16 de septiembre de 2022
La cooperativa surgió con la convicción de poner en valor el conocimiento, sustituir importaciones y generar productos de calidad a precios populares.
En el mercado. En breve empezarán a competir con medicamentos y test rápidos para detección de HIV, Hepatitis C y otros.
Foto: gentileza Farmacoop
«Farmacoop es el primer laboratorio recuperado del mundo», ostenta la cooperativa que nació en 2018 cuando el laboratorio Roux Ocefa presentó la quiebra y un grupo de trabajadoras y trabajadores dieron inicio a un camino que los llevaría, con mucho esfuerzo, a conformarse en una cooperativa de trabajo que cumpliría, apenas dos años después, un rol fundamental en plena pandemia de COVID-19.
Con el objetivo de volver a ser un laboratorio de vanguardia, «con responsabilidad y perspectiva social», atravesaron un proceso «muy duro y de mucha lucha, pero siempre con las ganas y las fuerzas que tenemos hoy en día», cuenta Emanuel Stolerman, tesorero de la cooperativa.
Hoy son 50 los trabajadores y trabajadoras repartidos en las plantas de Villa Luro y Villa Lugano que demuestran día a día que se puede generar trabajo y sustituir importación desarrollando y fortaleciendo la mano de obra nacional, garantizando productos de primera calidad a precios populares.
Pandemia y después
Cuando todavía estaban atravesando el proceso de recuperación irrumpió la pandemia y la cooperativa se vio obligada «a hacer un giro de 360 grados». «En ese momento estábamos apuntando a la habilitación de medicamentos, pero nos pusimos a disposición de nuestro pueblo y encaramos la habilitación para producir alcohol en gel y alcohol al 70% y también para la habilitación de productos médicos», resalta Stolerman y cuenta con orgullo que así salió al mercado Farmacov Test, el primer test rápido nacional para detección de COVID-19 diseñado íntegramente por científicos del Instituto CINDEFI-CONICET de la Universidad Nacional de La Plata en vinculación con la empresa tecnológica Bamboo Biotech con tecnología de punta en biología molecular.
Hoy Farmacoop se posiciona competitivamente en el mercado con la producción de productos sanitizantes, cosméticos y kits de detección serológica de COVID-19, todos aprobados por ANMAT.
Para seguir creciendo necesitan un rol activo del Estado, «con un acompañamiento constante, con apoyo financiero», señala Stolerman y subraya: «También un rol fundamental es la facilitación de acceso a créditos».
En este sentido, se firmó un acuerdo entre el Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación y el Banco Credicoop que desde Farmacoop sostienen que tendrá un impacto positivo «en vistas a que uno de los principales objetivos de la cooperativa es fortalecer el trabajo conjunto entre Estado, conocimiento y producción, buscando resultados en función de las necesidades de nuestra patria».
«Nos ponemos a disposición cuando creemos que el Estado va en una dirección que consideramos correcta y para construir algo en conjunto», fueron las palabras de Bruno di Mauro, presidente de la cooperativa, el día de la firma del convenio entre el MINCYT y Credicoop, y resumió: «Comenzamos a trabajar con el mundo científico con mayor nivel de complejidad cuando empezamos a pensar en sustituir importaciones desde la autogestión, con un objetivo político de soberanía y lo hicimos por convicción».
Mientras tanto, las herramientas para avanzar no son pocas. Ante todo, la fuerza laboral, «ya que nos gusta trabajar y hacer las cosas bien», señala Stolerman y adelanta que en breve empezarán a competir en el mercado con medicamentos que no tienen reemplazo y con productos médicos «sustituyendo test rápidos para detección de HIV, Hepatitis C y varios más que vamos a sacar dentro de unos meses».
La realidad empujó a Farmacoop a constituirse en cooperativa y su objetivo de soberanía la impulsó a poner el conocimiento y la fuerza de trabajo «en función social, en lo que necesitan las empresas y el pueblo y donde el rol del cooperativismo es fundamental».