11 de diciembre de 2013
Como parte de las IV Jornadas del Departamento de Historia del Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini y de la Asociación de Historiadores Latinoamericanos y del Caribe (ADHILAC), tuvo lugar, en la sala Raúl González Tuñón del ccc, la mesa redonda «Revoluciones, terrorismo de Estado y democracia. Un largo recorrido hacia la segunda emancipación y la unidad de Nuestra América». Un panel estuvo conformado por Marcos Roitman (sociólogo, analista político y ensayista chileno-español), Carolina Crisorio (historiadora, investigadora de la UBA e integrante de la ADHILAC Argentina), Daniel De Lucia (profesor de historia del Instituto Joaquín V. González e investigador del ccc), Oscar Azócar (sociólogo y ex director del Instituto de Ciencias Alejandro Lipschutz, Chile) y Dolores Cordero Negrin (coordinadora del Archivo Histórico del Ministerio del Poder Popular para Relaciones Exteriores de la República Bolivariana de Venezuela).
De Lucia se refirió a la experiencia de la Unidad Popular, coalición de partidos que llevó a la presidencia de Chile a Salvador Allende en la década del 70, y su rol en el enfrentamiento con la ofensiva reaccionaria.
Por su parte, Cordero comentó la experiencia en el Ministerio de Relaciones Exteriores venezolano sobre la integración latinoamericana. «Nosotros, a lo largo de nuestra investigación, pudimos constatar que ese tema no se había trabajado en nuestro país, mientras que en otros países, como en Chile, Argentina o Perú, se había trabajado muchísimo desde el siglo XIX para acá», subrayó. Y comentó que pudieron descubrir que en el propio Archivo Histórico de la cancillería venezolana había documentación valiosa sobre el Congreso de Panamá, convocado por Simón Bolívar en 1826.
Por su parte, Azócar manifestó su disenso frente a los autores que afirman que el programa de la Unidad Popular fue un proyecto demasiado avanzado e inviable porque planteaba el socialismo y transformaciones revolucionarias. Y agregó: «Yo creo que el gobierno de la Unidad Popular respondió a su tiempo». Para finalizar, Roitman hizo énfasis en un año significativo a nivel mundial. «A partir de 1948, por primera vez en la historia mundial, aparece un cambio crucial: el eje ya no está en Europa, el eje pasa fundamentalmente al nuevo continente, a los Estados Unidos, y hay otra forma distinta de hacer política, de comprender la guerra y de comprender las relaciones internacionales».
