28 de mayo de 2021

Prada adora trabajar en compañía. Siempre estuvo rodeada de gente y, como ella misma bromea, «cuando hice el disco Soy sola tenía un montón de amigos y amigas a mi alrededor». Entre muchos otros trabajos en colaboración, destacan Queremos un carril bici (2011) junto con la española Queyi e Y qué más (2013), con Teresa Parodi. «Teresa es una genia, un faro. Vos conversás con ella, y al rato es capaz de mostrarte la canción que hizo con algún tema de la conversación que la inspiró. Haber llegado a grabar con ella, de igual a igual, fue demasiado».
Prada habla de referentes mujeres de su país, y enseguida sale el nombre de Laura Canoura. «Ella nos habilitó a todas de alguna manera, y también Estela Magnone y Mariana Ingold. El primer casete de Canoura lo gasté», recuerda. En cuanto a influjos, destaca la fortaleza de ciertas poetisas uruguayas. «Cuando tuve una crisis de composición, el productor de mi primer disco, Carlos Casacuberta, me dijo: “Andá a comprarte los libros de Idea Vilariño, y no vuelvas hasta que los hayas leído”. Y tenía razón, me abrió un universo. También, por supuesto, Marosa di Giorgio: más oscura que Idea, pero buenísima. Y también quiero destacar a nuestra poetisa nacional, Juana Ibarbourou. Muchas veces no le dimos pelota, porque nos obligaban a leerla en la escuela. Pero hay que meterse ahí, Juana es impresionante».