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Solidaridad en alerta

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María José Ralli

El mercado cooperativo de Bonpland sufrió dos robos en cuatro días. Denuncia de zona liberada y abrazo con la comunidad.

Abrazo y preocupación. Clientes y clientas del Mercado se acercaron a dar su apoyo el sábado 6 de enero.

Foto: Diego Martínez

Entre el 28 y el 31 de diciembre pasado, el Mercado de Economía Solidaria ubicado en la calle Bonpland 1660 de la Ciudad de Buenos Aires sufrió dos importantes robos. Los y las integrantes de esta red de comercio justo, gestionada por siete cooperativas desde hace 17 años, denuncian que «la falta de obras y pago de un sistema de seguridad acorde por parte de la Dirección de Desarrollo Gastronómico –de quien depende el espacio– sigue narrando su desidia histórica». 
El sábado 6 de enero, junto a la comunidad, organizaron una radio abierta y un abrazo simbólico para explicar lo sucedido y convocar a quienes quieran contribuir para sostener las pérdidas y los arreglos que deben realizarse con urgencia. 
«Nos sentimos desprotegidos, pero también hemos recibido mucho afecto de nuestra comunidad», sostiene Rosa Zambrano, miembro de la Cooperadora del Mercado, que confirma que «la salida a estas situaciones es colectiva». 

Crónica anunciada
Durante la madrugada del jueves 28 de diciembre un grupo de personas violentaron uno de los portones laterales, entraron y se llevaron del local de la cooperativa Colectivo Solidario una balanza, una computadora y una cortadora de fiambre. Ese día intentaron también entrar al local de la cooperativa Sonko, pero no lograron su cometido. 
«El primer día hicimos la denuncia correspondiente en la comisaría 14B, labraron las actuaciones, hubo policía, pero luego se fueron, a pesar de que habíamos pedido dejar una consigna porque venimos siendo objeto de robos, hurtos y vandalismos en los baños», relata Rosa Zambrano, presidenta de Sonko. A pesar de haber asegurado los portones y reforzado las entradas, el 31 de diciembre se produjo un nuevo robo, esta vez por la parte trasera del espacio. Esa madrugada violentaron cinco locales, Colectivo Solidario sufrió, nuevamente, robos de una computadora, balanza y cortadora de fiambre, que habían sido prestadas para poder seguir funcionando. De Sonko, ahora sí, robaron mercadería, una hidrolavadora, herramientas de trabajo y dinero en efectivo. También arrasaron en los locales de las cooperativas Cdepo y APF. «Rompieron las persianas, los candados, abrieron los portones y salieron como Pancho por su casa llevándose todo lo que encontraron», lamenta Zambrano y denuncia una «zona liberada». Aún sin nadie a cargo de la dirección de Desarrollo Gastronómico, «no tenemos con quién hablar, no sabemos a quién acudir y no tenemos ningún tipo de respuesta», añade. 
«Hacemos responsable al Gobierno de Jorge Macri, que está a cargo de la seguridad y a cargo de la administración de los lugares públicos», advierte, y recuerda que el Mercado «sigue sin habilitar, sigue sin final de obra y todavía seguimos esperando». 

Nuevo sistema. La entidad está recibiendo ayuda para instalar monitoreo de seguridad.

Foto: Diego Martínez

Vulnerables
Claudia Rojas, de la cooperativa La Parcela de Cedepo confiesa que se sienten «bastante vulnerables» y cuenta que siempre se manejaron con mucha confianza porque «en el barrio nos conocen, saben que somos organizaciones de la economía social y productores». Esta situación, cuenta Rojas, «nos limita totalmente para poder funcionar». El daño se extiende además a las y los trabajadores vinculados a la organización, como productores, cosechadores y elaboradores de productos lácteos. «Son varias familias las que trabajan en la producción, así que fueron días de no vender y no tener esos ingresos», cuenta, y agradece que «mucha gente, consumidores y vecinos se solidarizaron estos días». «Todo es a pulmón, el mercado está conformado por organizaciones y la mejor solidaridad es que todos sigan apostando y eligiéndonos en esta economía justa y en estos tiempos difíciles, donde lo necesitamos más que nunca», reflexiona Claudia Rojas. 
En tanto, Claudia Georgi, de la cooperativa La Asamblearia, señala que los hechos afectan «desde lo material, porque hubo destrozos que implican gastos para reponer materiales, pero también desde la idea de que el lugar esté desprovisto de cámaras de vigilancia y que cualquiera puede violentar un portón que es enorme y entrar. Encontramos hasta papeles prendidos fuego y esa vandalización es tremenda, es como una amenaza. Y ese es el daño más grande».
Para Georgi, esa sensación de «zona liberada» es a lo que más le temen, «ya que los sectores de las organizaciones populares, las economías sociales y regionales están abatidos en muchos sentidos en este momento». «Es difícil pensar con claridad, ahora, qué es lo que está pasando, qué es lo que se está amenazando acá», resalta y reconoce que la rápida reacción de la comunidad «quiere decir que hay gente que está y que es solidaria y que vale la pena seguir adelante». 
Ignacio Alonso es parte de la Cooperativa Colectivo Solidario, una de las organizaciones más afectadas. Luego del primer robo y con elementos prestados para poder trabajar el fin de semana, cuenta que se fueron a festejar fin de año «pensando que ya había pasado lo peor, pero el primero de enero nos enteramos que habían vuelto a entrar el sábado a la noche, a la madrugada, y el domingo estuvo el mercado con los portones abiertos durante todo el día». Para Alonso «fue raro que el Mercado estuviera tantas horas a la deriva, con las puertas abiertas» y detalla que «esta segunda vez vinieron con herramientas para abrir los candados de siete locales y robaron en cinco». «A nosotros nos robaron dos veces las mismas cosas, así que nos parte al medio, somos una cooperativa, no tenemos los recursos para afrontar esto» lamenta y agradece «que hay mucha solidaridad del sector, de los compañeros y compañeras de otras cooperativas que se acercaron a ofrecer herramientas para poder continuar trabajando, así como los vecinos, los consumidores y consumidoras también queriendo hacer un aporte». 
Hay mucho por hacer y por reponer. En asamblea se resolvió instalar un sistema de seguridad costoso para reducir la vulnerabilidad del Mercado. Quienes deseen colaborar, la organización lanzó una contribución solidaria a voluntad a través del alias mesbonpland. El mercado está abierto al público los martes, miércoles, viernes y sábados, de 10 a 20.

Diversidad. Comestibles, indumentaria y cosméticos, entre otros productos, pueden adquirirse en el lugar, abierto martes, miércoles, viernes y sábados.

Foto: Diego Martínez

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