Cultura | DUKI EN MADRID

La conquista de España

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Gabriel Plaza

Con su histórico concierto en el Santiago Bernabéu, el artista convirtió al trap argentino en una música de alcance global. Postales de un ascenso meteórico.

Final. El rapero posa ante las 65.000 personas que colmaron el estadio del Real Madrid.

Foto: Guido Adler/Prensa

«Empezamos cantando pa’ 30 personas/ ahora te llenamo’ un estadio», rapeaba Duki, en la sesión 50 junto a Bizarrap en noviembre de 2022, cuando ya estaba escribiendo su historia grande dentro del trap argentino: ese año realizó cuatro conciertos en el estadio Vélez. Un año después, el 2 y 3 de diciembre, ofreció dos conciertos en el estadio de River Plate con entradas agotadas. El límite era el cielo. El último sábado cumplió otro hito para el género: fue el primer rapero argentino en llenar el estadio Santiago Bernabéu de Madrid para 65.000 personas.

Duki fue el pionero, el que dio el gran paso en la evolución de las batallas de rap en las plazas, en pegar el salto a los escenarios, el líder de la escena que se proyectó de manera global como ningún otro movimiento de la música argentina, salvo el tango. Durante el año pasado había realizado su primera gira norteamericana, con recitales sold out en ciudades como Nueva York, Chicago y Miami. Y más tarde hizo un tour por España durante junio y julio, con entradas agotadas en Asturias, Bilbao y Madrid. Pero su regreso, para este concierto, estuvo envuelto por una verdadera dukomanía.

En la previa del show se viralizaron los mensajes de apoyo de Leo Messi. «Hoy vas a ser más local que nunca», le dijo el campeón del mundo. Otro ídolo, pero del basquet, Manu Ginóbili, también le envió su apoyo: «Seguí representándonos a todos los argentinos, como estás haciendo hasta ahora». La estación de metro Santiago Bernabéu llevó por varios días el nombre de «Estación Duko». En los próximos días su conquista europea suma escalas en Milán, París, Berlín y Londres. 

Es la primera vez que un artista argentino consigue un impacto popular de esa magnitud en Madrid. Dos días antes del show, su madre le preguntó durante la conferencia de prensa: «¿A esta altura de tu carrera te das cuenta lo que te distingue, lo que te permitió llegar hasta acá?». Duki respondió, emocionado: «Creo que es por mi gente, que es lo más lindo que tengo. Salgo a cualquier lado y nadie me falta el respeto. Sigo siendo la misma persona que era. No sé si soy famoso, pero les juro que soy la persona más libre del mundo, y gracias a mi gente y a mi público que siempre me tratan así. Siento que la gente se siente partícipe de lo que me pasa a mí, porque me acompañan desde que arranqué y yo sin ellos no sería nada».

Espíritu de la época
Nacido el 24 de junio de 1996 en el barrio de Almagro, la vida artística de Mauro Ezequiel Lombardo podría sintetizarse en una escena de enero de 2016, mientras competía contra Nacho en la final del Quinto Escalón, la batalla de rap que se realizaba en el Parque Rivadavia. Primero se lo ve tímido y después algo se detona, las rimas ya no paran; está encendido, manejando las métricas, el flow, transformándose de a poco en todo lo que va a ser después como artista, y quedándose con el puesto de ganador de la velada. En noviembre de ese año subió a YouTube su primera canción, «No vendo trap». Y llegó a los 2 millones de visualizaciones en dos semanas: tenía 20 años.

Duki condensó en esa voz rota el espíritu musical de su época: el Roland 808 de bajos saturados; el flow adrenalínico, que reflejaba perfectamente el estado de ansiedad generacional; las noches de excesos, las drogas, el sexo, el drama, la intensidad, el vacío existencial. Inspirado por la forma de rapear del popular grupo Migos, le inyectó a esa música cocinada en las cuevas de drogas en Atlanta, ciudad sureña de Estados Unidos, un ADN argentino, imposible de clonar por la inteligencia artificial, como dice en la letra de «Rockstar 2.0», una de las canciones de su último disco Antes de Ameri, elogiado por la crítica especializada de la Rolling Stone.

Rimas. Con su voz rota, Duki protagoniza el fenómeno que define el sonido de una época.

Foto: Julieta Marilyn/Prensa

Ese estilo, esa manera desaforada de hacer música, quedó condensada en el concierto de dos horas y media que ofreció en el Bernabéu, como citan las crónicas del evento, ya que no fue transmitido por streaming. El artista mostró la evolución del trap en la Argentina con una lista de 40 temas, que resumió pasado y presente con clásicos como «Hello Cotto», «Rockstar», «Tumbando el Club», «Goteo», «Además de mí», «Si me sobrara el tiempo», «Si te sentís sola» y «Sin frenos».

Como pionero y líder de un movimiento de alcance global no quiso celebrar solo este primer concierto en el estadio del Real Madrid. Para el show se volvieron a juntar con Modo Diablo, el trío que formó junto a YSY A (uno de los organizadores de la competencia El Quinto Escalón de donde surgió Duki) y Neo Pistea, otro referente del movimiento, que hicieron crecer el fenómeno en la Argentina en el verano de 2019. Con ellos hizo las canciones «Quavo» y «Trap ’n xport».

No fueron los únicos invitados. Duki reunió artistas del trap más crudo, el reggaetón y hasta el pop. Nicki Nicole, una de las grandes revelaciones de la escena cuando él ya empezaba a pisar fuerte en 2018, subió para la canción «Ya me fui», sobre el beat de un perreo intenso. En cambio, la aparición de un histórico de las batallas del Quinto Escalón como Lucho SSJ, despertó el flow más flotante en «01 de Enero». Mientras que el trap más oscuro de C.R.O. se hizo presente en «Hijos de la Noche» y «Harakiri». Así fueron desfilando personas de su pasado y su presente artístico: el productor Dano (hijo de Mavi Díaz), que se sumó en «Santo Grial»; el rapero canario West Dubai, con el que hicieron «Contra de mí»; el boricua Jhayco, que participó en «Rockstar 2.0»; y su novia Emilia para interpretar «Como si no importara», un reggaetón sensual; y cerca del final, la aparición del productor Bizarrap para «Malbec» y la BZRP Music Sessions.

Con 28 años, Duki convirtió al trap argentino en una música de alcance global. Un fenómeno que define el sonido de una época. Con esa firma propia, donde no faltan las marcas de moda, la acumulación de billetes en su cuenta bancaria, el hate a otros raperos, el egotrip, estableció nuevos récords dentro de la música popular argentina: la canción «She don’t give a fo», que eligió para cerrar el concierto, tiene cerca de 500 millones de reproducciones en Spotify. Antes de terminar el show, dijo: «Todos queremos cambiar el mundo y esta es mi forma de hacerlo». En el fondo, su filosofía no se trata de fama y dinero sino de música. La meta es convertirse en leyenda y el concierto en el Bernabéu fue un paso en esa dirección.

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