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La cátedra del humor

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Sergio Arboleya

El Simposio
Autor: Ciertas Petunias
Director: Ciertas Petunias
Intérpretes: M. Barla, C. Campodónico, N. Guevara, T. Valsecchi
Sala: Osvaldo Pugliese del CCC

Estrado. Guevara, Valsecchi, Barla y Campodónico lucen sus dotes histriónicas y brillan como cantantes.

Foto: Prensa

A dos décadas del debut de una formación atravesada por el influjo creativo de Les Luthiers, Ciertas Petunias se afirma en una estética propia que, al calor del camino recorrido, el talento de sus integrantes y la ola feminista, habilita al conjunto a hacer balance y memoria.

Y aunque el eficaz El Simposio – Nada se pierde todo se transforma, recoge creaciones que integraron los espectáculos anteriores del cuarteto humorístico-musical, de ninguna manera funciona como un «grandes éxitos» o la mera reposición de cuadros que tuvieron impacto en la audiencia.

Muy por el contrario, la agrupación pensó la puesta a partir del criterio de la convención que da título al show y que cada una de las artistas encabeza a su turno, subiéndose a un estrado montado a la derecha del escenario y recurriendo a diferentes guardapolvos y anteojos, que abarcan una gama que va de la sobriedad al ridículo. Desde allí se exponen procedimientos pretendidamente formales, que se nutren de gags y dan lugar a las canciones.

Sobre esa lógica circular, Magdalena Barla, Camila Campodónico, Natalia Guevara y Tania Valsecchi lucen sus dotes histriónicas para recorrer una galería de personajes que va de la solemnidad a la bufonería. Y además brillan como sólidas instrumentistas y magníficas cantantes, en un ensamble pleno de buen gusto que asume con idéntica calidad los roles actorales y musicales.

El camino de El Simposio abreva musicalmente en piezas como «Parapapá», «Los minerales y su salud» y «La roja flor de mi deseo (Polinízame)», tres creaciones de Jorge Maronna y Daniel Samper Pizano que formaron parte del segundo espectáculo propio de Ciertas Petunias, Flor de Viaje. En aquel momento el grupo venía de lograr cierto impacto con Fraudulentas por similitud confusionista, un show que fue seleccionado en la Expo Les Luthiers realizada en 2007.

De aquellos inicios, la función repone el sorprendente «Compilado punk», que reúne clásicos de bandas como Flema y 2 Minutos abordados a modo de arias operísticas. Y también se incluye la lograda chacarera propia «La Desconfiada» y una notable versión fogonera que resignifica «Fuego de noche, nieve de día», de Ricky Martin, ambos incluidos en Que hermosa kermesse, su espectáculo de 2015.

El menú sonoro no se priva de citar a Gilda, dentro de varios pasajes de pulso cumbiero. Y, a su turno, las intérpretes interactúan con la platea a partir de un número de mentalismo que, en su evidente opacidad, de paso se burla de los modos comunicacionales de los pastores electrónicos.   

Como novedad, el combo hace propio el axé brasilero «Xibom Bombom» de As Meninas y elige como broche de la representación «Gracia’ bó», la pieza con aire de murga uruguaya que formó parte de El 15, frágil esplendor, su anterior espectáculo, que resuena como alegato cuando repite que «la vida es más ensayo que escenario». La canción fue lanzada recientemente en plataformas digitales, con el aporte adicional de Juan Saraco y Agustín Lumerman. En tiempos donde el humor escasea, Ciertas Petunias celebra 20 años de un camino inspirado que le valió elogios y reconocimientos: El Simposio sintetiza esas andanzas con un cuarteto de voces que cuentan y que cantan, que arrancan carcajadas y palmas pero que también dejan pensando.

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