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Lecturas antipoéticas

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Chamán. La obra de Parra, según Contreras, ilumina el presente chileno. (BernettiI/AFP/Dachary)

Aunque cumplió 100 años en setiembre pasado, Nicanor Parra es un hombre con alma de niño. Su curiosidad, ingenio, sentido del humor y rebeldía lo convirtieron en una especie de patrimonio al que, con motivo de su centenario, los chilenos rindieron una serie de conmemoraciones. De este lado de la Cordillera, Patricio Contreras decidió homenajear al «antipoeta» con un espectáculo propio. A partir del 6 de marzo, cada viernes, presenta en el CCC Patricio Contreras dice Nicanor Parra.
Se trata de la lectura de una selección de 21 poemas de Obra gruesa, una antología de 1969. «Son poemas que reflejan su progresión de la poética hacia la antipoesía, entre los que se cuentan “El hombre imaginario” y “Defensa de Violeta Parra”», detalla Contreras, quien materializa así un proyecto que tenía en mente hace años y que, por falta de tiempo o por otros compromisos, no había podido concretar, si bien en los 90 realizó algunas presentaciones de poesías sueltas.
«Yo descubrí la poesía a través de Nicanor. En el colegio había leído a poetas españoles, por un tema curricular, y a Neruda, por supuesto. Pero fue Parra, con su lenguaje llano, quien me mostró que no había que ser un experto de las palabras ni zambullirse en un diccionario para encontrarlas. Para hacer poesía se podía echar mano del graffiti, de los dichos populares, del hablar cotidiano. Yo era joven y me impresionó a tal punto, que empecé a escribir poemas y me anoté en un taller literario», recuerda el actor chileno. «El vuelo poético me duró poco, eso sí. Un profesor, Hernán Loyola, sin saber que yo estudiaba teatro, me dijo que mejor me dedicara a la actuación», admite, sin traumas.
Con este proyecto, Contreras espera contribuir a que Parra –físico, matemático, Premio Nacional de Literatura y, más recientemente, Premio Cervantes– tenga una mayor difusión en Argentina, «donde si bien es conocido, no cuenta con un reconocimiento tan amplio como debería». En la dirección está Alejandro Tantanian, quien ya trabajó con Contreras en Blackbird (2011) y Cenizas (2012). La musicalización, en tanto, recae en Diego Penelas.
Nicanor, el hermano mayor de Violeta Parra, se crió en una familia numerosa, marcada por la miseria rural, la influencia de un padre folclorista y bohemio y el calor de una esforzada madre costurera. Luego de estudiar en la Universidad de Chile, fue becado para cursar Cosmología en Oxford, Inglaterra, donde se debatía entre Newton y Shakespeare. A lo largo de su vida tuvo seis hijos de tres mujeres distintas, fue docente, publicó una docena de libros y tradujo El rey Lear.
Contreras dice que «poner en escena textos empapados de su sabiduría, su lucidez, su sarcasmo» es algo que lo entusiasma. «Él posee el arte de vaticinar Chile: es como el chamán, el portador poético de esta época, como en otros tiempos lo fue Neruda», resume sobre el longevo antipoeta que recientemente expresó: «¡Quiero llegar hasta los 116!».

Francia Fernández

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