Cultura | Cuento

¿No es una belleza?

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Patricia Ratto es escritora y docente de literatura, especializada en Didáctica de las Prácticas del Lenguaje. Coordina talleres de lectura y escritura. Entre otros libros publicó las novelas Nudos (2008) y Trasfondo (2012) y la colección de cuentos Faunas (2017). Vive y trabaja en la ciudad de Tandil.

Sí, es feriado nacional aquí en Turkmenistán. Porque es el Día del Alabai. El alabai es un magnífico perro, corpulento como un león, como podrá usted apreciar en la lujosa estatua que está frente a nosotros. Los pastores lo usaban para defender a las ovejas y cabras de los lobos. Ahora es un prócer, porque así lo decretó Gurbanguly Berdimuhamedow, nuestro Arkadab. Por eso se erigió, en esta rotonda del centro de Ashgabat, esta estatua gigantesca, cubierta en oro, como nuestro perro nacional se lo merece.
«El alabai turcomano se ha equiparado durante mucho tiempo con el oro, sin obstáculos», expresa nuestro presidente en una de sus más celebradas composiciones poéticas. Porque usted ya sabrá que nuestro presidente es poeta, filósofo, pianista y cantante. Coleccionista de automóviles, muy buen deportista… Sí, también es odontólogo. Y francotirador. Ahí debajo, en la ancha columna que sostiene la estatua, y que está cubierta por esa gran pantalla 360° de led… bueno, ahí podrá ver a nuestro héroe en acción. Me refiero al alabai, claro: mire ese hermoso ejemplar corriendo por el desierto junto a un niño que viste las ropas típicas del país. Pero volviendo a la escultura, si sigue la línea del hocico, verá que apunta hacia su líder. Es que no muy lejos de aquí, en aquella otra rotonda, podrá usted apreciar la imponente estatua de nuestro Arkadab, con una paloma posada en su mano, montando en un Akhal-Teke, el caballo turcomano, radiante como el sol, del que se dice es el más bonito del mundo. Una paloma esculpida y bañada en oro, claro, no es una paloma real. Sí, también están cubiertos en oro nuestro jinete y su caballo. Todo emplazado sobre un pie que simula un acantilado a escala real, tallado en mármol, lo que le da al conjunto más de 20 metros de altura, como nuestro líder nacional se lo merece y su pueblo lo pidió, porque la idea de la estatua fue del pueblo. Como asomándose al abismo, pero con los pies sobre la tierra y recibiendo a la paloma de la paz, ¿no le parece poético? ¿O un tanto metafísico quizá? Pero volvamos a la estatua del alabai, y hagamos silencio para que usted pueda apreciar que, justo ahora, en la pantalla y por los parlantes incorporados que tiene el pedestal, nuestro Arkadab recita el poema que compuso para tan magno héroe. Como no hay tránsito a causa del feriado, reina un silencio muy apropiado para disfrutar de la música que le saca a la lengua turcomana nuestro presidencial poeta. ¿No es una belleza? ¿No resulta refinada la sensibilidad de nuestro líder? Ah, sí, sí, ya le traduzco: «Dotado de un destino eterno / Él es un monumento vivo del pasado / Su voz es como ninguna otra / El exaltado turcomano Alabai». Cuando llegue a su hotel tendrá usted, aguardándola en su habitación, el libro completo que el gran Arkadab le dedicó al alabai, para que pueda informarse más sobre tan digno animal y pueda apreciar la calidad de nuestro autor y guía. El libro fue escrito en 2 meses y 18 días, por si quiere apuntar ese dato. Le vamos a ofrecer también una versión en inglés. Ah… una larga cola. Sí, alimentos, es que como hoy todo está cerrado porque es feriado nacional, más gente salió ayer a hacer sus compras. Además, nuestro pueblo es alegre y comunicativo, le gusta reunirse y conversar en nuestras hermosas calles. Habrá usted notado la limpieza de los espacios públicos y la nobleza de los materiales de los edificios. Pero no nos perdamos de esto: ahora podrá apreciar, en la pantalla, cómo nuestro ejército entona esa misma composición en honor al alabai, en este caso en su versión de marcha nacional que es muy apreciada por nuestra gente, aunque no llega a superar la versión melódica que hace el presidente sentado a su piano Yamaha. Son fuertes y viriles las voces de estos muchachos, ¿no cree? Por eso, además de entrenarse y luchar, cantan.
Sabrá usted que nuestro Arkadab también canta, y lo hace muy bien. El canto es muy importante para nuestro pueblo. Esta noche será usted la invitada de honor a un concierto que nuestro Arkadab dará luego de la cena, en la que podrá conocer en persona a él y a sus perros. Y también a sus ministros. Y mañana vamos a llevarla a ver el pozo de Darvaza; es un espectáculo imponente, que no tiene que perderse antes de partir. Las plantaciones de algodón… no, no creo que podamos. Tiene sus peligros para una mujer extranjera moverse entre los campesinos. La llevaremos a Darvaza. Tanto, tanto fuego… Sí, fue un accidente, una impericia de los geólogos soviéticos, es que todavía no estaba nuestro Arkadab en el gobierno. Con él al mando, aquello no hubiera sucedido. Descubrieron una cueva subterránea llena de gas natural y temiendo que los gases fueran peligrosos, el equipo decidió prenderle fuego. Estimaron que se extinguiría en algunos días, sin embargo… 50 años ya. Al presidente le gusta montar su camioneta todo terreno y girar en torno a la boca de ese infierno a toda velocidad… 30 metros de profundidad, sí, claro que es peligroso, y 69 metros de diámetro, el terreno circundante es polvoriento y resbaladizo. Y la temperatura en el interior del cráter alcanza 400 grados. Nuestro Arkadab lo hace para demostrar a su pueblo que no le teme al peligro y que está vivo, cada vez que corren ciertos maliciosos comentarios de sus enemigos. Cuando a un país le va demasiado bien… bueno, usted ya sabe. «La lengua de quien nos calumnie se marchitará», dice un antiguo refrán turcomano. Pero ahora mejor vayamos a su hotel, así puede usted descansar y prepararse. No, no haga caso de esos comentarios, la gente cuando está bien exagera. «Este es un cuento de hadas, un país dulce; durante siglos, se le ha dado festividad», refleja nuestro Arkadab en uno de sus poemas. Y ya sabrá usted por experiencia que la gente demasiado satisfecha tiende a la queja. El alabai es un perro… bueno, ya va a poder observarlo en persona. Eso sí, puede resultar muy agresivo, ¿sabía que se les llama los «trituradores de lobos»? Pero no tema, porque los perros del gran Arkadab están muy bien entrenados y responden sin dudar a sus órdenes. Sí, fue el odontólogo de Saparmyrat Nyýazow, nuestro anterior protector y presidente. La odontología es una profesión de gran virtud. Después del concierto y antes de la cena, no sé si ya le explicaron sobre la costumbre a la que nuestro poeta llama «La Ceremonia». No, guarde su ficha odontológica porque él no la va a mirar. Él querrá ver por sí mismo. Son solo unos minutos. Es un regalo que le hace a sus invitados: cerciorarse de su salud bucodental; algo así como un souvenir. Sería como desairarlo, claro. «De tu boca saldrán los mejores cánticos», dice nuestro poeta y protector. Creo que ya le dije que el canto es muy importante para el pueblo turcomano… Quédese tranquila, si necesita intervenir, como usted es mujer, seguramente usará anestesia. Eso sí, vístase de gala para la ocasión. Bueno, vayamos al hotel entonces. Hace unos años estuvo visitándonos Jennifer López y le cantó el «Happy Birthday, Mister President», ¿sabía?