8 de julio de 2015
La séptima edición del encuentro contó con escritores invitados de Colombia, Perú, Chile, Bolivia, México, Estados Unidos y Suecia. La programación incluyó lecturas, debates, homenajes y entrevistas.
Presentación. El sueco Lasse Soderberg lee un poema en la Sala Solidaridad y el resto de los invitados al encuentro escucha. (Horacio Paone)
Entre el martes 23 y el sábado 27 de junio se realizó el VII Festival Latinoamericano de Poesía en el Centro Cultural de la Cooperación. El director artístico del CCC, Juano Villafañe, alma mater de este evento, señala que se inscribe en los objetivos multidisciplinares del Espacio Literario Juan L. Ortiz, que apunta a «reunir a los escritores para abordar distintos temas vinculados con la literatura como son las presentaciones de libros, los ciclos de intervenciones críticas, las nuevas tendencias literarias, los vínculos entre la poesía y otras artes».
En el marco de una política que viene continuándose tanto en actividades en el CCC como en los encuentros que se desarrollan en la Sociedad Argentina de Escritores (SADE) –donde se abordan cuestiones relativas a la literatura en un espectro amplio, que va desde el análisis de propuestas poéticas y contextos socio-culturales en los que surgen temas gremiales, revistas literarias, traducciones, Ley Nacional del Libro, nuevas tecnologías y su impacto en la literatura–, el Festival de Poesía es parte no menor de tal iniciativa. Este encuentro internacional permite establecer una inmediata comunicación personal entre escritores provenientes de diversos sitios.
En el lapso de cinco días, el Festival porteño tuvo una intensa actividad, que se inició con la inauguración, el martes 23 al atardecer, en la Sala Solidaridad del CCC, donde se llevó a cabo la presentación y la posterior lectura de los poetas internacionales invitados: Federico Díaz Granados (Colombia), Eduardo Langagne (México), Janet Mc Adams (Estados Unidos), Angela García (Colombia), Bernardo Reyes (Chile), Paula Rodríguez Leyton (Bolivia), Lasse Soderberg (Suecia) y Miguel Angel Zapata (Perú). En los días siguientes se sucedieron lecturas, debates, presentaciones de libros y autores, homenajes y entrevistas, todo lo cual posibilitó establecer e intensificar una enriquecedora puesta en común entre el vario espectro de concurrentes de otros países con los poetas argentinos participantes, a fin de indagar acerca de la «la singularidad política del acontecer poético y las responsabilidades civiles del poeta».
Minuciosamente organizado, el encuentro se desarrolló en el CCC, obviamente, pero también en la Casa Nacional del Bicentenario. Y contó con los significativos auspicios del Ministerio de Cultura de la Nación, la Casa Nacional del Bicentenario, la Red Nuestra América de Festivales Internacionales, la Sociedad Argentina de Escritores (SADE), Ediciones Colihue y Antígona Libros.
El director artístico del CCC valora una dimensión del Festival que no queda en una mera reunión de poetas –teniendo en cuenta también la cantidad de asistentes y oyentes, escritores y lectores interesados en el tema– sino que se proyecta más allá. «Yo creo que se genera una batalla cultural en el conjunto de la sociedad y en el interior del propio sector cultural y literario. La tensión entre lo que entendemos por una cultura crítica y una nueva crítica de la cultura implica reconsiderar una serie de factores teóricos, epistemológicos, prácticos. Los poetas producimos de alguna forma una nueva lengua dentro de la lengua, trabajamos con las palabras, creamos imágenes, metáforas, pero muchas veces los debates se circunscriben únicamente al análisis de las tendencias literarias o a las luchas estéticas que por cierto son muy importantes, pero es fundamental tener en cuenta de qué manera circulan esas imágenes por la sociedad, cómo se generan los públicos de poesía. Apostamos a generar otros lazos entre los poetas, la poesía y la sociedad. Estas nuevas relaciones implican una reflexión sustantiva y eficaz, inscripta precisamente en una nueva cultura de lo poético. Para ello ampliamos las jornadas incorporando el teatro, el cine y la música». Consecuentemente, una programación especial asociada con el Festival tuvo lugar desde el 6 hasta el 28 de junio. Así, a las performances y los paneles, se sumaron Los caminos de Federico, la obra protagonizada por Cristina Banegas, el recitado de Patricio Contreras de poemas de Nicanor Parra, y otras piezas que combinaron música, dramaturgia y poesía, como el «teatro poético» basado en textos de uno de los grandes poetas argentinos: Leónidas Lamborghini.
La proyección más allá de la frontera nacional no solo estuvo dada por la presencia de figuras de otras latitudes, sino también por otros firmes lazos, como los que destaca Villafañe: «El Festival Latinoamericano de Poesía en el Centro está adherido a la Red Nuestra América de Festivales Internacionales que tiene sede en Medellín, donde justamente se realiza uno de los festivales más grandes del mundo. Tales relaciones significan un permanente contacto con los poetas de este continente y de otros. Existe dentro de la red una fluida relación, lo que nos permite reconocer a las distintas generaciones y tendencias poéticas contemporáneas, organizar lecturas, discusiones e intercambios, para ir generando un sistema de participaciones muy amplias».
—Susana Cella
