Cultura

Cancionistas actuales

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Impulsadas por una diversidad estética que aporta aire fresco a la escena local, una camada de jóvenes se abre paso con temas que rompen estereotipos y reafirman su propia mirada del mundo.

 

Mujeres en escena. Paula Meijide, Sol Fernández y Señorita Carolina de El Asunto, referentes de la renovación estética. (Prensa El Asunto)

Este domingo hay alta juntada de hembras cancionistas y amantes del amor», anuncia un flyer difundido a través de las redes sociales que invita a un show conjunto de Paula Maffia, Maca Mona Mu, Mariana Michi, Jazmín Esquivel y Kika Simone. La categoría «hembras cancionistas» parece pertinente para este aluvión incontrolable de jóvenes cantautoras que no se abrazan a ningún género. O, mejor dicho, este crecimiento exponencial de cantautoras talentosas no conoce de barreras genéricas.
Como ocurre con sus pares masculinos, las artistas pertenecientes a esta generación no se reconocen dentro de ninguna escena. Nacieron a la luz pública en los años posteriores a la crisis de 2001, y la masacre de Cromañón las hizos emerger de manera definitiva. Con referentes como Flopa (integrante de Flopa Manza Minimal, el disco paradigma de los nuevos cancionistas), Florencia Ruiz, Juana Molina, Rosario Bléfari y Valeria Cini, entre otras, esta camada de artistas encuentran su lugar entre los resabios estéticos de los 90 y la adaptación forzada a un sonido acústico por las constantes clausuras de locales, boliches y pubs.
Aunque parezca desfasado aclararlo, la mujer comienza a ocupar otro lugar: lo femenino surge como discurso, idea, acto, composición y no solo como interpretación. Un rol más activo y comprometido en cuanto a la materialidad y sonoridad de la obra. Interpretar deja de ser la actividad principal y pasa a ser una acción más, como producir, hacer prensa, afinar la guitarra o componer. Mientras Maffia y compañía convocaban como «hembras cancionistas», al mismo tiempo las cantautoras Paula Meijide, Señorita Carolina (alter ego de Carolina Pacheco), Sol Fernández, Eloisa López y Laura Ciuffo presentaban El Asunto, una serie de shows en los que abordan reversiones centradas en juegos de voz y un costado electro-folk. Trocar, cambiar, sumarse (las artistas comparten shows), desplegarse, autodefinirse es parte de este aluvión musical.

 

Escena emergente
Mientras se escribe esta nota, el listado se vuelve indefinido e incesante. María Ezquiaga y Jimena López Chaplín se presentan en vivo. También, Loli Molina y Julieta Sabanés. Liza Casullo realiza una perfomance sobre la obra de su padre, Nicolás, filósofo y escritor. El grupo Las Taradas, capitaneado por la propia Maffia, Rosario Baeza y Lucy Patané, muestra la evolución de una estética con un reportorio de canciones románticas inoxidables. Las Perota Chingó, banda formada por Julia Ortiz y Lola Aguirre, exhiben el cruce entre lo snob y el naturalismo de Cabo Polonio. También se podría sumar a Marina Fages, Marigra Geranio, Julieta Rimoldi y Cam Beszkin, entre otras.
María Pien es una de las cantautoras más interesantes de la camada emergente: voz enigmática, precisa ejecución en la viola y composiciones comprometidas. «Hay una nueva escena de la canción en general y la renovación está ocurriendo, pero no sé si tiene que ver específicamente con el género», comenta. «Las que me gustan me gustan por su calidad musical y poética, por su fuerza, por su personalidad, y no porque sean mujeres», aclara. Por su parte, la inclasificable y potente Sofía Viola dice que «es posible que ahora en la escena haya más mujeres, con mucho que decir y melodías que cantar». «Hay chicas que eligen hablar desde su lugar de militancia y está bueno, pero también hay otras que manejan un lenguaje más metafórico, otras que cantan o tocan increíble, otras que manejan músicas complejas y otras que trabajan desde la simpleza y dicen mucho», enumera Pien. «En todos los casos, lo que rescato es que el resultado siga siendo interesante artística y musicalmente hablando», afirma. Para sumar a la lista inabarcable de talentos femeninos, destaca que «las que más me interesan son Lucila Pivetta, Jeaninne Martin, Mariana Päraway, Lola Linares, Karina Vismara, Agostina Elzegbe, Carolina Pacheco, Dolo Mazzoni, Bárbara Gilles y Ayelén Secches».
¿Qué le aporta la mirada femenina a la música actual? La multifacética e hipnótica Paula Maffia considera que la clave radica en «una experiencia humana y personal igual a la del hombre, pero atravesada por el cotidiano de lo que implica ser mujer en este mundo». Por su parte, Pien resalta que el rasgo en común que más le interesa es la diversidad. «Creo que es nuestro mejor aporte», sintetiza. «Diversidad de miradas, de sensaciones, de sensibilidades, de búsquedas poéticas».
«La mujer puede aportar un lado sutil o más visceral, también suele ser más apasionada, pero eso no quita que a veces se pase a un lugar muy naif», apunta a su turno Sofía Viola. «Hay de todo: minas con mucha fortaleza, que muchas veces se ponen en un lugar combativo, muy feminista o todo lo contrario…creo que ni un extremo ni el otro. Pero está bueno ver chicas en la escena», sostiene Viola. «En las mujeres hay un universo interior muy rico y profundo que está saliendo a la luz, nos estamos animando a mostrarnos desde un lugar genuino, alejado del rol bobo de “la minita linda que hace canciones de amor”», continúa Pien. «¡Nada en contra de las canciones de amor, eh!», aclara.
«Yo con la “mirada femenina” no tengo nada que ver», dispara Camila López. Cantautora autodefinida como militante por la igualdad de género, pone la discusión en otro lado: «Ese enfoque lo tienen que buscar en la Para Ti, en las telenovelas de turno, en toda la parafernalia del fenómeno Violetta», contraataca. «Yo hablo de una mirada feminista, que es más bien antagónica con la anterior», enfatiza. «No es casual que haya casi ninguna o poquísimas compositoras reconocidas actualmente en nuestra música popular. No es cierto que no existen, pero ni los medios ni el establishment les otorgan los espacios que les corresponden», sentencia.

 

Cuestión de género
Pensar en términos de «masculino» o «femenino» en el campo musical ¿sigue siendo correcto? «Una mujer o un hombre en un campo como el musical pueden ser igual de talentosos, virtuosos o sensibles. Hay hombres muy femeninos y mujeres muy masculinas. Somos la mezcla del ADN de un hombre y una mujer», completa Viola. «Sigue habiendo una diferencia, en la medida en que me sigan pidiendo que justifique el por qué tengo una banda “solo de mujeres”, cuando una pregunta así seguramente no se la hacen a las bandas all-boys», arremete Maffia.
«Es un error pensar la música en términos de género. La música es arte y el arte va más allá: atraviesa géneros, edades, lenguajes y geografías», considera Pien. «Hoy se nos valora por la calidad de lo que hacemos y eso es lo importante. Cuando era más chica, escuchaba comentarios de hombres sorprendidos de que una piba toque bien la guitarra, cosa que por suerte creo que ya es del pasado», afirma. «Ojalá algún día no haya que dar más explicaciones», anhela Ma-ffia. «Y que la gente disfrute de la música, sin ponerle valor agregado al “esfuerzo” que nos implica a las mujeres prosperar en un ámbito dominado hasta ahora por los varones. Pero ante todo deseo que muchas compañeras se emancipen de los recursos y de la égida de sus compañeros. Veo muchas músicas extraordinarias que deciden mantener una carrera satelital a la de un varón “astro”, cuando en realidad podrían ambos formar una dupla más equitativa». «Sí, sigue habiendo diferencias», admite Camila López. «Porque, generalizadamente, en nuestra sociedad hay diferencias contundentes en relación con el poder que poseen y ejercen los hombres y el poder del que carecen las mujeres. La música no es un territorio ajeno a este desequilibrio. Hay que seguir avanzando en todo el espacio público, incluyendo a la música», considera. «El mercado del “éxito” vende una imagen de la mujer que no tiene nada que ver con nosotras: perfectas, con cuerpos retocados porque hay que ser bellas ante todo. Los medios masivos todavía nos tienen atadas al viejo y terrible refrán de que debemos ser “señoras en la casa y putas en la cama”», considera Pien. «Nuestra responsabilidad, pero no de mujeres en la música, sino como mujeres en general, es desafiar esos modelos nefastos con la obra que es nuestra vida. Algunas compositoras lo harán desde las letras; otras, desde la actitud tal vez; hay mil maneras: militar o bajar línea no es la única ni la mejor. Esa es nuestra causa común», afirma Pien. En consonancia, Maffia concluye que lo importante es «decir lo que una piensa sin amoldar su punto de vista a lo que alguien quiere escuchar o a lo que se debe. Ser clara, frontal, sin pelos en la lengua. No esconderse en estereotipos aniñados o de feminidad cursi».

Mariano Ugarte

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