1 de julio de 2025
A pesar de la quita de subsidios promovida por el Gobierno nacional, el programa sigue adelante con la digitalización de las revistas que marcaron la agenda argentina del siglo XX.

Panorama. «Es necesario tener proyectos como si este presente no existiera», dice Saítta.
Foto: Rocio M. Gonzalez
Para quien no la conozca, la web del Archivo Histórico de Revistas Argentinas (Ahira) exhibe para su descarga gratuita cientos de colecciones de revistas en formato PDF. Es un proyecto que tal vez no reciba la atención que merece. El foco está puesto en las publicaciones culturales en sentido amplio: literatura, cine, música, historia y ciencias sociales. Cada título viene acompañado por un estudio de presentación, que lo contextualiza y brinda un marco de lectura.
La directora de Ahira, Sylvia Saítta, por estos días está sorprendida por el fenómeno desatado por El Eternauta. La serie producida por Netflix hizo colapsar el sitio por la cantidad de accesos a la revista en la que apareció originalmente la historieta entre 1957 y 1959. «El solo hecho de que Hora Cero haya estado al alcance de todas y todos de manera libre y gratuita permite que las discusiones y los diálogos puedan realizarse. Y eso porque existe este archivo histórico de revistas argentinas, que se ha hecho con recursos de la universidad, de la agencia de promoción científica y tecnológica y subsidios que por ahora son nacionales y esperamos que pronto puedan ser internacionales», señala.
La iniciativa, que está cumpliendo diez años, nació a partir de un grupo de investigadores de la carrera de Letras de la UBA. «Empezó como un proyecto académico de quienes teníamos como objeto de estudio revistas y publicaciones periódicas del siglo XX. En aquel entonces pensamos que era muy bueno poner las fuentes a disposición de quienes trabajaban en temas similares». Por estos días, la concepción es diferente. El rango de publicaciones digitalizadas ha ido ampliándose a diferentes campos. «Uno de los objetivos que tiene Ahira hoy es ser un gran kiosco, pensando en aquel lugar donde podías ver aquella multiplicidad de revistas y comprar aquella que habías ido a buscar, pero también una infantil o una deportiva. Las revistas son grandes protagonistas del siglo XX y, sea cual sea el tema, no se puede pensar el siglo sin ellas, uno de los grandes escenarios de debate y discusión».

Gratuitas. En la página se pueden descargar cientos de publicaciones en formato PDF.
Red ampliada
El año pasado, mientras recibía la Mención Especial de la Fundación Konex, el programa, que está alojado en el Instituto de Historia Argentina y Americana «Dr. Emilio Ravignani», tuvo serios problemas de financiamiento debido a los recortes y reasignaciones de partidas efectuados por el Gobierno nacional. «Quedamos casi sin subsidios», explica Saítta. «Yo había ganado un proyecto de la Agencia de Producción Científica y Tecnológica y el nuevo Gobierno decidió que no iba a distribuir los fondos tal como figuraba en el llamado de la agencia. Es un dinero que proviene del BID y decidió no darles un peso a los proyectos de literatura, de historia y de filosofía. Hicimos una colecta y logramos pagar el mantenimiento de la plataforma y seguir trabajando. A eso se sumó el subsidio de la UBA, que el año pasado continuamos recibiendo y este año ya nuestra situación es un poco más normalizada porque ganamos un subsidio de la UBA y tres proyectos de mecenazgo de participación cultural».
Al grupo de investigadores inicial se les han ido sumando colaboradores y coleccionistas que aportan tiempo y trabajo. «Colaboran no solo becarias y becarios, adscriptas y adscriptos, sino también una red cada vez mayor de personas que se acercan con diferentes propuestas: revistas ya digitalizadas, en papel. También escriben las presentaciones, realizan los índices. Hay una red que fue creciendo con los años y ha convertido este proyecto en algo muy amplio».
De cualquier modo, Ahira sigue creciendo bajo premisas bastante claras, aunque cada vez más amplias. «Logramos armar la colección de Primera Plana y a mí me encantaría tener los grandes semanarios del siglo XX: Para Ti, Gente, Siete Días, Panorama, Vosotras, si me apurás también Billiken, El Gráfico, las grandes revistas de consumo masivo y más popular». Saítta señala un límite en cuanto a las colecciones a digitalizar: «Algunas revistas que recibimos que son publicadas en el siglo XX, pero que están destinadas a propaganda, sostenida en muchos casos por proyectos filonazis o negacionistas. Todo lo que implica un discurso de odio militante y sistemático, sea religioso, racial o ideológico». También destaca la necesidad de avanzar en la actualización técnica de la página para mejorar su funcionalidad, cosa que harán este año, y de continuar con las tareas de investigación en un contexto desfavorable. «Es necesario tener proyectos como si este presente no existiera. O al revés, porque precisamente me están diciendo desde el Estado que la filosofía, la literatura y la historia no importan, me produce precisamente lo contrario. Pensar en cómo diseñar proyectos, líneas de trabajo, sumar gente», enumera. En este contexto, también merece sumar lectores: investigadores académicos o vocacionales, nostálgicos o simples curiosos.