9 de octubre de 2025

Foto: Jorge Aloy
Organizada por el departamento de Estudios Políticos del CCC, en la sala Jacobo Laks se llevó a cabo la presentación de Frantz Fanon. La violencia de la tierra, libro del sociólogo y ensayista Eduardo Grüner, editado por la Universidad Nacional de General Sarmiento. A cargo de los comentarios estuvieron Gisela Catanzaro (docente y ensayista), Martín Cortés (coordinador del Departamento de Estudios Políticos del CCC) y Diego Giller (investigador de la UNGS y CCC).
«Este es un libro que tiene un triángulo constitutivo, que es el triángulo de la relación entre América, África y Europa, en el sentido de la conformación de la modernidad capitalista centrada en Europa. Es un triángulo también en los nombres que aloja y contiene, por supuesto el de Fanon, pero también el de Marx y el de Sartre», señaló Giller en la apertura.
Para Cortés, «tensión, tragedia y dialéctica» son las «tres palabras grünerianas» del libro que «están orientadas a pensar un mismo mapa de problemas». En efecto, la tensión entre lo nacional y lo cosmopolita, la tragedia en el colonizado y en la modernidad y la dialéctica en la lucha de clases, «lo que Eduardo ofrece con esta familia de conceptos, con esos trabajos que nos da es una solución en el sentido de cómo confrontar el problema de insistir en una tradición teórica universalista, pero hacerlo desde una posición periférica».
«El Fanon de Eduardo no quiere ser el Fanon del mito y tampoco quiere ser el Fanon objeto de análisis», dijo Catanzaro y explicó que el autor se aparta de la lectura mitificante y objetivante de la academia «que le roban lo que ese objeto, que es más que objeto, tiene de inconcluso, de promesa, de inacabado para explicar el problema de la violencia capitalista colonial».
Por su parte, Grüner aseguró que «el tema de la violencia, como se ha dicho acá, efectivamente es una columna vertebral de nuestra historia, de la historia de la humanidad, por supuesto, de la historia de la cultura, por lo menos seguro de la cultura occidental; vale la pena recordar que la literatura occidental empieza con la crónica de una violentísima guerra que es la guerra de Troya». «Eso –añadió el ensayista– ha estado muy bien leído tanto por Gisela como por Martín, en el caso de Fanon es efectivamente un organizador en este sentido de no celebrar y al mismo tiempo no negar la violencia».