13 de septiembre de 2023
Se le llenan los ojos de lágrimas a Soriano cuando se refiere a las tres mujeres más importantes de su vida. Diana, su mujer desde hace cuarenta años, y veintitrés menor que él. «Es lo mejor que me pasó en la vida. Ella me ayudó en todo. Me tranquilizó, me aquietó y me hizo un ser más pensante y reflexivo. Claro, es psicóloga y es más útil para mí que yo para ella. Su trabajo es ser oreja y conmigo lo hace a la perfección. Me hace unas devoluciones fantásticas y no precisamente porque me dore la píldora. Diana es objetiva y justa. Puede ser muy dura, pero a mí me hace bien, no se puede convivir con la adulación permanente. Dianita es mi brazo, mi pulmón, mi corazón: es mi extensión. La verdad es que no me imagino viviendo sin ella. Cuando pintó la mala, ella se bancó mis internaciones, todo. Siempre ahí, como mi hermana querida, Margarita. Una mujer distinta, de una bondad y generosidad únicas. Marga es ama de casa, tiene 86 años, es madre de tres hijos y vive cerquita de casa, en Colegiales. Crecimos muy juntos, apegados, y siempre mantuvimos una relación fluida, fraterna, de darnos una mano cuando alguno lo necesitaba. Jamás una discusión. Ella es un ser de luz». El actor tiene dos hijos en España, del primer matrimonio, y Victoria, una «hija del corazón», de 21 años, que vive con él y con Diana. «Trabaja conmigo, en la producción de La Nona, la verdad es que nos llevamos muy bien. Bueno, no me quedó otra: tuve que hacer el esfuerzo y adaptarme a su edad, inquietudes y necesidades. Pero tengo en claro que en cualquier momento se manda a mudar. De todas maneras, trabajando conmigo la tengo cerca y estoy contento porque ahora nos vamos a Mar del Plata, de temporada, y estaremos los tres juntos».