27 de noviembre de 2014
La sala Meyer Dubrovsky del Centro Cultural de la Cooperación fue el espacio elegido para la charla Ciencia y Derechos Humanos, un aporte a la Verdad, la Memoria y la Justicia. La misma contó con la participación de Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo; y Víctor Penchaszadeh, médico genetista y profesor de la Universidad Nacional de La Matanza. Coordinó Pablo Perel, a cargo del departamento de Derechos Humanos del CCC, organizador de la charla junto con el departamento de Salud. En la apertura, Perel presentó una investigación que vienen desarrollando distintas áreas del CCC en materia de memoria, verdad y justicia. Asimismo, destacó el trabajo del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), el Banco Nacional de Datos Genéticos y de la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad. Por su parte, Penchaszadeh relató cómo fue su acercamiento a Carlotto en noviembre de 1982 y se refirió al denominado «índice de abuelidad», un procedimiento científico capaz de probar un vínculo biológico entre abuelos y nietos en ausencia de los padres, elaborado por su colega norteamericana Mary-Claire King. «Esta gesta impulsada por Abuelas nos dio la razón a un grupo de genetistas que pensábamos que esta disciplina tiene que estar a favor de la vida y de los derechos humanos», añadió. Carlotto, en tanto, destacó: «Dimos nacimiento al Equipo Argentino de Antropología Forense, que tras años de experiencia y perfeccionamiento hacen hoy un trabajo extraordinario, no solo en Argentina sino en el mundo, porque son convocados por su calidad y su experiencia». Sobre la conformación de las redes por el derecho a la identidad en Italia y en España, Carlotto –quien se encontró recientemente con su nieto Guido, a quien buscaba desde hacía más de 30 años–, remarcó: «Una cosa es el bebito de Casa Cuna, otra es en el jardín y escuela, la secundaria y la universidad, y luego ya la población de esos nietos que están desaparecidos, que pueden estar acá o en Europa o en África, haberse ido a estudiar, a trabajar. Por eso hay que hacer de esto una consigna universal».
