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Las irresponsables

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Jorge Dubatti

Javier Daulte

Carrá, Krum y Díaz, tres amigas que se debaten entre los actos y sus consecuencias.

Es un gran acontecimiento, por múltiples razones, el estreno de Las irresponsables, de Javier Daulte, en el Teatro Astros. Primero y principal, porque significa la reapertura de esta sala del circuito comercial, que pasa a estar dirigida artísticamente y gestionada por Andrea Stivel. Es una gran alegría que se reabra este espacio, especialmente después de la pandemia, y que lo haga con un espectáculo de la calidad artística de Las irresponsables. En segundo lugar, porque siempre genera enorme expectativa la labor de Daulte, uno de los dramaturgos-directores fundamentales del teatro nacional. La obra ya se había estrenado en España con éxito, y es también relevante que ahora pueda verse con un elenco argentino. Un tercer aspecto muy destacable son las tres actrices reunidas, Gloria Carrá, Julieta Díaz y Paola Krum. Sin duda excepcionales por su trabajo y su trayectoria individual, valen especialmente por la relación que establecen en escena, donde cada una sobresale por sí misma y por la interrelación, el conjunto. El texto de Daulte es tal vez el más «globalizado» de su producción: la historia de estas «amigas» parece pensada para un público transnacional, podría interesar y ser comprendida a la par en Japón, Inglaterra o México. Pero al mismo tiempo posee todas las marcas que distinguen a la poética única de Daulte, tanto en lo dramático como en la puesta en escena, que las tres actrices conocen. El tema no es menor: la responsabilidad (o irresponsabilidad) de nuestros actos y la previsión (o la imprevisibilidad) de sus consecuencias sociales. Daulte retoma dos grandes tradiciones: el existencialismo y el teatro como razón práctica, como exhibición de comportamientos humanos con los que el espectador se mide, identifica o confronta. Las irresponsables cruza la maravillosa liviandad de la comedia con una profundidad insondable. La pregunta central es la de la libertad, sin duda fundamental en tiempos de temibles e irresponsables «libertarios». Imperdible.