Cultura | 45 AÑOS DESPUÉS

Nuevo álbum de los Stones

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Marcelo Torres

En marzo de 1977 la banda británica dio un par de shows secretos en El Mocambo, un pequeño club de Toronto. La legendaria grabación acaba de salir a la luz.

Sonido poderoso. Jagger, Watts, Richards y compañía dejaron constancia de un momento inmejorable de su carrera en Canadá.

PRENSA

Cuando parece que los Rolling Stones lo han hecho todo y nadie espera algo sorprendente de una banda que ya lleva 60 años rockeando, siempre sacan un as de la manga para volver a atrapar la atención de los fans. Así es como acaban de irrumpir en el mercado discográfico con un nuevo álbum: Live at the El Mocambo. Se trata del registro de dos conciertos «secretos» que la banda dio el 4 y 5 de marzo de 1977 en un pequeño club de Toronto, Canadá, ante solo 300 personas. Los Stones querían grabar en vivo en un clima íntimo, por lo que se organizó un concurso de radio cuyo premio eran entradas para ver a los locales April Wine, que serían precedidos por unos desconocidos teloneros llamados Cockroaches. Finalmente, los April Wine fueron los teloneros y el desconcertado público se encontró con que el plato principal de la cena musical era nada más y nada menos que «la banda de rock más grande del mundo».
En ese par de noches los Stones maravillaron al público –ahí nomás, a apenas unos metros del escenario– no solo con algunos de sus temas más conocidos («Honky Tonk Women», «All Down the Line», «Brown Sugar», «Tumbling Dice», «Let’s Spend the Night Together», «Star Star»), sino también con algunos clásicos del blues y el rock’n’roll como «Little Red Rooster», «Manish Boy», «Worried Life Blues» y «Route 66». El valor agregado de este nuevo álbum es que incluye algunas canciones que no tenían hasta la fecha un registro oficial en vivo, como «Crazy Mama», «Melody» o «Fool to Cry». Está disponible en 2 CD, 4 LP en vinilo negro, 4 LP en vinilo fluorescente y obviamente en formato digital.

De juerga
Después de un par de años de inestabilidad musical (a fines de 1974 el guitarrista Mick Taylor había dejado la banda), que concluyó con la integración definitiva de Ronnie Wood (de la banda Faces), los Stones estaban dispuestos a grabar un disco en vivo a instancias de Mick Jagger. Como Keith Richards seguía teniendo problemas legales en Estados Unidos, Jagger se decidió por la elegante ciudad de Toronto y citó allí al grupo a mediados de febrero de 1977. Pero Richards se retrasó más de una semana y al llegar, él y su mujer, Anita Pallenberg, fueron detenidos en la aduana porque les hallaron drogas entre sus pertenencias. Aunque se trasladaron después al hotel junto con el resto del grupo, la policía finalmente detuvo a Richards por la posesión de 22 gramos de heroína. Pero como había adquirido esa sustancia al llegar a Canadá, no pudo ser acusado de tráfico y salió bajo fianza.
Pasado el incidente judicial, el grupo hizo su primer show en El Mocambo ante la presencia de los que habían ganado el concurso, pero también de un grupo selecto de espectadores, entre ellos Margaret Trudeau, la esposa del entonces primer ministro canadiense. Margaret –una bella exhippie de 28 años, fanática de la música y las estrellas de rock– también se había alojado en el mismo hotel que los Stones y luego del show invitó a los músicos a una fiesta en su suite, donde tuvo un romance con uno de ellos. Aunque primero se especuló que habría sido con Jagger, más tarde trascendió que el afortunado habría sido Wood. Terminada la fiesta, Maggie no tuvo mejor idea que seguir la juerga con Wood y Charlie Watts, con quienes estuvo jugando a los dados y fumando porro hasta ya entrada la mañana. Esa misma tarde un diario tituló: «Orgía sexual en la suite de la esposa del primer ministro». Y en los días siguientes el escándalo ocupó la primera plana de todos los medios canadienses y no pocos del extranjero. Promoción gratuita que los Stones recibieron agradecidos.
Así, aquellos dos íntimos conciertos se transformaron en leyenda, pero ese es solo el trasfondo de la historia, lo anecdótico; lo esencial –que es la música– se encuentra atrapado en esas 23 pistas, en el registro de ese sonido poderoso, hipnotizante y bello que se ofrece como testigo de un momento inmejorable de una banda que parece eterna. 

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