15 de enero de 2025
Con una extensa carrera en teatro y televisión, la reconocida intérprete también tuvo una destacada labor como presidenta de la Asociación Argentina de Actores y Actrices.
Recuerdo. En el CCC, la actriz fue parte de Edipo Rey, Copenhague, A la izquierda del roble y Scalabrini Ortiz.
Foto: Shutterstock
La mañana del 15 de enero transcurría con normalidad hasta que una publicación en las redes oficiales de la Asociación Argentina de Actores y Actrices informó la muerte de Alejandra Darín, quien se desempeñaba como su presidenta. En una parte del comunicado, en el que se repasó su trayectoria, los integrantes del Consejo Integral agradecieron su labor y destacaron que «su legado nos inspira y nos fortalece para seguir construyendo un futuro de derechos, paz y dignidad, con memoria. Su lucha y su ética serán nuestra bandera en la tarea gremial». La noticia generó conmoción en toda la comunidad cultural y política del país, que de inmediato compartió su pesar con mensajes para sus familiares y amigos.
Alejandra Darín nació el 19 de junio de 1962. Hija de los actores Ricardo Darín y Renée Roxana, siguió sus pasos y se desempeñó como intérprete desde temprana edad. Tenía 9 años cuando debutó en la telenovela La selva es mujer, con Leonor Manso y Víctor Hugo Vieyra. Y con tan solo 11 años ya era una afiliada más de la entidad en la que desde 2011 se desempeñaría como presidenta. Fausto y Antonia Bengoechea, los hijos que tuvo con Álex Benn, también continuaron el legado familiar y actualmente desarrollan una carrera actoral.
Derechos conquistados
El pasado 25 de noviembre Darín había resultado reelecta en la Asociación; la lista Azul que ella encabezaba obtuvo un contundente 67,4 % de votos. Fueron en total cuatro períodos en los que se impuso su gestión. Entre varios de los avances que se produjeron en materia de reconocimientos y ampliación de derechos desde su asunción, se encuentra la aprobación en 2015 de la Ley del Actor, nodal para que los intérpretes puedan jubilarse y tener seguridad social. Una de las últimas preocupaciones que visibilizó desde la entidad es la bajísima cantidad de producciones de ficción que llegan a la televisión, lo que implica una merma en el caudal de trabajo para los actores. Su labor sindical también se expresó mediante la presidencia de la Secretaría General de la FIA-LA (Federación Internacional de Actores, filial Latinoamericana) y su paso por la Secretaría de Cultura de la CTA (Central de Trabajadores de la Argentina).
En una entrevista realizada para la Revista Cabal en 2014, la actriz afirmó que su disposición a la militancia sindical proviene «de la conciencia de que puedo hacer allí algo que le sea útil a los otros, de la necesidad que tengo de luchar por las cosas justas, sea en la vida, en el trabajo, en la calle». Y agregó: «Después todo se mezcla mucho y uno entiende que esa actividad tiene que ver con la política, porque la política es el arte de hacer cosas. Por eso me inserté naturalmente en esta estructura que está armada desde hace años, porque los actores vienen luchando por sus derechos desde hace mucho tiempo».
A lo largo de su carrera se destacó en telenovelas y unitarios de impronta fuertemente popular, lo que la convirtió en un rostro reconocido para el gran público. Entre otros ciclos, participó en Dulce Ana, Una voz en el teléfono, La extraña dama, Rincón de luz, De carne somos, Alguien que me quiera, Son amores, Nosotros y los miedos, Poliladron, Nueve lunas, Alta comedia, Las 24 horas, Sin condena, Media falta, La leona, Verdad consecuencia y Por ese palpitar. A diferencia de lo que ocurrió con Ricardo, su hermano, tuvo menos presencia en el medio cinematográfico. No obstante, se destacó en películas como Samy y yo, Un minuto de silencio, Ni Dios, ni patrón, ni marido, el cortometraje Oblivion y Cinco velitas (presente en Historias breves VI), entre otros.
En el teatro, forjó una rica trayectoria a la par de sus actividades gremiales, en obras como Un informe sobre la banalidad del amor, Tierra del Fuego, Un hombre equivocado, El libro de Ruth, Código de familia, Las de Barranco, Crimen y castigo, El evangelio de Evita, Moscú, Esquirlas y Condolencias, la última pieza en la que intervino, en el Teatro Nacional Cervantes. En el Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini, la actriz fue parte de los elencos de Edipo Rey, Copenhague, A la izquierda del roble y Scalabrini Ortiz. Precisamente, Juano Villafañe, su director artístico, fue una de las primeras personalidades de la cultura en despedirla en sus redes sociales. Lo hicieron también una amplísima cantidad de actores y actrices, gestores y empresarios teatrales, entidades como las Abuelas de Plaza de Mayo, agrupaciones como TeatroxLaIdentidad, funcionarios de distintas jurisdicciones e incluso la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien poco después de difundirse la noticia posteó un mensaje en el que rescató su actividad gremial y el apoyo a los organismos de derechos humanos, a los que acompañó en «todas sus manifestaciones».
