10 de diciembre de 2024
Comenzaron brindando agua y electricidad y hoy prestan servicios tecnológicos para Netflix y Google. Historia de una entidad fundamental para su comunidad.
Orgullo. Cejas y Casaliggi en las oficinas de la entidad nacida en 1949 y que hoy cuenta con 125 integrantes.
Foto: Juan Manuel Quintanilla
La Cooperativa de Provisión de Servicios de Batán nació en el año 1949 con una historia similar a la de tantas otras entidades a lo largo del país: la necesidad de acceder a servicios básicos. Un par de pioneros de la localidad ubicada en el partido de General Pueyrredón se organizaron para tener electricidad. Desde entonces, no pararon de progresar: hoy son una cooperativa de gran importancia en la zona, con prestaciones de todo tipo.
Aquellos orígenes son recordados por Claudia Patricia Cejas, presidenta de la cooperativa de Batán. «Fue una convocatoria encabezada por el entonces presidente de la Sociedad de Fomento de Batán, don Emilio Martín Larraya, y por algunos vecinos más. Generó gran entusiasmo no solo entre la gente que vivía en la zona o tenía propiedades, sino también de Mar del Plata, que vio con simpatía la iniciativa y deseaba ser partícipe de un proyecto de gran futuro», relata. Y agrega: «Él fue el precursor, el visionario», agrega.
En la década del 60 comenzaron a instalar las primeras líneas de telefonía, en paralelo al desarrollo de la red eléctrica que luego pasaría a ser administrada por la empresa estatal Agua y Energía.
La cooperativa seguía creciendo a la par de la ciudad, llevando servicios de agua, de gas, de televisión. Cejas vio el proceso desde afuera, como una vecina más. Su abuela vive en Punta Mogotes, en Mar del Plata, y de más joven veía cómo Batán tenía agua y empezaba la red de gas y cloacas y su abuela no. «Hay una diferencia palpable entre una empresa y una cooperativa y es que vos en una corporación conocés la empresa, pero no al dueño. Acá sí, ves la parte humana que es la atención personalizada y cara a cara».
Antes de ser parte de la cooperativa, Cejas era comerciante y gestora. En el Consejo de Administración también hay docentes, jubilados, extrabajadores judiciales, personal administrativo y contable, entre otros.
También participan del consejo exalumnos del proyecto educativo, otro servicio de la entidad. Se trata del Colegio Caraludmé (que en lengua mapuche significa «pueblo tranquilo»), que surgió en la década de 1990 por iniciativa de una docente de Batán y otra de Mar del Plata. Estas profesionales presentaron el proyecto y el Consejo de Administración tomó la iniciativa de llevarlo adelante, dándole inicio a un nuevo sueño para la ciudad. Se iniciaron con un jardín maternal y una sala de 3, 4, y 5 años integrada. Hoy la escuela cuenta con 524 alumnos en los tres niveles educativos.
«La cooperativa es parte de mi identidad batanense, es como una gran familia. Nos ha brindado cosas básicas y esenciales como una línea telefónica, muy importante para la vida y el desarrollo de la ciudad. Ha sido fundamental», afirma Cejas.
Crecimiento auspicioso
Hoy la Cooperativa Batán está conformada por 125 personas y brinda servicio de telefonía fija, móvil, cable, internet, un datacenter, la escuela y sigue creciendo.
Datacenter es el servicio que provee almacenamiento para empresas, uno de los hitos más importantes y destacables. Google, Netflix y Facebook contrataron su servicio y tienen parte de sus contenidos almacenados en esa planta. «Los usuarios de la cooperativa, al conectarse a estas plataformas, lo hacen a través de la nube, un gran disco rígido donde se almacenan los contenidos que más se consumen. Esto permite ahorrar ancho de banda y que la comunidad tenga un servicio más rápido que si tuviera que ir a la nube central», cuenta con orgullo Gabriel Casaliggi, gerente general de la cooperativa.
Nube propia. Datacenter es el servicio que provee almacenamiento para empresas, uno de los hitos más importantes.
Foto: Juan Manuel Quintanilla
«Hay mucha tecnología aplicada que hace que exista la conectividad. Lo que nosotros hacemos también es brindarle parte de nuestros servicios a pymes donde cargan sistemas, páginas web, bases de datos o lo que necesiten para funcionar. Lo que las empresas privadas tercerizan a grandes nubes, nosotros lo tenemos acá, lo cobramos en pesos y brindamos el diferencial que es la atención personalizada», agrega el gerente.
Casaliggi comenzó en enero de 2001 como técnico en atención telefónica. El servicio de internet contaba apenas con 50 abonados. «Hice mi carrera profesional acá adentro. Aprendí mucho y todos los proyectos que hoy están en pie los fuimos desarrollando con compañeros, muchos de manera autodidacta. La parte informática es con software libre, lo que tiene un valor muy grande y es un orgullo personal. En todos estos años sucedieron muchos hitos que marcan el crecimiento de la localidad de Batán también».
Al recorrer las instalaciones de la cooperativa, el gerente y la presidenta cuentan sobre las líneas telefónicas fijas y su funcionamiento: «Todavía quedan cerca de 6.000 líneas activas, que están haciendo el traspaso a nuevas tecnologías. Hoy hay solo 1.000 líneas con los cables tradicionales. La antigua central telefónica pronto va a desaparecer en este proceso de transformación de las telecomunicaciones. Parte de este proceso de modernización y la adquisición del equipamiento para la nube fue gracias al apoyo del Inaes (Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social) en anteriores gestiones», dicen los entrevistados.
Batán es una ciudad con alma de pueblo. La cooperativa crece a medida que la necesidad de su propia comunidad lo demanda. Y tiene un importante rol social. No solo brindan servicios, también tiene un espacio que prestan una vez por semana a un Centro de Jubilados, que en otro momento daba asistencia a los médicos de PAMI. También poseen un predio de 3,5 hectáreas en donde se hará el futuro polideportivo de la ciudad y mientras tanto tiene uso social a cargo de dos clubes de barrio y la escuela.
Cuando empezó era una cooperativa de electricidad tradicional, hoy el proyecto va hacia las energías renovables. También están muy enfocados en las nuevas tecnologías, brindando servicios al parque industrial y a la municipalidad de General Pueyrredón.
Sin embargo, la ciudad de Batán sigue teniendo necesidades básicas como el asfalto de las calles: «Como cooperativa de obras y servicios públicos las necesidades de la comunidad también las vemos y estamos presentes», afirman.
La visión de crecimiento sigue vigente: pronto inaugurarán una antena propia de 4G para brindar el servicio de telefonía celular y datos en la localidad de Estación Chapadmalal a través de la empresa Imowi. Tendrá una cobertura de 20 kilómetros en una zona urbana donde no hay ningún servicio de internet móvil de otras empresas. «El contexto económico actual nos afecta, como a todas las cooperativas, pero con nuestra mirada comunitaria y asociativista vamos a darle conectividad a un pueblo que lo necesita», concluyen.