13 de noviembre de 2025

Se presentó, en el Centro Cultural de la Cooperación, Olvidar es imposible, de Sergio Maldonado, hermano de Santiago Maldonado, joven víctima de la desaparición forzada seguida de muerte en agosto de 2017 en la Lof Cushamen, Chubut. Santiago Maldonado desapareció el 1° de agosto de 2017, tras un desalojo violento de Gendarmería en la Lof en Resistencia Cushamen, provincia del Chubut, por orden de la entonces ‒y también actual‒ ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, durante el gobierno de Mauricio Macri. Santiago estuvo desaparecido 78 días. Su cuerpo sin vida fue encontrado el 17 de octubre de ese año en el Río Chubut, 400 metros río arriba de donde fue visto por última vez.
«Yo veo a Sergio recorrer el país y me acuerdo de Discépolo cuando escribió: “Te duele como propia la cicatriz ajena”. O del Che enseñándoles a sus hijas a conmoverse por el dolor ajeno. Por eso invito a escuchar a un revolucionario de la memoria, la verdad y la justicia». De este modo presenta Enrique «El Indio» Zabala a Sergio Maldonado. También integró la mesa Ana María Careaga, psicóloga y militante por los derechos humanos.
«Este libro es una herramienta para contar y también para proponer cosas», dijo Sergio. «Hoy siento que puedo contar y compartir todo lo que pasé. También el libro me permite recorrer el país, conocer gente y ver qué está pasando en distintos lugares».
Por su parte, Careaga, señaló: «Este libro es un mensaje para la familia y los amigos, pero también para el poder. En este relato pormenorizado de los días que vivió, Sergio muestra el alcance, la magnitud y el desamparo que implica para una familia la desaparición de una persona. Olvidar es imposible, como dice el título del libro, ese es el efecto de la desaparición».
Patricia Bullrich, actual ministra de Seguridad, estuvo al mando de esa cartera también durante el macrismo, fue ella quien ordenó el desalojo de la ruta lindera al río Chubut, y fue ella también quien encubrió a los responsables materiales y justificó el operativo contra el pueblo mapuche. «En el caso de Santiago hubo, sin dudas, respaldo de la ministra de Seguridad al accionar de las fuerzas, y los medios fueron funcionales. Hubo todo un entramado para desaparecer, ocultar y seguir en impunidad. Yo todavía trato de frenar a Bullrich y su sistema represivo, pero estoy un poco frustrado con eso porque ahora será senadora. Obtuvo el apoyo social», sostuvo Sergio.
Careaga, por su parte, señaló: «El impacto que generó en la sociedad el caso de Santiago no puede entenderse sin entender la lucha de los organismos de derechos humanos durante la dictadura y en democracia, sin la figura del desaparecido en Argentina. Y recuerdo cómo me emocionaba –por esos días de la búsqueda de Sergio– el rol de los gremios. En cada aeropuerto, en cada hospital, en cada universidad se marcaba la ausencia de Santiago. De alguna manera se logró instalar la continuidad de la desaparición forzada de personas».
Sergio también remarcó lo que cuesta lidiar con el «aparato judicial». «Ellos tienen todo a su favor, manejan todo desde sus escritorios, mientras nosotros, las familias de las víctimas de la violencia estatal, tenemos que movernos, conseguir pasajes, entender la causa, seguir en movimiento en busca de una justicia que no llega».
Además de una herramienta, Olvidar es imposible funciona como un disparador para recorrer el país y mantener en agenda los derechos humanos. «Una suerte de charla itinerante, donde el libro sea una excusa para hablar de otras problemáticas», asegura Sergio, quien además adelantó que tiene propuestas: cambiar el nombre del día de la violencia institucional por el día de la violencia estatal, y conseguir el apoyo de legisladores de todo el arco político para fortalecer las políticas de derechos humanos y profundizar el trabajo sobre la figura de desaparición forzada en democracia.
«Cuando la desesperanza está por vencerme –concluyó Sergio– alcanza con ver a las Madres y a las Abuelas, ellas despejan cualquier duda. Nos está quedando un vacío enorme, vamos quedando un poco huérfanos, porque nada podrá reemplazarlas, pero en algún punto son eternas. Como lo es Santiago».
