Cooperativismo

La economía social ante el desafío educativo

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Uno de los grandes logros progresistas y emancipatorios de la última década es la fundación de nueve universidades públicas que, con decidido carácter federal, se llevó a cabo en regiones postergadas como el conurbano bonaerense, vastísimo territorio en el que, según el último Censo Nacional 2010, viven 10 millones de personas. De ellas, más de 2,5 millones son jóvenes de entre 18 y 25 años. Las nueve universidades creadas a partir de 2003 (seis de las cuales se emplazan en el conurbano) explicarían el masivo aumento de la matrícula universitaria nacional, que hoy supera los dos millones de estudiantes. Esto habla de una decidida política pública de carácter inclusivo, fundamentalmente cuando se observa que el 75% de quienes actualmente cursan carreras en estas universidades son la primera generación de universitarios en su familia, un fenómeno que expresa cómo responde la sociedad cuando la educación se convierte en un derecho y el Estado asume plenamente la obligación de garantizarlo. Por otra parte, se ha avanzado en experiencias valiosísimas en materia de vinculación de las políticas de extensión universitaria con el entramado de pymes y mipymes del territorio metropolitano. También se dan articulaciones interesantes entre las nuevas universidades y el creciente ámbito de la economía social, tanto por parte de las cooperativas tradicionales como también desde fenómenos más recientes como las empresas recuperadas y las cooperativas de trabajo. Existen vínculos tecnológicos, se abren posgrados en Economía Social y dirección de pymes; y existen cátedras de Economía y Ciencias Sociales interesadas en introducir temáticas y soluciones concretas desde un campo alternativo al pensamiento único.
Aun así, debemos reconocer que existe un amplio escenario a cubrir en materia de enlace entre el ámbito universitario y el creciente rol de las cooperativas y pymes, sector  que, por otra parte, demostró, en los últimos ciclos de crisis un activo rol en la defensa del trabajo y el empleo: las empresas de la economía social representan el 10% del PBI y cerca de 10 millones de ciudadanos participan en ellas como usuarios, mientras que el universo pyme, con más del 90% del total de establecimientos a nivel nacional, genera el 52% del empleo en el país y su participación en facturación alcanza el 45% del total nacional. Nuestra experiencia de un cooperativismo democrático y transformador,  abordado desde las universidades, significaría un aporte valiosísimo en el debate de ideas y alternativas para alcanzar una sociedad más justa.
Es importante, además, promover la implementación del artículo 90 de la Ley de Educación, que establece la incorporación de los principios y valores del cooperativismo en los procesos de enseñanza y aprendizaje en todos los niveles del sistema educativo argentino, inclusive en la formación profesional, en la investigación científica y en la extensión universitaria. Tenemos entonces un enorme desafío como cooperativistas y educadores en cooperativismo, es necesario propiciar estos enlaces con los ámbitos universitarios más cercanos a nuestras cooperativas y establecer y profundizar estas relaciones para que, de esta forma, el quinto principio universal del cooperativismo (educación, formación e información) tenga una influencia profunda en la formación de los trabajadores y profesionales que construirán un futuro con valores humanistas y solidarios.

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