4 de diciembre de 2021
Ana Katz
Katz y una historia con aires de fábula.
La sexta película de Ana Katz (El juego de la silla, Una novia errante, Los Marziano, Mi amiga del parque y Sueño Florianópolis) refleja con optimismo los cambios impredecibles que se suceden en la vida de una persona. El perro del título es el punto de partida para el viaje de Sebastián (Daniel Katz), que luego de tener un conflicto con sus vecinos a partir de los aullidos del animal, decide mudarse al campo. Readaptado a una vida silvestre, su mascota se accidenta y lo obliga nuevamente a salir en busca de un horizonte. El ciclo de vida del protagonista se narra con enormes elipsis temporales, que saltan de un momento a otro (diferentes trabajos, distintas relaciones afectivas), siempre con una estética en blanco y negro, pequeñas dosis de humor absurdo y situaciones que rozan lo onírico. Seleccionado en el festival de Sundance y premiado en Rotterdam, el film también separa episodios con animaciones en forma de bocetos que sirven para sintetizar situaciones difíciles de representar (como el meteorito estrellado) y brindar así un tono alegre que diluye el drama y lo transforma con un positivo sentido de superación. Katz pone en primer plano sonoro las conversaciones triviales del mundo ordinario, siempre al borde del apocalipsis, mientras destaca con imágenes la importancia de los instantes de felicidad. De esta manera, en El perro que no calla lo costumbrista convive con la poesía inmanente en lo cotidiano, para darle forma a una fábula sobre el sentido de la vida.