Cultura | DOCUMENTAL DE LA RENGA

La leyenda de los «reveldes»

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Fernando Sánchez

La banda estrena en los cines Totalmente poseídos, una road movie que narra su vuelta a los escenarios tras la pandemia. De Menem a Milei, la militancia rockera como bandera.

Líder. Chizzo canta en uno de los multitudinarios recitales que la banda encabezó en Córdoba, Salta, San Luis y Río Negro durante 2022.

Foto: Prensa

«Caminito al costado del mundo, por ahí he de andar buscando mi rumbo; ser socio de esta sociedad me puede matar», repite el estribillo de la canción más conocida de La Renga. Se titula «El revelde» (escrito con una deliberada ve corta), y fue incluida por primera vez en un disco en 1998, cuando el grupo cumplía 10 años de su primer concierto en una esquina del barrio porteño de Mataderos. La Renga ya llenaba estadios. De hecho, la gira nacional para presentar en vivo aquel quinto disco arrancó en la cancha de Atlanta y terminó en la de Huracán.
Cientos de miles de personas seguían a Gustavo «Chizzo» Nápoli (cantante y guitarrista), Jorge «Tanque» Inglesias (baterista) y Gabriel «Tete» Iglesias (bajista) por el país. El rock sonaba en todas las radios y canales de música, y La Renga no era tapa de todas las revistas y suplementos juveniles de los diarios sólo porque el grupo no tenía ganas. El tipo de rock duro (heredado de Vox Dei, Manal, Riff y Pappo’s Blues), su modo autogestivo de encarar el negocio (aprendido de los Redondos), y su rebeldía naif (mezcla criolla de posmodernismo, psicodelia y barrio) resultaron la respuesta perfecta para la generación de jóvenes que sufrió en carne propia la degradación económica y cultural que significó la década de los 90 en la Argentina liderada por Carlos Menem.
No eran tiempos de redes sociales, así que primero a través del boca a boca y luego con la industria a su favor, La Renga tardó nada en convertirse en música para las masas. Su modo de interpretar el mundo sintonizó genuinamente con el momento y el lugar, y puso a esos pibes de Mataderos al tope del movimiento de bandas que por entonces la prensa gorila del rock agrupó bajo la etiqueta de «rock chabón». «Chizzo, Tete y Tanque son, como miles de sus fans, exponentes residuales de una izquierda difusa, no asumida, no doctrinaria, la de tipos que tienen un poco de anarcos, otro poco de conservadores, otro poco de mística peronista y fundieron esos ingredientes en un cóctel de desesperanza activa», escribió a fines de 1999 el siempre lúcido periodista Fernando D’Addario en Página/12. Todavía era el siglo XX y el rock estaba de moda. ¿Cuál era entonces el caminito al costado del mundo por el que La Renga creía andar? Hoy ni el rock ni La Renga se escuchan en todos lados. Como en los inicios de su carrera, las noticias sobre el grupo circulan de boca en boca y (ahora sí) a través de las redes sociales, y no generan tapas ni ediciones especiales. Sin embargo, los ya no tan muchachos de Mataderos no se detienen. Y además de seguir publicando discos y llenando estadios (cuatro canchas de Racing en enero pasado, por caso) cada vez que se lo permiten las autoridades de las ciudades donde quieren presentarse, ahora vuelven al cine. Esta semana, La Renga presenta su nueva película. Se titula Totalmente poseídos y se entrena en más de 200 cines en todo el país. ¿Por qué «vuelve»? Porque en 2001, en plena crisis, el grupo presentó en pantalla grande Insoportablemente vivo, el testimonio fílmico de sus magníficos shows de aquel año en el estadio de Huracán que tres años después se editó en DVD. Y porque con Totalmente poseídos, La Renga también vuelve a llevar rock a las salas de cine, una tradición que comenzó en los años 70 con clásicos como La canción es la misma (Led Zeppelin), Let’s Spend The Night Together (The Rolling Stones) y hasta Adiós Sui Generis, y que Chizzo, Tete y Tanque se empeñan en continuar.

En el camino. El viaje en moto los llevó a recorrer más de 5 mil kilómetros del norte al sur del país.

Foto: Prensa

Épica rutera
Totalmente poseídos es una road movie que documenta el regreso de la banda a los escenarios tras la pandemia, para la gira de presentación del álbum Alejados de la red. El tono épico del texto de prensa expresa con total transparencia de qué se trata: es «el viaje de un grupo de amigos que se entregó a la ruta para escribir las páginas de una bitácora que nunca se termina. Montañas, valles, ríos y desiertos dibujan un mapa a través del cual navegan cabalgando sus motos, como lo hacen desde hace más de 30 años. En 2022, La Renga dio inicio a esta gira presentación con un viaje en moto que los llevó a recorrer más de 5 mil kilómetros para dar cuatro shows multitudinarios en Córdoba, Salta, San Luis y Río Negro. La historia de La Renga comienza a escribirse hace mucho tiempo y continúa hasta nuestros días: la gira presentación del disco es un capítulo inmenso y aventurado, entre montañas, pueblos, guitarras y abrazos. Un camino soñado que crece por delante para llevarlos a lugares impensados».
Con dirección Gustavo Napoli (Chizzo) y Diego Stokelj, la película, además, contiene canciones nuevas especialmente mezcladas para sonar en cines, y ya desde la gráfica y el tráiler invita a viajar no solo por las rutas argentinas sino en el tiempo, a esas épocas en las que el rock parecía ser sinónimo de una libertad incierta pero feliz.
Totalmente poseídos es la manera que eligió La Renga de celebrar sus 35 años en la ruta. Es, también, en cierto modo, una forma de aguante para artistas que ya pasaron los 55 y quieren seguir rockeando. Y que después de haber tocado para las Madres de Plaza de Mayo, increíblemente se vieron obligados a aclarar que no querían «a un disfrazado de amigo hablando de libertad» cuando Javier Milei decidió apropiarse de su obra para hacer campaña con aquello de «Hola a todos, yo soy el león». Veinticinco años después de escritos, aquellos versos de «El revelde» cobran un nuevo valor: el de la resistencia.

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