Cooperativismo | CONSULTORIO DE SALUD INTEGRAL

Un derecho ineludible

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Texto y foto: Bibiana Fulchieri

En Córdoba, un grupo de jóvenes profesionales gestiona una organización colectiva que brinda atención en salud sexual. Apoyo del Instituto Movilizador.

Sinergia. Asociadas de la entidad (abajo) junto a Pablo Tissera y Marta Gaitán (arriba).

En el barrio Alberdi de la ciudad de Córdoba funciona, desde 2013, el Consultorio de Salud Integral, una casona reciclada donde se brinda atención y cuidados en salud sexual, reproductiva y no reproductiva. La gestión del lugar está a cargo de un grupo de jóvenes profesionales asociadas en cooperativa. «Nos veníamos juntando desde 2012 en actividades que acompañan procesos de aborto seguro –cuenta Nadya Scherbovsky, asociada y médica de familia–. Nuestros acompañamientos desde siempre se basan en la comprensión, sin juzgar, haciendo sentir libertad, porque trabajamos por el derecho de las personas a decidir sobre sus cuerpos y sus vidas». 
El 1° de mayo de 2013 inauguraron el consultorio. Cecilia Gamboa, Belén Carcedo, Leila Lafi, asociadas, recuerdan que los inicios fueron arduos por los muchos requerimientos para adaptar la casona a centro de salud y lograr las habilitaciones correspondientes. Desde entonces se imparten asesorías en anticoncepción y cuidados en salud sexual y prácticas seguras de tratamiento de aborto incompleto (TAI), Interrupciones Legales de Embarazo (ILE) y, a partir de la Ley Nacional 27.610, la Interrupción Voluntaria de Embarazo (IVE), garantizando el acceso a tratamientos farmacológicos y aspiración manual endouterina (AMEU). Se realizan también consultas ginecológicas, controles, Papanicolau, asesorías en anticoncepción, y colocación y extracción de métodos anticonceptivos. 
Por otra parte, el lugar es un centro de capacitación a efectores y equipos de salud que requieran ampliar conocimientos sobre el tratamiento integral del embarazo no deseado o no planificado. Ya se instruyeron 60 efectores de sector público y privado.
Lafi, licenciada en psicología, cuenta: «Los primeros años se enteraban de nuestra existencia de boca en boca, después también por las organizaciones de la Red de Profesionales de la Salud Por el Derecho a Decidir». Y da pormenores del circuito que activan apenas una mujer acude a este consultorio con dudas o la decisión tomada sobre interrumpir su embarazo. «La pandemia hizo que el primer contacto con nosotras sea telefónico y funciona, porque hablar de aborto es complejo, siempre resultó una práctica muy estigmatizada. Después indagamos sobre la salud personal y le informamos, si decide no continuar con el embarazo, los métodos seguros. Cuando define su situación, le damos un turno y comienzan los chequeos médicos; y una vez que se realiza la práctica, seguimos durante 15 días a la paciente y si está todo bien, termina el tratamiento». 
Recientemente, la cooperativa se asoció al IMFC y recibió a Pablo Tissera, jefe de la filial cordobesa, y a Marta Gaitán, secretaria de Géneros del IMFC, con el fin de estrechar vínculos institucionales. «La Secretaría de Géneros del IMFC se enorgullece al recibir como asociada a esta cooperativa y de contar con el aporte sobre el camino que garantiza y amplía derechos de las mujeres y gestantes; pero, por sobre todo, fortalecer la prevención del embarazo no deseado y acompañar en el uso de métodos anticonceptivos y cuidados integrales de salud sexual», expresó Gaitán.

Mucho más que números
Algunas cifras sobre el acceso a ILE que dan cuenta del trabajo realizado por la cooperativa arrojan que, entre los años 2016 y 2020, se realizaron 5.007 procedimientos. En cuanto a métodos, 3.259 personas (65%) decidieron realizar tratamiento farmacológico y 1.748 optaron por AMEU (35%). Los datos arrojados por la Asesoría en Anticoncepción de esta cooperativa en el mismo período del año demuestran que de la totalidad de personas que accedieron a una ILE, 2.443 optaron por métodos anticonceptivos de larga duración (como el dispositivo intrauterino o el implante subdérmico), 1.348 usuarias prefirieron métodos de corta duración (pastillas anticonceptivas, parches, anillos vaginales) y 1.216 siguieron otras formas de cuidado.
Incorporar espacios para internación, realizar otras prácticas como la vasectomía, efectivizar convenios con obras sociales y ampliar la cobertura a otras localidades son los proyectos que esperan poder concretar en los próximos años.

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