15 de noviembre de 2025
La revulsiva especie rockera encuentra una nueva vitalidad en la escena actual, a partir de bandas que rescatan la crudeza, la actitud y la autogestión con una fuerte presencia femenina.
Grupalidad. Recreo Uruguayo, Blanco Teta y Dum Chica conjugan el espíritu del punk en tiempo presente. (Fotos: Prensa)
Cuando el punk nació a finales de los 70 con los Sex Pistols de un lado del océano y Los Ramones del otro, se desarrolló una nueva cultura juvenil. Más allá de la música en quinta, el género arrobaría características de identificación como la autogestión (bajo el lema «hacelo vos mismo»), la actitud por sobre la técnica, una estética agresiva y simple, solidaridad y descontento. En el escenario local hay bandas que no integran un mismo circuito, pero que conjugan aquel espíritu en tiempo presente. Cada una a su modo, reúne las características típicas de esa música. Quizás no haya futuro, finalmente; quizás la consigna tenga que seguir sonando hasta el último minuto de la era moderna.
Hay grupos que toman la furia a través de la ironía y la alegría como Recreo Uruguayo. La banda de Berisso sacó el original disco Luchemos por la vida en noviembre del año pasado. Hay otros que se hacen sentir a través de la potencia y la crudeza, como Blanco teta y Dum Chica. También se anotan la rama stone de Rey bruja; el hardcore callejero de El Nota; la vertiente más pesada y oscura de Las Tussi; la esencia ricotera de Fletes Raquel; o el sonido urbano del nuevo siglo de Little Boogie. La novedad más trascendente de todas estas bandas con esencia punk es que están lideradas o integradas en su mayor parte por mujeres.
Línea fundadora
«El punk surge de un momento de crisis y se traduce en un sonido que va más allá de cómo sonó en algún momento. Hoy transcurrir el mundo desde ese lugar es generar cosas, desde una canción hasta una forma de vincularse», afirma Karen Slipak, bajista de Recreo Uruguayo. «Tiene que estar motorizado por otra cosa que no tenga que ver con ganar más plata: eso es activar la contracultura», agrega. Kim Gordon, la fundadora de Sonic Youth, «popularizó esa frase de que el punk lo habían inventado las mujeres y no Inglaterra. Esa cosa de que las mujeres estemos haciendo esta música que siempre estuvo dominada por varones, esa línea conceptual me copa».
«Siempre decimos que nuestro vivir punk es, sobre todo, mantener nuestra grupalidad, nuestra cooperativa autogestiva desde la amistad. Eso nos resulta súper revolucionario, porque en este contexto la mayoría de los proyectos decide hacer otro tipo de estructura, un poco más individualistas o verticales. Pienso en mi porvenir punk: estar arrugada y con el culo caído y seguir tocando con el mismo look. Tanto Kim Gordon como Peaches, todas esas señoras son una referencia y una inspiración de cómo me veo en unos años», asegura Carola Zelaschi, baterista de Blanco Teta, que este año editaron el poderoso La debacle de las divas.
Como un demonio con cuernos, sangre en la boca y, finalmente, cabeza estallada. Con una imagen del presidente Milei generada con IA, la banda Dum Chica proyectó esa secuencia varias veces sobre uno de los escenarios del último festival Lollapalooza. Fue un riesgo asumido por los integrantes del proyecto y tuvo sus costos, pero no importó. «Sabía que nos iban a cancelar de todos lados, pero era lo que queríamos expresar», dice Lucy, la histriónica cantante de la banda. Cambia rápido de tema y sintetiza su visión del punk: «Me gusta la fuerza, la seguridad en la identidad, me gusta que es un espacio para poder dar opiniones, me gusta que sea un lugar donde puedan participar las mujeres».
Bajo la difusa etiqueta de la «música urbana» se pueden mencionar, de mínima, a algunos artistas que reúnen las características de la cultura punk: Malandro Malajunta, Little Boogie y El Doctor. Los tres parten de una plataforma rapera, pero pueden terminar haciendo una cumbia o un bolero. Los tres, además, vienen de barrios carenciados y forjan sus letras desde esa geografía. En «Billie Jean», un tema de Little Boogie, El Doctor participa con unas líneas que dicen: «Te dije que yo soy leyenda, como el Chizzo de La Renga/ Yo hice que los chetos vengan, los odiados ahora se vengan».
Martín Sanzano es subeditor de Rolling Stone. Además de estas bandas nuevas, subraya un circuito donde se reproduce el punk de la vieja escuela. «El sótano La Cultura del Barrio, en Villa Crespo, para referirnos específicamente a Buenos Aires, es el lugar donde está pasando el punk hoy. Es muy emblemático porque es un lugar casi escondido, muy cerca de Palermo, muy cerca de otros circuitos, pero donde rigen completamente otras reglas: ahí está todo lo bueno del punk. Gente joven, autogestión, solidaridad. Los valores que debería tener cualquier banda que quiera coquetear con el género en 2025». Y, apelando a su oficio, destaca algunos grupos entre los que suelen tocar en La Cultura del Barrio. «Del palo bien punk rock elijo a Funerales. Otra es Clamor, que es la que más me gusta, en vivo no paran. Mosaico es más melódica, me gusta lo que hacen y suenan bien en vivo. Y cierro con una bien hardcore, Distante, locales absolutos del sótano», afirma. En la cueva del punk de Villa Crespo o en el aire de renovación que aportan Blanco Teta y Recreo Uruguayo, se alimenta la certeza de que el punk no murió.



