13 de marzo de 2014
Una antología de cuentos de Álvaro Yunque (seudónimo de Arístides Gandolfi Herrero) fue publicada por Ediciones Desde la Gente, sello del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, y presentada en la sala Osvaldo Pugliese del ccc Floreal Gorini, en el marco del ciclo Los Martes del Libro. Con motivo de la presentación, estuvieron en la charla Javier Marín (coordinador de la actividad, editor del CCC y de la citada colección del IMFC), Ana María Ramb (escritora y periodista) y Alba Gandolfi, hija del recordado escritor, poeta y cuentista argentino nacido en la ciudad de La Plata en 1889 y fallecido en 1982.
«Nos llena de orgullo, por un lado, poder sumar el prestigio que da el nombre de Álvaro Yunque a nuestra colección, y, por otro lado, en particular, por la selección de textos que, al decir del periodista Mario Wainfeld, combaten la estigmatización de la pobreza», explicó Marín luego de referirse a la tarea del Instituto Movilizador, «siempre comprometido con un rumbo de la sociedad y siempre tratando de defender las ideas del humanismo y la solidaridad».
«Está asociada con los años de plomo esta figura luminosa de Álvaro Yunque y de su esposa», subrayó Ramb, al detallar aspectos de su biografía como el de «escritor implicado con su tiempo», en épocas de dictadura militar y como militante exiliado en los años 40. En la casona de la calle Estados Unidos, donde vivía la familia del autor de Barcos de papel, «se respiraba cultura e inquietudes», comentó. «La casona era una especie de parnaso proletario donde los jóvenes iban a ver a su gran referente, porque Álvaro Yunque era un hombre de un gran predicamento y respeto en la cultura de izquierda; uno de los referentes, también, del Grupo de Boedo, junto con César Tiempo», añadió. Y rememoró cómo fueron sus primeros contactos con la literatura del escritor. «Los cuentos de Yunque fueron para mí cuentos de aprendizaje; tengo todavía un par de libros de primeras ediciones, y sé que con esos aprendí los ritmos y las cuestiones de la vida en un momento en el que se forma la subjetividad», afirmó Ramb. «La sensibilidad social de mi padre fue innata, pero él la cultivó, y se convirtió en una conciencia social que la mantuvo toda su vida», dijo Gandolfi, en sintonía con Ramb. Para concluir, leyó algunas poesías inéditas del recordado escritor.
