Cooperativismo | CÓRDOBA

De la tierra a la mesa

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Texto y fotos: Bibiana Fulchieri

Nacido para impulsar las economías regionales, el Mercado de Cercanía Punilla Sur ofrece artesanías y alimentos provenientes de cooperativas, pequeñas empresas y agricultores familiares.

Visita. Juri, Pérez, Tissera, Giménez, Pérez, Sosa y Bustos en el flamante predio del Mercado.

Icho Cruz es una comarca serrana surcada por el Río San Antonio, al sur del Valle de Punilla, en Córdoba. Allí, en el predio que ocupaba la Casa de la Cultura de la Cooperativa Integral ( COOPI) de Carlos Paz, se inauguró el Mercado de Cercanía Punilla Sur. Primero en su tipo, fue creado como un espacio social, cultural y solidario donde se concentra gran parte de la producción local (alimentos y artesanías) que proviene de la economía regional. «Estamos cumpliendo un mes y lo celebramos con un evento que reunió a los feriantes, cooperativas y artesanos que integran este mercado junto a los vecinos y turistas», expresó Rodolfo Pérez, coordinador general del Mercado, mientras recibía a una comitiva de visitantes integrada por Pablo Tissera, jefe de la filial Córdoba del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, Natalia Bustos, subsecretaria de Empleo Verde del Ministerio de Ambiente y Economía Circular de Córdoba, Miguel Sosa, de la Dirección de Jurisdicción del mismo Ministerio, y Adolfo Mena, presidente de la COOPI.
El Mercado de Cercanía Punilla tiene dos estructuras edilicias que contienen espacios de muestra y venta directa. La casona tipo alpina (sobre la calle San Justo 50) está reservada a los artesanos locales que exhiben allí indumentaria, bijouterie, productos de papelería, cosmética natural y juegos didácticos, entre otros rubros. Tras este edificio se encuentra otro espacio con especial acondicionamiento para despacho y ventas (mostradores, vitrinas, balanzas, heladeras, cámaras de refrigeración), que muestra lo producido en la región, bajo las normas de la agroecología y la agricultura familiar. «Acá los feriantes traen la verdura y hortalizas recién salidas de sus huertas, todo del productor al consumidor», aseguró Pérez, siguiendo con la visita guiada que propicia encuentro y diálogo con los productores que rodean el poblado de Icho Cruz. Tal es el caso de Matías Zurbriggen: «Hacía mucha falta un espacio concentrador así, porque alienta al trabajador local –dijo mostrando sus alimentos caseros, como escabeches de pollo y dulces–. Ahora los vecinos y visitantes tienen una variedad de opciones, para compras de alimentos saludables, sin trasladarse a las granjas que están alejadas del centro turístico». En esta área del Mercado de Cercanía pueden adquirirse cactus y suculentas, materias primas o comidas hechas, fiambres, quesos, alimentos veganos y vegetarianos, panificados, yerba mate, sales saborizadas, miel. 
«La Coopi apoyó inmediatamente esta iniciativa del Mercado de Cercanía y pusimos, mediante un convenio a diez años, este predio para su correcto funcionamiento; creemos que es beneficioso y tiene un potencial regional enorme. Resulta muy grato que toda la comunidad lo reconozca como un bien común», dijo Adolfo Mena durante el recorrido entre los flamantes puestos del mercado. «Desde el Estado provincial de Córdoba tenemos la responsabilidad de acompañar al máximo estos espacios porque creemos en las empresas cooperativas y los programas que se derivan de la Economía Regional y Circular, que generan ingresos y desarrollo comunitario», aseguró, por su parte, Natalia Bustos. Se estima que se generaron unos 20 puestos de trabajo en el predio del mercado y más de 50 trabajadores están vinculados indirectamente en las áreas de producción de las mercaderías.
Al finalizar la visita, Rodolfo Pérez contó cómo se fue gestando el proyecto, que llevó tres años de arduas tareas: «Este emprendimiento nace a partir de darles mejores condiciones de trabajo a las ferias ambulantes en espacios abiertos, brindándoles espacios cerrados y permanentes que benefician mucho a los feriantes. Empezamos a entrevistarnos con productores de la zona para ver la factibilidad de crear un mercado; fuimos afianzando día a día vínculos con cooperativas, asociaciones civiles, micropymes, empresas familiares y quedó en evidencia que estaba la necesidad de una construcción colectiva donde todos pusiéramos el hombro en pos del bien común». La Multisectorial 21F de Punilla Sur, la Asociación Civil Nuevo Paradigma Circular y una decena de organizaciones como La Alameda, el IMFC, la Asociación Civil la Mandinga de las Sierras, la comunidad rural Arabela, la comunidad TICA, Pueblo Nación Comechingón, MAyES de Carlos Paz y Punilla sur e INTA colaboraron para concretar el proyecto.
«Desde el IMFC acompañamos en la gestión ante diferentes organismos del Gobierno nacional para que este proyecto fuera posible –remarcó Pablo Tissera–. Estamos convencidos de que en tiempos de crisis económica apostar a generar canales de comercialización a pequeños productores regionales y artesanos es fundamental por su perspectiva inclusiva y solidaria e imprescindible para hacerle frente al flagelo de la pobreza y la desocupación producto de la aplicación de políticas neoliberales.»

Pequeños productores. Matías Zurbriggen, que elabora conservas y huevos de campo, destaca la oportunidad de llegar a los consumidores.

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