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Manos a la obra

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Bibiana Fulchieri

Con más de 600 asociados y asociadas, la cooperativa de obras públicas Riveras del Suquía creció de la mano del modelo solidario. Vínculos con España y apoyo del IMFC.

Equipo. Parte del grupo de trabajo de la cooperativa cordobesa en su sede de la capital provincial.

Foto: Bibiana Fulchieri

En la oficina de la cooperativa cordobesa Riveras del Suquía sobresalen cajas y carpetas archivadas bajo el nombre de Almería. «Estuvimos un mes, entre abril y mayo, en la región de Andalucía representando a nuestra cooperativa en la Feria Expolevante 2024, donde se concentró el sector empresarial más importante del agro español e internacional», explicó, ya de regreso en Córdoba, Sergio Santolini, presidente de la entidad. 

Viviendas, obras viales, mantenimiento de espacios verdes públicos, reciclado y servicios de vigilancia son algunas de las prestaciones de la entidad, que nació brindando servicios de agua potable y cloacas. El viaje a España fue una invitación de la Universidad de Almería. «Estuvimos en un stand donde mostramos nuestros servicios cooperativos ante actores del sector agrario y entidades vinculadas –especificó Santolini– nos fue muy bien, ofrecimos mano de obra para invernaderos de cultivos, gastronomía y construcción; tratando de posicionarnos también fuera del país». 

Santolini contó que el contacto con el sureste andaluz comenzó el año pasado al participar de un congreso internacional del Centro de Investigación en Derecho de la Economía Social y de la Empresa Cooperativa. «Allí nos vinculamos con productores de tomates, porque Almería es el huerto de Europa, tienen enormes desarrollos en invernaderos y concretamente ellos nos solicitaron que les enviemos mano de obra cooperativa para sus cultivos». Ya se había realizado un pre-acuerdo con Coexphal (Asociación de Organizaciones de Frutas y Hortalizas de Almería) y volvieron a encontrarse con ellos en esta feria para concretarlos; pero sucedió justo en una coyuntura política adversa entre el Gobierno argentino con el de España, que derivó en un conflicto diplomático. «Por esto mismo, están suspendidos los trámites para que nuestros cooperativistas realicen sus contratos de trabajo en origen. Esperamos que la Embajada de España en Argentina reinicie sus funciones; nosotros ya avanzamos con los trámites para llevar 200 asociados a trabajar a España temporalmente; en condiciones legales y con garantía de vivienda, transporte y esparcimiento, gestionado por nuestra cooperativa», dice Santolini. También por las políticas del Gobierno nacional está suspendido el proyecto de crear en Almería la «Casa del Emprendedor Cordobés», donde se comercializarán productos de la economía social. «No están claras las condiciones para exportar».

En España. El evento de Almería permitió a la cooperativa ampliar sus vínculos con otros países del mundo.

Foto: Bibiana Fulchieri

Desde las orillas
Con 630 asociados, lejos parecen quedar los inicios de la cooperativa, en el año 2010. «¿Saben dónde estaba el domicilio de nuestra primera sede? En el barrio La Otra Banda, en La Calera; para no decir que vivíamos todos a orillas del río Suquía».  Allí, 12 vecinos se unieron para tener agua potable. «Teníamos que estar sacando agua en bidones del río y ponerle cloro nosotros. Después de lograr la instalación del agua domiciliaria tuvimos en 2012 un contrato del Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento con el que pudimos llevar agua y cloacas a 5.000 familias y fueron saliendo una cantidad de trabajos vinculados con las mejoras en  la calidad de vida». Vinieron luego los servicios de poda, limpieza y parquizados, no solo en La Calera sino también en Saldán, Arguello, Villa Allende. «También nos posicionamos en Córdoba capital, haciendo obras de envergadura; contratados por organismos municipales y provinciales, hicimos planes de viviendas, ya cada uno de los miembros de la cooperativa se había especializado en la construcción».

Santolini muestra catálogos de lo realizado y menciona también momentos difíciles:  «En 2015 nos adjudicaron una obra de electricidad y pintura en un Centro de Referencia  (CDR) de la Nación en Córdoba  y no nos pagaron. ¡Nos fundimos!». Allí recibieron mucho respaldo de entidades a las que «golpeamos las puertas hasta que pudimos pagar nuestras deudas y renacimos en 2019, con más ímpetu en capacitaciones, experiencia institucional y administrativa, para gestionar con cabeza empresarial pero con destino social; siempre pensando en los principios y valores cooperativos».

La Cooperativa amplió la cantidad de sedes en la provincia y en la ciudad de Córdoba, donde tiene oficinas en diversos puntos: Cerro de Las Rosas; en la Federación Unión Nacional de Cooperativas Argentinas de Trabajo; barrio Argüello; barrio San Vicente; Mercado de Abasto; y una nave en el Polo 52 del Parque Industrial de Córdoba. 

«Desde el IMFC acompañamos a Riveras de Suquía en sus inicios y lo hicimos con ayuda financiera mediante el Programa Nacional de Microcréditos –asegura Pablo Tissera, jefe de la Filial Córdoba del IMFC–. Pudimos ver el crecimiento de la misma hasta la actualidad, lo cual la constituye en una demostración de constancia, lucha y convicción. Visibiliza la posibilidad de generar trabajo en la producción de bienes y servicios localmente,  lo cual redunda en el sostenimiento de más de 600 familias, siempre de la mano de un Estado presente».

Experiencia. Durante la visita institucional del IMFC, Santolini exhibe parte de la trayectoria de la entidad.

Foto: Gentileza

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