaló Valeria Mutuberría, coordinadora del Departamento de Economía Social, Cooperativismo y Autogestión del CCC, y resaltó que el desafío es, «sobre las herramientas construidas, pisar para seguir avanzando».
Entre las conclusiones, en materia de participación política y de cara a las próximas elecciones, se propuso llevar la agenda del feminismo a las unidades productivas de cada cooperativa y pensar estrategias de trabajo conjunto, ampliando la convocatoria a todas las organizaciones, generando una «verdadera unidad para volver a enamorar a las compañeras para que estén presentes en las movilizaciones y reivindicaciones». «Tenemos mucho para decir», resaltaron las oradoras de la comisión y llamaron a «recuperar la trayectoria y lo logrado y construir una agenda transformadora».
El taller sobre violencias reflexionó sobre la importancia de problematizar las instituciones y abordar, desde las unidades de género, la explotación laboral, los sistemas de cuidados en los barrios populares, el acceso a la vivienda, la inclusión de la discapacidad y abordar también otros tipos de violencias, como aquellas que depredan los recursos naturales. «La violencia es el silencio», sintetizaron.
Finalmente, en la comisión de Cuidados y Economía se abordaron distintas problemáticas como la necesidad de poner en agenda a las cooperativas de cuidado y el rol de las trabajadoras sociocomunitarias, con las leyes en proyecto; así como la vulnerabilidad laboral y la «romantización de la forma autogestiva de trabajar, cuando detrás hay precarización». «Si el próximo Gobierno es de derecha, vamos a pasar cuatro años defendiendo lo poquito que conquistamos», advirtieron.
Para Zaida Chmaruk, integrante del directorio del INAES, el encuentro fue «una oportunidad para pensar más allá del año electoral». «Desde nuestras experiencias cooperativas venimos proponiendo otra matriz de organización y producción; los feminismos fuimos y somos los que seguimos conquistando derechos en espacios plurales y de participación», señaló y llamó a reconstruir «una alternativa solidaria e inclusiva».
El cierre estuvo a cargo de María José Vexenat, Gabriela Ramos y el equipo de Educación Sexual Integral del CCC, que convocó, al ritmo de la música de Bach, a poner el cuerpo, seguir ocupando los espacios vacíos creando una gran red, para sostener un tejido que sea a la vez flexible y de resistencia.