De cerca | VERSIONES DE YUPANQUI A SPINETTA

«La voz piensa cuando canta»

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Juan Ignacio Babino

La intérprete Liliana Herrero presenta nuevo disco, Fuera de lugar, que renueva su compromiso vital con la música. Memoria y resistencia política. El homenaje a Horacio González.

Foto: Jorge Aloy

«En tu nombre/ habrá que seguir y seguir y seguir». Arropada en tonos negros, el pelo entrecano, conversadora y risueña, Liliana Herrero vuelve otra vez sobre ese pasaje de «Asilo en tu corazón», de Luis Alberto Spinetta, grabada junto a Fito Páez en La la la. Esa canción forma parte del flamante disco que acaba de editar, Fuera de lugar.

Ese fragmento de la letra, dice, es fundamental aquí. «Todo el disco está dedicado a mis nietos, pero esta canción en particular, a González», explica. Relinchan, a veces, sus pensamientos. Ocurre siempre: conversar con ella es un pasaje de ida hacia lugares insondables, de esos que cargan belleza y tragedia. Un vergel, una invitación a perderse en su cabeza tupida de bravas reflexiones.
La patria, la música, la interpretación, Horacio González (su marido, fallecido en 2021), Charly García. Habla, cuenta, rememora, se enoja, se ríe, gesticula. Sigue viviendo. Fuera de lugar amplía su búsqueda, reafirma sus modos a través de composiciones de Parodi/Romero («Aguafuerte»), Yupanqui («El alazán»), Spinetta, Mocchi («Ejercicio y compostaje»), Carnota/Marrodán («Por seguir»), Edgardo Cardozo («Martín»), Charly («Chipi-chipi»). El disco también incluye dos breves piezas: abre con un fragmento de un poema de René Char, musicalizado por Mariano Agustoni. Y cierra con unas palabras de Horacio González. Flechas apuntando al corazón. Folclore, rock argentino, canción. En los pliegues, en los márgenes, pero también en el centro de cada una de esas tonadas, Herrero emerge con una nueva búsqueda: son vestigios del futuro.

¿Cómo describirías tu presente?
Fueron años difíciles y esta época no ayuda. Nada, no ayuda nada. Así que decidí ponerle Fuera de lugar al disco. Lo cual es tremendo. Todo el mundo cree que yo me retiro. ¡No, yo no me retiro! No. Fuera de lugar quiere decir fundar otro lugar. Un lugar de pensamiento, de acción, un lugar contestatario, de resistencia. Eso es lo que yo he pensado.

Tus últimos discos, desde el título, tienen una consonancia: Maldigo, Imposible, este. ¿Qué pasa con eso que está fuera de quicio?
Bueno, tal cual lo dijiste: el mundo está fuera de quicio. Eso no es mío, es Shakespeare. El mundo está en un lugar en donde lo humano desaparece. La palabra humano desaparece. La palabra mundo también. Son dos palabras en las que vamos a tener que volver a pensar. Porque la tecnología, las redes, internet, las plataformas y todo eso van directamente a los cuerpos. Yo no entiendo la lengua de la tecnología. Tampoco me preocupo por entenderla.

¿Y fundás un nuevo lugar o te refugiás?
–Yo me refugio en las amistades, en las movilizaciones, en los encuentros, en la construcción de otros lugares. Por eso no es retiro. Yo no deserto. Me retiro a buscar compañeros y compañeras que estén dispuestos a fundar otro lugar. Esa es la idea. Yo pensaba que ya no iba a grabar otro disco.

–¿Y qué pasó entonces?
No se me ocurría nada. Yo escucho individualmente mucha música, pero la que circula, digamos, no me gusta. No sé, me parece que la música, el arte en general, está pensado en un territorio. Y yo canto, la voz piensa cuando canta y piensa en un territorio, en una memoria. Sustituyamos la palabra territorio por memoria y digamos qué es la historia, qué es la memoria. Bueno, son movimientos, tensiones de un pueblo. Yo me recuesto en esa vibración. Me gusta pensarlo así. No tenía ninguna idea. Venía de un proceso difícil, personal y bueno, allí estuvieron los chicos, Pedro Rossi y Ariel Naón para levantar este cuerpito. Si a los 77 años entro a grabar un disco, bueno, ¡estamos vivos, compañeros! Tenemos cuerda para rato, ¿no?

Siempre te ronda ese pensamiento de que la música tiene territorio.
Porque la voz piensa en un territorio. Ahora bien, ¿qué quiere decir que tiene territorio? Que es una historia de tensiones. A mí me gusta mucho la palabra tensión. Porque si no la ponemos en la mesa, tenemos que adherir a un solo principio. Y eso es una identidad que es un cerrojo. Entonces tenemos que pensar que todo está abierto. ¡Todo está abierto! Y de una manera magnífica, para que podamos ingresar allí, pensar y hacer estallar todo de nuevo. La identidad no es una reliquia: está esperándonos para que la volvamos a pensar.

¿Y desde la política y la cultura?
–Yo homologo el procedimiento artístico, estético en este caso, con la política y digo: el procedimiento que uso para hacer una interrogación sobre una canción ya hecha por un autor poderoso, eso es un procedimiento político. Hay que pensar todo de nuevo y salir del consignismo. También en la música, también en el arte. En ese sentido, el procedimiento es el mismo que yo le exijo a la política. La política debería aprender bastante del arte, puesto en esos términos de interrogación constante. Es muy claro, cuando un Estado se achica, se transforma inmediatamente en un Estado totalitario. Porque no tiene otra cosa. Porque no quiere otra cosa.


Cálido e íntimo
Vale señalar algunas cosas del disco, que tendrá su presentación en vivo el 16 de octubre en ND Teatro. La acompañan viejos compañeros de ruta como Pedro Rossi en guitarras y Ariel Naón en contrabajo; además de los invitados como las cantantes Lidia Borda y Susy Shock, el pianista Mariano Agustoni y el percusionista Facundo Guevara. Cálido e íntimo, Fuera de lugar fue pensado para que el texto esté en el centro de todo y refulja. La importancia de lo que se nombra, por eso «en tu nombre», por eso «Alazán te estoy nombrando», por eso «aquí me pongo a cantar», por eso «la lengua ruda». Las palabras parecieran quemar, a veces. Otras, son como plegarias.

El cierre llega con la voz de Horacio González: «No homogeniza la conciencia de nadie, no hace de nadie parte de una conciencia única, los hace a todos mucho más libres saberse parte de una comunidad. Una comunidad es un síntoma de libertad, no una forma obligatoria de convivencia». Es un manifiesto, quizás. O gritos de ternura pidiendo para entrar. «Ojalá yo pudiera construir con otros un lugar en donde se doblegara toda la fatalidad del universo. Al final, una hace un disco para eso. Nunca es un hecho en soledad, es un hecho colectivo. El acto de doblegar la fatalidad del universo nunca es individual. Nunca», enfatiza la cantante.

Foot: Jorge Aloy

¿El sonido estuvo claro desde el principio?
Sí, porque fuera de lugar significa ponerse a pensar cómo hacés para fundar otra cosa. Quería cierta paz auditiva. Es acústico, es cálido. Te ofrezco esto. No quería guitarras sangrantes, ya lo he hecho. Este es un momento de parate y reflexión. A ver cómo salimos de esto. Este disco va a requerir de alguien, de un escucha, que también esté dispuesto a estar fuera de lugar. O sea, es una batalla perdida. Es como decir: no puedo cambiar esto, pero lo intento; no puedo escribir, pero escribo; no puedo grabar, pero grabo. ¿Por qué me metí en este disco? ¿Por qué? Porque quería vivir un poco más. ¡Quiero vivir un poco más! Y quiero dar las batallas que haya que dar.

Ya lo cantaste eso, ¿recordás? «Habilitame un poco más, para seguirla/ para vivirla un poco más», en «Tema del hombre solo» de Jaime Roos.
Entonces, tal vez eso sea una fuerza que me constituye, subjetivamente, desde siempre. Yo no lo he pensado de otro modo. Te juro que lo intento, pero no puedo.

Recién destacabas la importancia de «Asilo en tu corazón».
Sí, dice «en tu nombre/ habrá que seguir y seguir y seguir/ buscando por siempre un asilo en tu corazón». Es maravilloso eso. Puede ser un acto individual, pero también buscar un asilo en tu corazón es en la capacidad de construirnos como comunidad libre y emancipada. Por eso es un disco atravesado por la subjetividad, pero también por la política.

¿Hoy en día la canción es grito de guerra, de ternura?
–Me gustaría que la canción no estuviera tan sometida a la lógica del mercado y a la jerarquía mediática. Eso siempre lo quise. Me parece que te darías más tiempo para la libertad de inventar, sin pensar si vas a convocar gente o no, si hay que cantar de tal manera o con tal sonido. No quiero, no me gusta pensar en eso. Porque te impide inventar. Toda transformación, dice Horacio, empieza por la imaginación. Toda revolución empieza por la imaginación. Entonces, no quiero que me roben la imaginación, no quiero que me roben la palabra libertad, no quiero tener cuadrículas o jerarquías para escribir. Yo soy y estoy fuera de lugar, evidentemente. Faltan pensamientos, faltan palabras.

–¿Estar fuera de lugar es estar un poco a la intemperie? 
–Son situaciones homologables, para mí. Yo sé que fundando otro lugar estamos a la intemperie, pero eso que parece una imposibilidad permite fundar otra cosa. Yo no le temo a eso, porque nosotros ya estamos ahí. Pero una cosa es la intemperie en la que nos mete Milei y otra cosa es la intemperie existencial, en donde estamos dispuestos a retomar los lazos más poderosos de la historia de este país para pensarlo de nuevo todos juntos. Eso es lo que yo quiero. Eso es el disco. Eso es mi vida. No tengo otra cosa para ofrecer.

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