Cooperativismo | BUENOS AIRES

Toda estampa es política

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Mariana Aquino - Fotos: Gabriela Hernández

Serigrafía en vasos, tazas, remeras y buzos con precios populares es la principal actividad de A pura estampa, un proyecto colectivo y transfeminista en la Villa 21.24.

Trabajo y refugio. APE se transformó en un espacio de contención, escucha y pertenencia.

A fines del 2018 un grupo de mujeres de la Villa 21.24 generó un espacio productivo para hacerle frente a la crisis. En enero de 2019 consiguieron maquinaria, a través de la aprobación de un proyecto productivo, y abrieron la cooperativa A Pura Estampa. Al principio hacían serigrafía, después sumaron sublimación y vinilos. Hacen remeras, buzos, tazas, bolsos, entre otros productos, con el apoyo de la organización social La Poderosa, de la cual son parte.

«Éramos un grupo de vecinos y vecinas de la villa 21.24 con ganas de trabajar y salir adelante, se trataba de un colectivo que daba contención a vecinos en situación de consumo problemático y vecinas con situaciones de violencia de género. Con el tiempo la cooperativa fue sufriendo cambios: se sumó una chica trans, se alejaron los varones de la cooperativa y así el proyecto fue tomando, sin querer, una perspectiva más transfeminista. Había nuevas compañeras que se iban a sumar, y quisimos avanzar en este nuevo formato solo para mujeres y disidencias porque muchas de las compañeras que participaban sufrían violencia de género y quisimos establecerlo así para que sea un lugar cómodo, seguro y de salida económica para las compañeras que estaban en esas situaciones», explica Bernardita Nana Dávalos, referente de la cooperativa.

Nana está desde el inicio, desde que soñaron con poder vivir de la cooperativa. Hoy tiene otro trabajo más porque con uno solo no le alcanza, pero la cooperativa es su pasión. ¿Por qué? «A mí me ayudó estar en la cooperativa –dice–. Soy migrante y es difícil conseguir trabajo en Argentina. Acá aprendí un oficio y tuve la posibilidad de estudiar. Ahora soy acompañante terapéutica y es gracias a las oportunidades que me dio la cooperativa. Entonces sigo en la cooperativa para ayudar a muchas mujeres que necesitan, yo soy la que más conoce las técnicas de estampado y sublimación, entonces capacito».

A Nana le gusta la cooperativa porque la considera mucho más que un espacio de trabajo: «Es un espacio de contención y escucha. Nosotras mismas elegimos nuestros días y horarios laborales, acá no tenemos un jefe», comenta Nana.

Indumentaria con mensaje. Los productos pueden adquirirse a través de las redes sociales de la entidad.


Industria en crisis
Hoy, el 67% de las prendas que se consumen en el país son importadas, la industria nacional se desploma. Lo que trae aparejado una grave crisis: desinversión, cierre de fábricas, más despidos y más precarización. Este contexto afecta especialmente a las cooperativas, que, sin respaldo del Estado y con un mercado interno reducido, no pueden crecer.

A Pura Estampa no es la excepción. Las ventas bajaron mucho y deben afinar las estrategias para poder sostener las ventas y mantener el trabajo genuino de sus asociadas. «Aunque la inflación baje, los salarios no alcanzan y los servicios aumentan un montón todos los meses. Nosotras vivimos en barrios humildes, donde al trabajador le cuesta todo, estamos viendo que cada vez se hace más difícil. Comprar una remera o un buzo ya no es prioridad para la gente. Cuesta cada vez más, pero le ponemos ganas e ingenio a este proyecto tan nuestro», se entusiasma Nana.

Naira Litzi se sumó hace seis meses a la cooperativa: «Hace unos años empecé con un emprendimiento propio, pero este año tuve que abandonarlo porque no me iba para bien en este contexto. Empecé a buscar trabajo y no conseguía. Empecé a limpiar casas particulares y a cartonear por el barrio. Hice un poco de todo hasta llegar a este espacio». La historia de Nai se parece a la de muchas mujeres sostén de sus hogares que, decepcionadas del emprendedurismo en la Argentina libertaria, caen en la precarización.

«En este lugar puedo mostrar mi identidad, decir que nací en otro país y que vivo en una villa. Cuando trabajaba de limpieza, mentía mi dirección para que me contrataran, hay mucho prejuicio con las personas de las villas. Acá, en cambio, me siento cómoda, me gusta pertenecer. Acá no tengo que fingir nada, me puedo mostrar como soy: una trabajadora de un barrio popular. Mostrar mi esencia es importante», muestra Nai el orgullo que le da pertenecer a Pura Estampa

La cooperativa es trabajo y refugio. Capacita y empodera a estas mujeres que tienen que atravesar varias barreras para llegar a fin de mes. «A mí y a mis compañeras nos cuesta animarnos a más, la cooperativa nos empodera, nos demuestra que nosotras podemos», refuerza Nai.

Remeras, buzos, tazas, bolsos y más. Todos sus productos pueden verse en instagram.com/apuraestampa/, cooperativa de serigrafía de @lagargantapoderosa.

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