Cooperativismo | ENTREVISTA ABIERTA

«Las guerras son por la información»

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Jorge Freidemberg

Una profunda charla con el escritor Santiago O’Donnell fue el puntapié inicial del ciclo Pensar la Argentina que acaba de comenzar en el Centro Cultural de la Cooperación y que conduce Horacio Embón.

Foto: Jorge Aloy

En el Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini se lleva a cabo el ciclo de entrevistas abiertas Pensar la Argentina, con la conducción del reconocido periodista Horacio Embón. Los encuentros se realizan los últimos lunes de cada mes y en el segundo el protagonista fue el periodista y escritor Santiago O’Donnell, editor en jefe de la sección El Mundo en Página/12, y autor de los libros de investigación Argenleaks: los cables de Wikileaks sobre la Argentina, de la A a la Z (2011); Politileaks: todo lo que la política argentina quiso esconder. Sus secretos en Wikileaks de la A a la Z (2014); Argenpapers. Los secretos de la Argentina offshore en los Panamá Papers (junto con Tomás Lukin, 2017); y Hermano. La confesión de Mariano Macri sobre la trama de poder, política, negocios y familia de su hermano Mauricio (2020), entre otros.

Embón destacó que «hoy hablamos mano a mano con Santiago O’Donnell sobre las filtraciones de la información, el tráfico de noticias, los paraísos fiscales, y de cómo se maneja el poder periodístico y el poder mundial más allá de los resultados electorales –contó el periodista–. También de las estafas de conciencia y, sobre todo, de Julian Assange, particularmente porque Santiago fue a visitarlo cuando él estuvo en Londres».

Embón también se cuestionó: «Lo que quiero saber y preguntar es cuánto cuesta hoy decir la verdad. La ministra de Seguridad de la nación está armando una red informática de patrullaje cibernético para saber quién es quién, y quién dice o desdice las historias del Gobierno». Y concluyó: «Creo que este es un ciclo muy valioso en estos tiempos en los que dar estos debates es de una vital importancia, por eso lo llamamos “Para pensar la Argentina”. La Argentina que no está en los medios, la que no está en las redes sociales».

Por su parte, O’Donnell amplió para Acción estos conceptos: «Creo que hoy en día la información es más importante que los recursos naturales. Antes íbamos a la guerra por religiones o por conquistar recursos naturales, y hoy pienso que las guerras son por la información y a través de la información –explicó el periodista–. Creo, incluso, que las megafiltraciones son como las bombas atómicas de las guerras de la comunicación; no es casualidad que cuando ocurrió el Cablegate, Estados Unidos dijo que era algo que había hecho Rusia en contra de ellos; y cuando salieron los Panamá Papers Putin y Xi Jinping dijeron que era un ataque de Estados Unidos».

Bots en lugar de soldados
Según O’Donnell, «las grandes filtraciones nunca son geopolíticamente neutras. Me parece que todo lo que estamos viendo de ataques de malware, virus bioquímicos, son todos elementos de esta gran guerra que hoy en día se combate más desde la información que desde las trincheras –reflexionó el investigador–. Las campañas de desinformación, los bots, me parece que han reemplazado a los cascos y a los soldados. Todo esto tiene mucho que ver con la mediatización, la digitalización y el enviar drones para no poner gente en tierra». De acuerdo con el periodista, los grandes estrategas de las guerras también han cambiado su enfoque: «Me parece que la confrontación uno a uno es muy violenta, muy descarnada, pero también tiene un costo político muy alto y a veces, si es a través de una pantalla, parece que no pasa nada, que es casi como un videojuego», graficó.

Durante la charla se le dio un importante espacio a la cuestión de Julian Assange, a quien O’Donnell entrevistó en Gran Bretaña antes de su liberación tras 1.901 días de prisión. Y también se refirió al «patrullaje cibernético» del Gobierno nacional ante una consulta de Embón: «Me parece que hay que hacer algo al respecto, hay cosas en ese proyecto de ley que me preocupan mucho. Como todo lo que tiene que ver con el monitoreo de la protesta social, que ellos llaman disturbios», explicó el periodista.

«Cuando surgió esta idea –detalló O’Donnell– inmediatamente me acordé de Mark Zuckerberg, el creador y dueño de Facebook, cuando compareció ante el Congreso de Estados Unidos. Él decía que su plataforma digital no era un medio de comunicación, sino que era un canal neutro por el cual la gente simplemente se comunicaba entre sí. Desligándose de cualquier responsabilidad», dijo el investigador, y luego concluyó: «Esas audiencias terminaron con el empresario admitiendo que Facebook sí es un medio de comunicación, que tiene una bajada de línea, una ideología y que sí tiene sus responsabilidades. Con este proyecto de ley del Gobierno pasa lo mismo, sí tienen responsabilidades, y es preocupante. Hay que estar muy atentos a todas estas cuestiones de vigilancia para que no se usen para criminalizar personas y protestas».

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