Cultura

Escenario del pensamiento

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Con una serie de festivales, estrenos y reposiciones, se pone en marcha la temporada 2017. Una cartelera heterogénea, pensada para un público amplio pero exigente. Las principales obras analizadas por autores, directores y protagonistas.


 

En términos teatrales, febrero es el mes en el que se pone toda la carne al asador. Esa es la idea y el pensamiento de los encargados de la programación del Centro Cultural de la Cooperación, un espacio que  se ha ganado, a fuerza de calidad y personalidad, un lugar de prestigio en la cartelera de Buenos Aires. Especializado en un estilo teatral que atrae a espectadores exigentes e informados, en esta flamante temporada ha decidido redoblar la apuesta para aumentar el caudal de público.
«Para diseñar la programación de las obras, hay que comprender la dimensión y la enorme importancia cultural, política e ideológica del CCC. Y este no es un dato menor, me refiero a pensarnos como artistas que van del territorio del teatro a las discusiones sobre gestión política y cultural», analiza Manuel Santos Iñurrieta, director adjunto del Departamento de Arte del CCC. «El diseño de nuestra cartelera, que realizamos con Juano Villafañe, Antoaneta Madjarova y Jorge Dubatti, es un enorme desafío, ya que trabajamos con un año de anticipación, leyendo materiales y discutiendo su incorporación, siempre a la búsqueda de la excelencia artística», explica el autor y actor de Marx en bicicleta y Buenos Aires épica, que se exhibirán en agosto en el complejo de la avenida Corrientes.
«Entender el arte como la sumatoria de elementos –texto clásico, director con renombre, actores de gran trayectoria, por ejemplo– que nos asegurarán el “éxito”, es una actitud conservadora y pequeñoburguesa. Allí nosotros no entramos. Celebramos los aciertos y nos hacemos cargo de los errores. Está claro que, para el CCC, el desarrollo de la actividad cultural es una apuesta a la transformación social. Y es una inversión, nunca un gasto. El acceso al arte y la cultura debe ser posible para todos, nunca para unos pocos, nunca para una elite», concluye Iñurrieta.
Entre las estrategias de programación aparecen los festivales del Amor, Humoris Causa, Novísima Dramaturgia Argentina y de Títeres y Objetos, que con un gran recambio aportan dinámica a la cartelera. Y allí surge el nombre de Lula Salatino, la curadora del Humoris Causa, que tendrá su tercera edición. «Hago la selección de las obras y coordino las mesas que hacemos con los artistas de cada espectáculo. No obstante, es muy valiosa la mirada de Pablo López, que se encarga de la producción ejecutiva, fundamental para poder concretar el evento», destaca Salatino.

 

Riqueza y diversidad
«Es un espacio interesante para incluir espectáculos diversos, pero también para generar reflexión teórica sobre la temática del humor desde la mirada de los propios artistas», agrega. «Existen muchas maneras de hacer y concebir el humor. Mostrar variedad es uno de nuestros objetivos, ya que permite ampliar la reflexión, ver lo común y lo diferente al mismo tiempo. Nos interesa reflejar la riqueza que tiene el humor, ya que muchas veces se lo considera como un arte menor, con todo lo bueno y lo malo que eso implica», dice Salatino, que además de ser coordinadora del área de Varieté, es actriz, payasa e investigadora teatral.
Los Sutottos exhibirán Inestable, su última creación, en el Humoris Causa. «Nos interesa estar cerca de un espacio que se toma en serio el humor, estamos felices de ser parte», dice Andrés Caminos, uno de los dos integrantes. Gadiel Sztrik, la otra pata de la dupla, asiente: «El festival también invita al pensamiento: es interesante que el humor tenga su lugar para entender y saber más acerca de lo que se está haciendo. En ese sentido, en Sutottos, ya hace tiempo nos proponemos hacer teatro popular de calidad». ¿Cómo describirían a Inestable? «Refleja lo que buscamos como dúo: hacer espectáculos profundos y con un humor popular».
El Festival del Amor es otra propuesta atractiva en la cartelera de febrero. En ese marco, Pablo Mascareño estrenará Alucinado suceso de lo desconocido. Según su autor, el material aborda «la temática del amor desde la mirada de un varón. Bucea en el fuero más profundo, a partir de las confesiones y pensamientos del protagonista. Y le da una identidad especial al relato, vinculándolo directamente con la propuesta del festival».
Para Mascareño, la programación del CCC se destaca por ser «cuidada, pensada, coherente, tanto en los espectáculos para adultos como en los musicales o en las propuestas para niños». Carolina Guevara es una integrante «histórica» del CCC. Actual integrante del área de prensa, la actriz también es autora de A golpe de conciencia, el unipersonal que presentará en mayo. Hace foco «en la necesidad de visibilizar la violencia a la que estamos sometidas las mujeres. Es demasiado lo que nos están haciendo, las estadísticas estallan», afirma Guevara. «Para mí actuar en el CCC es como estar en casa, todo mi crecimiento y desarrollo actoral fue allí, junto al grupo El Bachín», recuerda.
Por su parte, Mario Alarcón, un nombre con mayúsculas en el mundo de la actuación, será uno de los protagonistas de Un minué para el desierto argentino, que subirá el telón en septiembre bajo la dirección de Arturo Bonín. «Interpreto a Alberdi y, como toda ficción que se hace sobre hechos y personajes históricos, se transforma en algo muy interesante, porque uno puede advertir cómo proyectaban el país nuestros próceres», afirma Alarcón, que tendrá su bautismo en el CCC.
Y los bajitos también tendrán para entretenerse. Coautora y protagonista de Aquel loco elenco, que verá la luz en abril, Virginia Kaufmann dice que «la obra fue pensada y creada para el CCC, un espacio querido y deseado. Y tenemos una enorme expectativa, porque la escribimos en un año y la ensayamos otro año completo. Aquel loco elenco también es nuestra apuesta más grande y habla de nuestra profesión, con lo cual tenemos material para reírnos, pero mucho para observarnos. ¿De qué trata? Es un trío de actores-juglares que ensaya sin encontrar un estilo de expresión teatral que los conforme, con toques de absurdo y humor».

 

Regresos esperados
Uno de los platos fuertes de la temporada tiene que ver con un regreso: se trata de Frida, la pieza que sorprendió el año pasado y vuelve en marzo. «Estamos muy contentos con el resultado obtenido, la gente se emocionó y, por suerte, la sala siempre estuvo llena. Ojalá podamos seguir haciéndola por mucho tiempo», anhela Jimena Anganuzzi, la protagonista. «Interpretar a Frida Kahlo representa muchas cosas, en el plano de mi trabajo es la primera vez que hago un unipersonal: es un honor poder ser Frida por un rato. Y en el plano personal, este rol me conectó con mis sentimientos más profundos, lo siento como un viaje espiritual», dice sobre la puesta de Patricio Abadi.
Otro reestreno destacado a partir de este mes es el de Las últimas lunas, donde la española Susana Hornos dirige a su marido Federico Luppi en una puesta sensible que habla de la ancianidad. «El balance de la primera temporada fue más que positivo. Hemos recibido abrazos emocionados a la salida de chicos y grandes. Todos ellos mostraban sus ganas de conversar y preguntar y, lo más bonito, con ganas de estar con sus padres y abuelos. Me parece que es necesario que el teatro empiece a hablar también de la tercera edad, es mucho lo que podemos aprender de un lado u otro del escenario», reflexiona la actriz nacida en Logroño.
«Que se reestrene reafirma que hicimos nuestro trabajo de la forma más honesta posible y eso el público lo ha recibido. No hay grandes presupuestos, todo está en los personajes, su intimidad, sus relaciones. Sin golpes bajos, solo dos actores como Ramiro Vayo y Federico Luppi que se entregan por completo», describe. A la hora de definir cómo es trabajar con su pareja, Hornos destaca su humildad. «Para él siempre está por encima de todo la dignidad del trabajo y la igualdad entre todos. Eso se respira hasta en los saludos, jamás admite saludar solo». Ana Yovino también retorna, esta vez como una de las columnas de La discreta enamorada, de Lope de Vega, que se estrenará en mayo bajo la tutela de Santiago Doria. Con una trayectoria marcada por los clásicos (Antígona, Hamlet, Yerma, Juan Moreira), la intérprete dice que es «un género que me atrae, como también todas aquellas obras que tengan situaciones intensas, atractivas de ser vividas. Tengo bastante experiencia en textos clásicos, pero lo siento como una casualidad, no una especialidad. Me resulta atractivo investigar el proceso de encarnar un lenguaje fuera de lo cotidiano. Me pregunto qué cuerpo contiene esas palabras. Veo un estar entre onírico y alucinatorio en los personajes clásicos», ilustra Yovino.
El director Mariano Dossena ya es un habitué de la programación y en esta temporada estará al frente de dos piezas: La noche a cualquier hora (marzo) y Espantapájaros Girondo (agosto). «Hace muchos que trabajo ahí, es un lugar de mucho crecimiento artístico para mí, ya que me da espacio para realizar mis obras e investigar diferentes materiales. Desde 2007, cuando estrené La música de Marguerite Duras, encontré una gran comodidad», señala Dossena, quien afirma que «el CCC tiene un perfil totalmente diferente a otras instituciones culturales, o los teatros oficiales, porque se le brinda un lugar muy especial al texto, a la literatura y la poesía».