Cooperativismo | Fundación Garrahan

Las infancias, primero

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María José Ralli

La solidaridad y el apoyo colaborativo de la comunidad sostienen a uno de los proyectos de acceso a la salud más emblemáticos. El rol del Banco Credicoop.

Objetivo. Impulsar programas que articulen la participación comunitaria.

GENTILEZA

Sinónimo de niñeces, cobijo, cuidado, calor de hogar, la Fundación Garrahan recorre desde hace casi 34 años un camino signado por el compromiso con el cuidado de la salud de niños, niñas y adolescentes. La semilla que brotó desde la necesidad de aportar a la mejora asistencial se transformó en una comunidad abierta, de manos tendidas y solidarias que fomenta la participación ciudadana con el objetivo de brindar un presente mejor para quienes deben atravesar tratamientos médicos sostenidos en el tiempo, siempre con la mirada centrada en el paciente.
El universo de la fundación es amplio: incluye la Casa Garrahan (que hospeda a más de cuarenta familias de todo el país) para pacientes que necesitan cuidados temporales en el Hospital Garrahan de la Ciudad de Buenos Aires, pero también en los hospitales pediátricos Ricardo Gutiérrez y Pedro de Elizalde, programas de reciclado y medioambiente, cursos de capacitación e investigación, organización de eventos y programas colaborativos.
Silvia Kassab, directora ejecutiva de la fundación, cuenta que a lo largo del tiempo «se han tendido puentes que propiciaron una fuerte participación con diferentes objetivos». Los mismos van desde «promover actividades propias del hospital hasta el fomento de becas de formación para que pediatras de distintas provincias del país se capaciten en subespecialidades y puedan volver a sus lugares de trabajo con un avance a nivel académico». Según la funcionaria, el propósito es mejorar la calidad asistencial de las instituciones de salud.
Apuntar a una mirada federal dio sus frutos y desde el año 2005 se vienen intensificando en todo el territorio nacional programas de pasantías orientados a la capacitación de áreas técnicas, enfermería y docencia «porque para los pacientes crónicos que necesitan seguimiento especial es fundamental no perder la escolaridad», señala Kassab y cuenta que para ello existen programas con docentes de educación especial que dan una respuesta social.
El objetivo es generar no solo un impacto inmediato en la vida de las personas, sino políticas que se sostengan en el tiempo. Kassab explica que es fundamental la articulación con distintos sectores de la comunidad, primer eslabón en su encuentro con el sistema de salud. «Sostenemos la capacitación de agentes sanitarios, promotores de salud y docentes y fomentamos una alimentación saludable, prevención, vacunación, cuidado del niño sano, medio ambiente, todas áreas que entendemos que el promotor necesita de conocimientos puntuales para poder estar de manera más sólida e idónea al lado de las familias y para saber articular sus necesidades emergentes con el sistema de salud».

Puertas abiertas
La fundación no recibe partidas gubernamentales, es una articuladora entre la comunidad y las entidades que aportan donaciones y gestiona a su vez los recursos que provienen también de colaboraciones individuales que se suman a lo que genera a través de congresos y el reciclaje de las famosas tapitas de plástico. De este entramado comunitario participa la filial Balvanera de Banco Credicoop, con la cual la fundación tiene un vínculo muy cercano. Según Kassab, la Comisión de Asociados de la entidad es «un espacio que nos permite llegar a decisores, porque sabemos de la sensibilidad que tienen los asociados del banco». En este vínculo de puertas abiertas, «hacemos una suerte de alianza sólida, nos apoyan en la gestión y la administración, porque el único lucro que perseguimos es la mejora del sistema de salud y la formación del recurso humano».
La entidad cooperativa, cuenta Kassab, también colabora con el programa de reciclado y agrega: «Además, contamos desde hace mucho con aportes genuinos de colaboración y padrinazgo de Carlos Heller, quien dona su dieta de diputado nacional a la Casa Garrahan». «La fundación y Credicoop –concluye la directora– tienen puntos en común: la solidaridad y el cooperativismo».

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