Cultura

Masa crítica

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Clases de teatro. El espacio que coordina Dubatti en el CCC, con teatristas y público. (Jorge Aloy)

En Buenos Aires, por fuera del circuito terciario y universitario, han cobrado impulso los espacios de formación de espectadores, destinados a quienes buscan ser instruidos en la tarea de observar y analizar una obra de arte. En la última década, numerosos proyectos surgieron como consecuencia de la avidez de un público amplio de reforzar sus conocimientos sobre el arte. Estos puntos de encuentro generan una masa de espectadores «cultos» pero no universitarios que, estimulados por un docente coordinador, recorren salas de cine o teatro, galerías de artes plásticas o museos.
En el área de teatro se destaca la Escuela de Espectadores del Centro Cultural de la Cooperación, coordinada por el crítico, investigador y docente Jorge Dubatti. El espacio surgió en 2001, con ocho alumnos en Liberarte. Hoy son 340 personas las que se congregan los lunes para analizar obras y dialogar con destacados teatristas. Dubatti cuenta que, al comienzo, su espacio generó escepticismo. «En ese entonces, no había idea de lo que podía ser eso: la gente llamaba por teléfono para que le explicáramos qué era y se enojaban cuando decíamos que estudiábamos sólo teatro. Había también actitudes descreídas: “¿Vos me vas a enseñar a ver teatro? ¿Hay que estudiar para ver teatro?”», recuerda.
Para el cinéfilo porteño, el Cine Club Núcleo es un verdadero oasis. Coordinado por Alejandro Sammaritano, funciona hoy en el Cine Gaumont y llena su remodelada sala de amantes del séptimo arte que buscan historias más allá de la cartelera mainstream. Para Sammaritano, algunos de sus socios «vienen con grandes conocimientos y otros los van adquiriendo con el tiempo, pero la “semillita” de la curiosidad por ver ese cine que no interesa a los exhibidores, porque vende poco pochoclo o porque tiene un tanque que quiere ocupar su lugar en la cartelera, está siempre».
Vale la pena destacar que estos espacios les ofrecen a los jóvenes egresados de las carreras vinculadas con el arte una posibilidad laboral por fuera del ámbito institucional. Emiliano Basile, joven crítico y docente, egresado de la carrera de Diseño de Imagen y Sonido (UBA), considera que su alumno prototípico es «una persona con acceso a la cultura que busca “empaparse” de información sobre los objetos artísticos para tener mayores
herramientas y enriquecer la discusión en sus ambientes cotidianos». En todos los casos, los asistentes están siempre dispuestos a compartir la experiencia de ser espectadores y a reflexionar sobre lo que han visto. Y, claro está, a difundir las obras, puesto que, como sostiene Dubatti, ellos funcionan como «un multiplicador muy relevante en el boca en boca, y eso es muy beneficioso para el armado de corrientes de público en la ciudad».

Ezequiel Obregón

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