Cultura | EXPERIENCIA PERSONAL

El lugar de extranjera

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Cecilia Ferreiroa regresó a la Argentina con la democracia. «Yo pensaba que volvía a mi lugar, pero me resultó inhóspito y en cierto sentido ajeno», recuerda. «Muchos compañeros de escuela repetían la hipótesis de los dos demonios y hasta decían que los desaparecidos estaban vivos en una playa o que algo habían hecho. Fue un impacto que viví como algo peligroso y me llevó a tener cuidado y distinguir con quién podía hablar de mi historia y con quién no. Creo que ese peligro subsiste. La hipótesis de los dos demonios sigue vigente en un sector, no solo en los abiertamente conservadores», señala.
Ferreiroa reelaboró la cuestión en La parte enferma. «Es un cuento que transcurre en democracia y el personaje principal se cuida de hablar de su condición de exiliada ante una alumna que es empresaria y que le pregunta por qué había vivido de chica en España. El lugar de extranjera es algo que también está presente en mi escritura y si bien en mi primer libro, Señora Planta, no trabajé con el exilio de manera directa, con el tiempo me di cuenta de que estaba presente en una posición de escritura, en una manera de estar situada afuera, en cierto estado de incomodidad que aparecía en los diferentes relatos, en cierto sentido de no pertenecer».

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