27 de octubre de 2024
La biblioteca popular Palabras del Alma brinda apoyo escolar, actividades recreativas y más de 10.000 volúmenes a disposición de sus asociados. Apoyo del Banco Credicoop.
Taller de tejido. Una de las actividades más convocantes de la biblioteca.
Foto: Juan Quiles
En Peruzzotti, uno de los barrios más carenciados de Pilar, se encuentra la Biblioteca Popular Palabras del Alma. Fundada en 2008, es un lugar donde niños y niñas realizan actividades recreativas, se divierten y aprenden, pero también adultos utilizan sus instalaciones para cursar el Plan Fines y acceder a material de lectura. La biblioteca tiene en sus anaqueles unos 10.000 libros, con temáticas como derechos humanos, pueblos originarios, género, libros de cuentos, manuales, libros de cocina y revistas de tejido.
Hernán Nemi, uno de los fundadores e integrante de la comisión directiva, cuenta la historia de la entidad. «En el año 2000 arrancamos un proyecto de apoyo escolar en el barrio Peruzzotti y después de 8 años de ese proyecto, que hacíamos en un lugar que nos prestaba la parroquia, nos pareció que el barrio estaba necesitando más espacios de apoyo escolar, de libros, de alfabetización, de encuentros comunitarios, de actividades culturales».
Barajaron varias ideas: un centro comunitario, un centro cultural y finalmente se decidieron por la biblioteca. «Nos parecía que tenía más sentido popular, barrial, y así nació la biblioteca en mayo de 2008. Todo ese año funcionamos los sábados como biblioteca ambulante en la plaza del barrio. A partir de 2009 alquilamos un espacio propio y ya en 2014 nos trasladamos a este lugar, que es un terreno cedido por el municipio donde nosotros también, comunitariamente, construimos este espacio».
Un salón central, dos aulas donde se cursa el Plan Fines (pensado para que jóvenes y adultos terminen la secundaria), un galpón para donaciones, otro de herramientas y, en el fondo, una huerta, además de un galpón de adobe del grupo de teatro, son los sectores de la biblioteca. Trabajan en ella cerca de 60 voluntarios. «En este momento es central la alfabetización porque hay muchos chicos que están avanzados en su escuela primaria y no aprendieron ni a leer ni a escribir. En este momento, después de la pandemia, eso es central, hay apoyo escolar, hay talleres para niños, hay taller de informática, hay taller de radio», enumera Nemi.
Expandir fronteras
Desde que nació la biblioteca, todos los años organizan viajes solidarios a San Pedro, una humilde localidad de la provincia de Misiones. Como resultado del contacto fluido con la gente de ese lugar, se inauguraron bibliotecas en distintos puntos de la provincia. En 2013 se inauguró la homónina Biblioteca Popular Palabras del Alma en la Comunidad Guavirá Poty (San Pedro). Actualmente, hay un total de 20 bibliotecas en comunidades guaraníes.
Nemi destaca que además de brindar afecto, contención y alimento, la biblioteca cambia las perspectivas de los chicos que la frecuentan. «Esto que hacemos es ensanchar horizontes. Lo que vemos después de 16 años es que muchos chicos que crecieron con nosotros, sobre todo varones que en los barrios populares normalmente dejan la escuela antes de terminarla, ensancharon sus horizontes». En efecto, algunos piensan en estudiar teatro, otros colaboran los sábados y otros se convirtieron en lectores.
Mancomunados. Nemi, Zecchini, Güemes y Barrientos con los alimentos donados por el Banco Credicoop.
Foto: Juan Quiles
Sostén crucial
Si bien se padece hambre en los barrios, Nemi señala que no pierden de vista que son una institución cultural y educativa: «En todo caso somos una biblioteca que cuando la cosa se pone más dura reforzamos las meriendas, por eso les pedimos a los amigos del Banco Credicoop ayuda con eso». Se refiere a la filial Pilar del Banco, que es un apoyo fundamental desde los orígenes. «Desde que nosotros nacimos como biblioteca tenemos cuenta en el Banco Credicoop, también por una cuestión ideológica nos parecía importante que nuestra cuenta fuera en un banco cooperativo, comprometido con la comunidad, y la verdad es que desde siempre el trato fue muy de encuentro mutuo», remarca.
«En algún momento nosotros hicimos cafés literarios en el Banco los fines de semana para los asociados y el Credicoop permanentemente nos ayudó con computadoras, con mobiliarios. En este momento, que lo fundamental es la comida, hicieron una colecta impresionante, así que ahí vino una gran cantidad de comida que está haciendo mucha falta», agrega.
La última donación de alimentos se realizó en la biblioteca con la presencia de representantes de la filial Pilar de Credicoop. Asistieron Lorena Güemes (gerenta), María Zecchini (integrante de la comisión de asociados) y Hernán Barrientos (Oficial de Negocios Pyme).
«La dirección del Banco Credicoop, con el objetivo de atender las necesidades alimentarias emergentes de la actual coyuntura económica, decidió crear un “Fondo extraordinario para instituciones de asistencia alimentaria”. El mismo fue asignado a las Comisiones Asesoras Zonales que a través de las Comisiones de Asociados de las filiales distribuyen la ayuda a instituciones o comedores comunitarios que se encuentren brindando asistencia alimentaria», explicó la gerenta.
Cabe señalar que los alimentos fueron comprados a proveedores locales, para que esto no solo apoye a las instituciones receptoras, sino que también fomente el desarrollo económico regional.
Desde 2012, Mabel es una de las tantas colaboradoras que se sumó a la institución pilarense, donde terminó sus estudios en 2018 bajo el Plan Fines. «Yo conocí la Biblioteca porque tenía problemas de violencia de género, así que gracias a Dios pude salir de ese trago amargo de la vida», subraya con alivio. Ella ayuda los sábados preparando la comida para los chicos y chicas, y está en el taller de tejido. Actualmente su propia hija de 22 años está terminando los estudios secundarios y sus hijos menores van al taller de fútbol. Para Mabel, colaborar en lo que se pueda, estar y sobre todo, cocinarles a los pequeños y pequeñas, «te enriquece el alma».