23 de enero de 2024
Pobres criaturas
Director: Yorgos Lanthimos
Intérpretes: E. Stone, W. Dafoe, M. Ruffalo, R. Youssef y J. Carmichael
País: Irlanda, Reino Unido y Estados Unidos
Desprejuiciada. Stone interpreta a una criatura que logra incomodar a los hombres.
Foto: Courtesy of Searchlight Pictures
El director de La langosta, El sacrificio del ciervo sagrado y La favorita presenta una audaz fábula que versiona a Frankenstein en clave feminista, una idea tan osada como atractiva ambientada en un siglo XIX con toques futuristas.
La película cuenta los alcances de la ciencia y sus consecuencias trágicas con la historia del Dr. Godwin Baxter (interpretado por un deformado Willem Dafoe), un científico de métodos poco ortodoxos que, entre sus extravagantes experimentos, decide resucitar a Bella (Emma Stone, de una entrega física absoluta) y cuidarla como a una niña en la edad de la inocencia.
Sin embargo, y como sucede en la novela de Mary Shelley, la creación se vuelve peligrosa cuando exige liberarse y descubrir el mundo, una salida que en el siglo XIX solo era viable para una mujer mediante el casamiento. Pero sucede que la libertina y desprejuiciada Bella se vuelve ingobernable para su flamante marido Duncan (Mark Ruffalo), un mujeriego con el cual huye, así como también para otros hombres que buscan dominarla.
Lanthimos lleva su particular estilo surrealista a un extremo excesivo, utilizando la deformación de los cuerpos para expresar la putrefacción interior de los personajes. Los movimientos de cámara constantes danzan por el espacio escénico acompañados por la música incisiva de Jerskin Fendrix. Estos recursos, aunque visualmente atractivos, pueden resultar agobiantes debido a su repetición. La puesta en escena barroca, el cambio constante del blanco y negro al color, y los puntos de vista extrañados logrados con una cámara en lugares poco convencionales generan fascinación, pero también cansancio visual. Lanthimos busca perturbar e incomodar con su propuesta y lo logra tanto a nivel formal como temático.
Basándose en el libro de Alasdair Gray, y con guion de Tony McNamara (La favorita), el director griego entrega su versión del lugar de la mujer en la sociedad contemporánea, sumándose así a una larga lista de cineastas que trabajaron la temática recientemente. Solo que su manera de hacerlo no escatima en pinceladas de un incómodo humor negro. Por eso el doctor que interpreta Dafoe responde, ante el cuestionamiento de por qué su padre le quemó los genitales cuando era niño, «porque era un hombre de ciencia». Una crítica incisiva a una sociedad que naturaliza las aberraciones cometidas por un sistema patriarcal en decadencia.
En cuanto a la opresión de la mujer en tiempos de corsé y represión sexual en nombre de la ciencia biológica, el personaje de Emma Stone se sorprende de las reacciones que se generan a su alrededor cuando se masturba en público o cuando se enfrenta a hombres que reclaman posesión sobre ella. Bella como Tarzán, no cuenta con el filtro de la cultura para comprender la hipocresía de los mandatos sociales y actúa por instinto transformándose en un espíritu indomable que, simultáneamente, resulta monstruoso para el machismo imperante.
Pobres criaturas puede pensarse como una de esas películas desproporcionadas en su forma visual, de una ambición desmedida comparable con Babylon, de Damian Chazaelle, El triángulo de la tristeza, de Ruben Östlund o Beau tiene miedo, de Ari Aster. A pesar de esta provocación buscada, el film producido por la propia Emma Stone se destaca por los riesgos asumidos y la potente premisa que plantea a la sumisión femenina como una invención monstruosa del patriarcado.